jueves, agosto 03, 2006

PENSAMIENTO CRÍTICO VIRTUAL (PCV)
No. 13.
Julio 30-Agosto 4, 2006
Una publicación semanal de ECOPAIS-ATISBOS- ANALÍTICOS.
Se actualiza todos los viernes antes de las 6:30 PM
VER CONTENIDO EN: http://ecopais-atisbos.blogspot.com/

María Cristina Salazar de Fals (... - 10 de Julio, 2.006)
CONTENIDO
1.- ENTREVISTA AL COMANDANTE MARCOS, en Pensamiento Crítico Europeo. Por Sergio Rodríguez Lascano de la revista Rebeldía.
2.- “DIÁLOGOS INTERELIGIOSOS E INTERCULTURALES EN CUBA”. Por Maria I Faguagua Iglesias, historiadora y antropóloga cubana. Especial para PCV.
3.- “EL ESTADO COMO PODER INSTITUCIONAL LOCAL EN COLOMBIA”: El Caso de Soledad. Por Eduardo Posada Carbó. Además otros textos.
4.- “TERROR DE ESTADO”: Por Alberto Ramos G.
5. - “ISRAEL”: Por Juan Diego García.
6. - “FELICIDAD SIN ESPERANZA”. Por Hernán Mira Fernández.
7.- POLÍTICA Y CRIMEN: UN PASADO PRESENTE Y UN FUTURO DE IMPUNIDAD. Por Hernando Llano
8.- “DIFICULTADES EN LAS RELACIONES COLOMBO-ECUATORIANAS”. Por Alejo Vargas.
9. - “MARIA CRISTINA SALAZAR” . Por ARTURO SAMPER SALAZAR .
10.- “CORRUPCIÓN Y NEOPRESIDENCIALISMO”. Por Rafael Rincón,
11.- “ESPACIOS Y ARTÍCULOS VIRTUALES RECOMENDADOS”:
11.1.- “LA U: EN DEFENSA DE LA PALABRA”. Revista Hechos del Callejón. No. 17 Ag. 2006
11.2.- “BOLETIN”, Intituto de Pensamiento Liberal IPL, No 58, Julio31 de2.006
11.3.- “VOZ”, http://www.geocities.com/vozxcol/bogota.htm
11.4. - “CAJA DE HERRAMIENTAS”, 28 de Julio de2.006.
11.5.- "LA SENTENCIA DE LA CORTE PARA NO ABOGADOS", por Leonardo GONZÁLEZ
PERAFÁN.
11.6.- "PUBLIENSAYOS", Edición No 20 , Julio 2006
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1.- ENTREVISTA AL COMANDANTE MARCOS,
en Pensamiento Crítico Europeo, http://www.pensamientocritico.org/marcos0606.html
Subcomandante Insurgente Marcos SCI . El elemento extra: la organización
(Entrevista realizada por Sergio Rodríguez Lascano, director de la revista mexicana Rebeldía, 14 Junio de 2006)
Rebeldía: Desde hace ya bastante tiempo el EZLN ha venido insistiendo sobre una tendencia que se está expresando en el ámbito mundial: la crisis del Estado-Nación. Esta idea tiene como punto de partida la transformación de una serie de paradigmas políticos que fueron la base de la teoría del Estado-Nación. Aquí no nos interesa volver a una explicación ya dada por ustedes, el asunto es más concreto: ¿Qué relación tiene esta visión con la propuesta de la Otra Campaña?
SCI Marcos: Lo básico que vemos nosotros es que esta crisis está por resolverse. No, como piensan algunos, volviendo a las bases fundamentales originales del Estado Nación, sino ya respecto a todo lo que está ocurriendo a nivel mundial con la globalización y con el neoliberalismo. Según nosotros, ya la destrucción ha sido tal en las bases de los Estados nacionales que hacen imposible, desde arriba, la reconstrucción. Pero aparece todo un sector de la nueva clase política, o la reactivación de ciertos sectores de la clase política con otra perspectiva que plantean volver a organizar el Estado Nación; hacerlo funcional de nuevo ahora en esta etapa del capitalismo salvaje. Esta reestructuración o esta reorganización de los Estados nacionales, ya dentro de la perspectiva de la globalización, por un lado significa para los movimientos sociales, para los movimientos populares —en general para el movimiento de la rebelión a nivel mundial— su amenaza más importante. Y, por otro, que este reordenamiento de los Estados y de sus gobiernos va a significar que se acabe de concretar la destrucción del planeta. Y no me refiero a un sentido simbólico, sino real. O sea, que se avance esta voracidad de las grandes empresas transnacionales que están literalmente destruyendo la naturaleza: manantiales, bosques, playas, ríos. Y, entonces, ese Estado, ese nuevo Estado que está surgiendo, cuyas principales puntas del iceberg son: el nuevo Estado en Brasil, con Lula, en algunas partes también de Sudamérica, y en esta propuesta de la izquierda parlamentaria o de la izquierda institucional del PRD y de López Obrador. Por eso, el EZLN empieza a ver este proceso de reordenamiento. Ya no va a ser lo mismo que con Zedillo y con Fox, esta especie de desorden o de caos y que los gerentes que están en el gobierno y que están en los puestos de dirección del Estado simplemente están operando las cosas. Ahora se trata de volver a recuperar el hombre-Estado, el estadista de antes, pero ahora con otra perspectiva. Viene este reordenamiento, viene una disputa sobre lo que es el proyecto social o el proyecto de nación —como está de moda decir allá arriba— y si no hay una alternativa a la propuesta que es de arriba, viene una gran derrota moral, casi equiparable a la de la caída del Muro de Berlín. Nada más que más grave, según nosotros, porque está este engaño de que por arriba se va a poder solucionar la cosa y, de una u otra forma, uno se convierte en cómplice de esa destrucción. Se hace este análisis, que nosotros representamos en la Sexta Declaración con la espiral, antes de esto hay otras pistas que da el EZLN sobre cómo toma sus decisiones, de pasos, que se pasa de lo particular y luego para arriba, y luego más arriba, que es el caracol que se va creciendo. Y, entonces, se plantea esto de qué es el EZLN, dónde está, luego se va a lo nacional, luego se va a lo mundial. Y, no está ahí y sí está ahí esta visión —en la Sexta Declaración— de que va a haber una disputa y no se mete en el problema de cuáles son las características de ese nuevo Estado que va a surgir, sino en sus implicaciones. Para nosotros, la lucha contra eso significa la única posibilidad de sobrevivencia como nación. El nuevo Estado Nacional, o el nuevo confederado a la multinacional que se está creando, significa la destrucción de lo que nosotros llamamos Patria y de todo lo que la compone. Entonces, la Sexta Declaración hace este análisis, toma esa decisión y dice: lo que hay que ver es si en nuestro país y en el mundo hay otros que estén viendo esto que estamos viendo nosotros y que están pensando hacer lo mismo. La propuesta de la Otra Campaña es esta propuesta de unir, primero conociéndonos y escuchándonos, estas coincidencias que, al principio, pensamos que iban a ser menos o más dispersas y que, conforme avanza el paso de la Otra Campaña y se va concretizando —no me refiero sólo al paso de la Comisión Sexta, sino cómo la Otra Campaña va evolucionando— resulta que no, que son más, que son muchos y que la experiencia todavía es mayor. Y que coinciden en esto: ésta es no sólo la nuestra, sino es la última oportunidad que tenemos. Si nosotros dejamos pasar esta crisis y dejamos que se solucione arriba, el costo para todo el movimiento social, no sólo el de izquierda, definido como de izquierda, sino incluso el espontáneo, es la muerte. Así lo vemos nosotros.
Rebeldía: Explotación, despojo, desprecio y represión fueron señalados en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona como los cuatro flagelos que el capitalismo, en su fase actual, desata en contra de la humanidad y en especial en contra de los más pobres. Después de recorrer 20 estados del país. ¿Consideras que efectivamente estos cuatro flagelos representan el objetivo a combatir?
SCI Marcos: Sí, nosotros pensamos que lo que está ocurriendo es que hay dos etapas en este desarrollo del capitalismo a nivel mundial y en México. Se trata de despojar, de robar, y luego de explotar lo que inmediatamente aparece como fuente de riqueza: el trabajo, la tierra. Y digamos que en torno a esos dos ejes se construyen las formas ideológicas de dominio, políticas, culturales, que se sintetizan en estas dos palabras: desprecio y represión. Pero llega un momento en que no basta con estos cotos de riqueza, con esta imagen que teníamos de las grandes ciudades: ciudades con gran concentración de la riqueza rodeadas de un cinturón de pobreza, sino que ahora estas ciudades —para usar el mismo símil— ese nudo de la red del poder capitalista avanza ya cada vez más sobre lo que era su periferia, lo que no le importaba. En concreto, decimos nosotros: sobre nuestra pobreza. No les basta que seamos pobres, también quieren esa pobreza porque han descubierto que ahí todavía queda algo. En el caso del sector más pobre y más marginado de este país, que es el de los pueblos indios, es clarísimo: se trata de despojarles de su casa, porque hasta ahora es que su casa se ha convertido en una mercancía. Y me refiero a los bosques, a los manantiales, los ríos, los litorales, o sea las playas, e incluso el aire. Entonces, cuando se plantea esto y se plantea también que esto está operando en otros sectores, como el del movimiento obrero, como del movimiento campesino no indígena, la seguridad social, la salud, todo pues lo que empieza a hacer el sistema en una sociedad. Lo que está pasando es que en el núcleo central del capital que es la explotación de la fuerza de trabajo y todos los engaños que se hacen en torno a ésta, se empieza a generar una especie de remolino brutal en contra de todos los sectores para despojar a todos de todo. Aunque sigue siendo el núcleo central, según nosotros, la explotación de la fuerza de trabajo. Pero esto empieza a hacerse así y le permite a ese núcleo central, el hecho de que la explotación, el despojo, el desprecio y la represión empiecen a aventar a grandes sectores de la población a ver qué hace, le permite a ese núcleo central contar con lo que se llama el ejército de reserva... Que le permite bajar todavía más los salarios, aumentar la cuota de explotación y regresar cien años atrás el desarrollo del capitalismo en México. Aparte del fenómeno de la migración, que es un problema para abajo y también para arriba, como se está viendo con las respuestas del gobierno norteamericano. El hecho de bajar la noción del capitalismo a estas manifestaciones es lo que ha permitido a la mayoría de la gente que forma parte de la Otra Campaña el entender que esto es lo que nos hace, como pueblos indios, como obreros, como campesinos, como estudiantes, como maestros, como gente pues de abajo. Cualquiera puede reconocer esos cuatro elementos del capital que, de otra forma, aparecen diluidos. Si se habla del desprecio y el racismo, por ejemplo, en cuanto a los pueblos indígenas queda muy diluido. Pero como está claramente acompañado por el despojo de tierras comunales y ejidales, entonces queda claro quién es el enemigo y que no basta —porque aquí lo que está resolviendo toda la Otra Campaña es que no bastan las luchas que estamos llevando a nivel individual o grupal—, que el horizonte fue rebasado, fue roto, no por nosotros —porque tengamos una gran visión—, sino fue roto por el capital, por el poder. Entonces, ¿quién es el que decide que los pueblos indios eleven la mira y dejen de pelear sólo por el reconocimiento de sus derechos indígenas, sino ahora contra el capital? Es el capital; el que ha roto. Ha dicho claramente: el problema no es reconocerte como indígena, porque para mí no vas a existir, te voy a destruir. Y en el caso del movimiento obrero, esto que se llama la pulverización del movimiento obrero y del sector obrero, y no me refiero sólo al partirlos en muchos pedazos, sino incluso cronológicamente: eres obrero un rato y luego ya no lo eres. No tienes ninguna seguridad. Y a veces lo eres en un lado y a veces no, a veces lo eres en otro. Esta gran mentira de que la entrada de capitales y de industrias signifique empleo para la población que está ahí; y resulta que los trabajadores son jalados de otros lados. Porque está esa disposición de los que despojaron. Se convierte en una guerra que, decimos nosotros, en estos cuatro aspectos es donde todos coincidimos. Y es donde se permite que las trabajadoras y trabajadores sexuales, los homosexuales y lesbianas, los indígenas, los jóvenes, los niños, dicen: sí, aquí, en esto está. Esto cambia de nombre pero es el mismo efecto para nosotros. Y significa para nosotros —el avance de esto—, nuestra destrucción como lo que somos. En algunos caso, incluso destrucción física.
Rebeldía: Parecería como que la Otra en Puebla significó una especie de punto de redefinición de la Otra Campaña, en especial las reuniones que se tuvieron en Altepexi. Un proletariado nuevo, diferente, muy otro al tradicional agrupado en los grandes sindicatos de rama industrial se apareció, contó su dolor e identificó a su enemigo, no tan sólo en abstracto, sino que lo señaló por sus nombres. Ese proletariado —muy indígena— no tiene la experiencia de años de organización sindical, tampoco ha sido tocado por la ideología de la revolución mexicana, en cambio, tiene una claridad impresionante de lo que significa su explotación y considera a su patrón como su enemigo. ¿Qué le dice al EZLN ese proletariado? ¿Se miran en el mismo espejo? ¿Se identifican en su dolor y en su lucha?
SCI Marcos: ¿Qué significa para nosotros y qué significa para las organizaciones políticas, con una visión tradicional o más cuadrada de lo que es el movimiento obrero? Para nosotros significa, por un lado, nuestro destino. Porque toda esta gente que está ahora en maquiladoras es gente indígena que, por el despojo de tierras, sale —sobre todo jóvenes— a conseguir trabajo y se empieza con esta realidad. Ahora sí que del campo a la ciudad, como luego se dice, pero de la forma más brutal que se pueda imaginar. En ese sentido identificamos las raíces, el común denominador, y creo que, de alguna u otra forma, cuando se da este encuentro se batalla menos que con los obreros tradicionales, porque tenemos la misma raíz, el mismo origen. A la hora que ellos explican esto, lo explican como lo explicamos nosotros. Y se está planteando esto que insistimos una y otra vez: esta gente va allí expulsada. No por mejores condiciones de vida, sino por sobrevivir. Porque no hay otra opción. Y eso es lo que permite esas condiciones tan brutales de explotación: jornadas laborales de 14 a 16 horas; salarios mínimos, muy mínimos, de 45 o 50 pesos, y un alto costo de la vida, porque ya en la ciudad pues hay que rascarse con sus propias uñas. Nosotros pensamos que con este proletariado, con este nuevo proletariado, hay una identificación casi inmediata. Es esta raíz indígena la que les da esa firmeza y esa claridad, cuando menos para nosotros. Y se ve claro en el encuentro obrero: los trabajadores que venían de ese sector y con esa tradición, inmediatamente dijeron: aquí de lo que se trata es de un sistema, no de un sindicato. A pesar de que han hecho luchas por registrar sindicatos y por condiciones laborales, es tan brutal y tan inmediata la presencia del patrón: casi igual como la presencia del terrateniente en la hacienda porfirista. Y el hecho de que esos sectores también identifiquen, no la realidad histórica del movimiento obrero de Fidel Velázquez por la independencia sindical, sino que empieza a presentar semejanzas —a lo mejor no concientes— con el movimiento obrero en la época porfirista. Muy combativo, muy radical, muy sobre enfrentar al capital, ahí, en el centro de trabajo. Paremos, forcemos, rebelémonos en la misma línea de producción, que casi no tiene ahora ningún ejemplo por ese lado. Como que la lucha obrera actual —digamos la que más se conoce— no se da en la línea de producción, sino se da afuera: vía el sindicato o vía las movilizaciones. No sé, soy muy ignorante de esto, pero son pocas las luchas obreras que se den en la línea de producción. Y éstos las están planteando ahí. Ahí es donde se está dando la rebelión. Cuando menos lo que nos estuvieron contando. A la hora en que las obreras maquiladoras mandan a la chingada la línea, o se levantan, paran, entonces se viene todo el proceso de represión. Nosotros creemos que tenemos ahí un maestro importante: que en ellos no esté todavía la noción de que tienen mucho que enseñar, tal vez se opaca por esta decisión y esta radicalidad en su lucha. Cuando el EZLN y la Comisión Sexta dice que los indígenas son los que se van a trincar hasta lo último, no se refiere al pueblo indígena tradicional que está en su comunidad y hace sus artesanías y luego llegan los finqueros y la policía a despojarlos de la tierra. También, y sobre todo, se refiere a éstos. A éstos que aquí en México, o en el otro lado, están enfrentando la explotación de otra forma, pero la están enfrentando con sus raíces. Y eso es lo que los lleva a su radicalidad y su determinación en la lucha. Nosotros pensaríamos que las organizaciones políticas y sindicales deberían voltear a ver allá y aprender muchas cosas.
Rebeldía: Existe una crítica muy fuerte de algunos intelectuales de izquierda (por lo menos así se definen ellos) y de corrientes de izquierda —que actúan en el límite entre la institucionalidad perredista y charril y el movimiento social autónomo— en contra del EZLN sobre la frase: “Me cago en la correlación de fuerzas”. Desde luego sabemos que existe una especie de cultura en la que el análisis de la correlación de fuerzas es una magnifica coartada para evitar la lucha y la confrontación. Sabemos también que muchas veces el culto a la correlación de fuerzas ayuda a tirar los principios y la ética de la actuación política. Sabemos que la repetición incansable del concepto correlación de fuerzas no es otra cosa que la hipócrita resignación frente al pensamiento y la práctica de la derecha: ¿Cuál es la evaluación que tú haces de esa crítica?
SCI Marcos: Va más arriba el problema. Nosotros decimos que hay un problema en el sector intelectual, no sólo éste que señalas, sino en todo el sector intelectual —incluyendo el de izquierda radical— que es la separación o el desprendimiento del quehacer intelectual del quehacer político. A la hora que estás produciendo teoría o reflexión teórica, desligado de un movimiento, en esta especie de outsider que se propone a sí mismo el intelectual, está espontáneamente tomando de la realidad una concepción, y es esa concepción la que le permite editar la realidad y elegir: “esto es lo más importante”. Es la idea ésta de que “bueno, si espontáneamente —no como producto de un movimiento social, sino espontáneamente— de lo que veo en la realidad —que lo que ves de la realidad es lo que dicen otros intelectuales, lo que dicen los medios de comunicación, lo que se dice en los círculos culturales: que el imperialismo, o el Imperio, o la nueva correlación de fuerzas—, eso es lo que les permite decir: “esto es lo que importa” y les permite construir teorías como las de los corredores, diferentes tendencias que dicen: “así está la realidad”. Y sí, si partes de esa concepción, sí consigues obtener elementos de realidad que te confirmen tu tesis y también la contraria. Pero nunca llegan a esa parte. Nosotros decimos que la teoría, en ese sentido, allá arriba, siempre va a cojear de eso. Porque no se está planteando lo que dijo —no me acuerdo quién— que el problema de la teoría es práctico, fundamentalmente práctico. Y la práctica no es dar una clase, no es escribir un artículo, sino vincularse directamente con un movimiento social o político. Ahora, dentro de ese sector, está esto que se llama la comodidad en el código cultural. Cualquier cosa que altere mi posición como intelectual; que la ponga en crisis o que la cuestione, es algo que espontáneamente el intelectual rechaza. Si hay elementos en la realidad o movimientos que en la realidad están planteando una radicalización de la sociedad, eso significa que el intelectual pierde su espacio de seguridad para producir teoría. Los elementos se precipitan y no alcanza a producir la reflexión teórica. ¿Cuál es la queja fundamental de los intelectuales de izquierda y de derecha respecto a la irrupción de la Comisión Sexta, a partir de lo de Atenco? Nos desarregla el panorama. Ya teníamos aquí los elementos: los partidos políticos, el IFE... Y de pronto aparece y entra —¿por dónde? por la ventana— esta bola de plebeyos que no sólo no controlo y no sólo no sé de qué se trata, no quiero entenderlos, y me desarreglan todo el panorama. Y está esa desesperación que se traduce en odio y en coraje. Eso es digamos en general. En esta parte, en concreto, es: “nosotros no podemos —nosotros como intelectuales— valorar la correlación de fuerzas que no sea desde arriba, si no, nos lleva a la pregunta de ¿qué vas a hacer? Cuando mi trabajo como intelectual es responder qué no hay que hacer”. Y sí, vas confrontando las propuestas de los intelectuales de izquierda y de derecha y es: no hay que hacer esto, no hay que hacer esto, no hay que hacer esto. Y no hay que hacerlo. Cuando alguien diga: “hay que hacer esto”, pues uno le va a decir: “hombre, vente para acá, aquí tienes un espacio, hay que entrarle”. Entonces, en ese nivel, la correlación de fuerzas se convierte en la coartada para no hacer nada. Ni siquiera para el cambio pausado. Porque si se ve la argumentación que se da no es que la correlación de fuerzas dice que no se puede por vía insurreccional o por vía violenta; que es necesario un cambio pausado —que es algo que se podría discutir—; lo que dice es que no se puede un cambio, punto. Lo que se puede es dentro de esta estructura inacabada, pero fundamental, hacerle algunos arreglos. Y arreglos que me beneficien a mí como intelectual. Evidentemente, si todo se solucionara en el espacio académico y con ese nivel de que “yo te digo y tú me dices” del debate allá arriba, que no es apasionado. Yo me acuerdo que hace algunos años el debate entre intelectuales era apasionado y no significaba que tuviera bajo nivel. Ahora resulta que si se apasionan es que no tienen nivel teórico. Entonces, me puedo mantener en ese canal y seguir siendo la conciencia cómoda de la derecha, no de la izquierda, de la derecha. Decir: “no, no hay que cometer excesos”, “sí, está bien, hay que explotar, hay que despojar, hay que despreciar y hay que reprimir, pero con ciertos parámetros de civilidad”. En ese sentido, la correlación de fuerzas nunca llega al punto fundamental, que en un análisis de correlación de fuerzas es: ¿es el sistema, o no es el sistema? Porque a lo mejor la correlación de fuerzas es: “para cambiar el sistema, no se puede; para cambiar de partido en el gobierno, ahí sí se puede”. Está este brinco que hay de un lado para otro. Lo que nosotros pensamos es que este análisis de lo que es la correlación de fuerzas lo que está haciendo es seleccionar de la realidad los elementos que les permitan argumentar el “no voy a hacer”, “no hay que hacer”, “no se muevan”, “no hagan olas”. Pero que si hacemos realmente un análisis de la correlación de fuerzas, a lo mejor puede salir que sigue siendo más poderoso el enemigo, pero que ya hay otro elemento del que nunca se es conciente: que es el de abajo. Y su rebeldía es organización. No se trata que el EZLN esté diciendo, esté hablando de un sentimiento o de una subjetividad rebelde. El EZLN, a la hora que está pasando por los estados, está detectando que esa subjetividad está organizada y tiene una historia. No se trata de movimientos espontáneos, ni de encontrar a la gente nada más que esté lista. Resulta que la gente ya tiene su organización y su historia. Entonces, si se ve eso y se ve lo de arriba, entonces, la correlación de fuerzas cambia. Cuando el EZLN dice: “me cago en la correlación de fuerzas”, es me cago en la visión que en el sector académico se hace de la correlación de fuerzas. Tanto mundial, como nacional, como regional, como local, según como lo vayan bajando. Y que significa —así en términos muy pedestres de nosotros— que están mirando arriba y no miran abajo. Si alguien, mirando hacia abajo, nos dijera: oye ya viste que... esto. No, pero tan nos desprecian, que ni siquiera existimos. Esa es la molestia fundamental con la Otra Campaña por lo de Atenco: si no existía, pasaba por cualquier lado, no tenía nada que ver, ahora que se mete en esto se obliga a ver para abajo y no gusta lo que se está viendo. Porque se está viendo un movimiento plebeyo, rebelde, grosero, mal hablado, que pone los pies encima de la mesa, que come con los codos también sobre la mesa... Que no sigue el criterio que se ha establecido. Nosotros decimos que ese análisis no tiene ningún efecto. Porque, en todo caso, el que ofrece la derecha da más coartadas. Y es al que se dirige la izquierda institucional. O sea, al PRD no le importa lo que digan los analistas en La Jornada, lo que les importa es lo que se dice en Letras Libres; lo que les importa es lo que se dice en Vuelta —bueno ya no existe Vuelta—; en Nexos y todo eso, porque ellos han construido una interlocución con el poder y con los medios de comunicación. Y los sectores más marginales que piensan que no, porque los invita a comer Jesús Ortega y que algo les hacen caso, pero en la realidad no les importa. Ni su radicalidad, ni su prudencia. Los intelectuales de la izquierda de arriba se la pasan rogando al poder por que los mire, y se contentan con muy poco. Si, a cambio de eso, ellos pueden decir: mi correlación de fuerzas que estoy ofreciendo para el movimiento revolucionario del mundo —porque hasta eso son prudentes y modestos— no tiene ningún efecto ni abajo, ni arriba, ni siquiera en la academia —no creo que en los alumnos provoque ningún entusiasmo. Pero para ellos sirve. Para que cada día se puedan ver al espejo y decir que sí estás haciendo tu trabajo de orientar al proletariado, lo que pasa es que no te comprenden, no te obedecen. Pero en realidad, casi nunca, lo que señalan va dirigido hacia abajo, siempre es arriba. “No los veas, no les hagas caso porque son ultras, son plebeyos, no toman en cuenta la correlación de fuerzas”.
Rebeldía: En el mismo sentido se ha señalado, por los mismos, que el señalamiento de que “vamos por los ricos de este país” o “vamos a derrocar al gobierno que sigue sin importar de qué partido sea” representa una idea propagandista irrealizable, que reflejaría una especie de voluntarismo infantil. Esto de alguna manera revela la cortedad de miras de estas personas que no pueden imaginar un horizonte de ruptura revolucionaria, radical, rebelde o como se le quiere bautizar: ¿A qué crees que se deba esta cortedad de miras?
SCI Marcos: Esto del voluntarismo en realidad tiene su contrapeso. Es un señalamiento deshonesto de parte de esos intelectuales, porque todos ellos están apuntando al otro voluntarismo que sí está perfectamente definido. Porque dicen: sí es cierto que el PRD no tiene cuadros de izquierda; sí es cierto que el grupo gubernamental se está formando con cuadros priístas y panistas... pero está López Obrador, y en su voluntad, en su honestidad, ése es el que va a permitir que cambien las cosas, a pesar de que todo el entorno —y lo reconocen, pero no lo mencionan— es contrario, es de derecha. Entonces, ellos dicen: aquí están todos estos elementos para que nuestro voluntarismo, que tiene el aval de nosotros como intelectuales, sí funcione, y el voluntarismo plebeyo de abajo no funcione. El EZLN no está pidiendo permiso para que lo tomen en cuenta o para que lo clasifiquen allá arriba. Entre su desafío está fundamentalmente el desafío a ese sector intelectual. ¿Cómo lo decidió y cómo calculó los costos? Es parte de otra historia. Pero en eso el EZLN ha sido muy claro: no nos importa que no nos guiñen el ojo o que no nos den palmaditas, o que no nos orienten, o que no nos tomen en cuenta. Al revés. Nuestra propuesta es también frente a eso, también rebelde frente a eso. Y lo que está haciendo el EZLN es lo que ha hecho toda su vida, desde que nació hace 22 años, que es tocar abajo y leerlo que está tocando. Y decir claramente: nosotros no podemos fingir de decir que los problemas que estamos detectando se van a solucionar, sin que cambien las cosas fundamentales de este país; sería mentir. No lo vamos a hacer; o lo hacemos y entonces no vamos a ser nada, ni siquiera reformistas. No se puede seguir manteniendo el proyecto social de esta nación con esta mentira de que evolucionan arriba y evolucionan abajo. Llegó donde ya se acabó la paga, entonces, que sobreviva uno significa la muerte del otro —del otro como proyecto nacional—. Entonces,¿por qué vamos a decir que este movimiento se va a detener en democracia electoral, cuando vemos que lo que está brincando es una democracia directa? ¿Qué va a pasar con la democracia electoral, o la democracia de partido de clase política —que es la que está ahorita— cuando se plantee la democracia directa u otros tipos de democracia que están surgiendo? Pues tienen que desaparecer. Y no se van a resignar a desaparecer. Entonces, va a haber que destruirlos como clase política, no como personas. Y, ¿en qué momento la riqueza que se está acumulando en un lado será posible quitarla y repartirla equitativamente? Nosotros decimos: ya no es posible. Es necesario destruir al que detenta esa riqueza y que pase a ser posesión del verdadero poseedor, del que fue despojado de esa riqueza: del trabajador. Del trabajador, del pueblo indio, de toda la gente que está abajo. Entonces, ¿qué debíamos hacer nosotros? ¿Mentir o decir una verdad a medias? Decir sí, la situación está muy mal en el país, va a haber una rebelión y ¿qué va a pasar después? No, pues yo creo que los ricos, el gobierno, van a decir sí es cierto vamos a otorgarles algunas concesiones. Nuestra experiencia como indígenas zapatistas es la contraria: lo que logramos construir allá no tiene nada que ver con algo que nos hayan dado allá arriba. Ni el derecho a vivir, ni el derecho a vivir mejor. Si el EZLN sobrevivió fue por su capacidad para conectarse con otros y por la nobleza de la gente de otros lados para apoyarlo. Pero no porque el gobierno haya resuelto; haya dicho: sí, está muy dura la cosa, vamos a darles algo. Y si tú constatas lo que pasa en las comunidades priístas —o que aceptan la ayuda gubernamental—, que se supone que reciben la ayuda que fue producto de que el gobierno entendió: sí, es que las condiciones de los indígenas están muy graves. Y las de las comunidades indígenas, puedes ver —sin ninguna pena— que éstas van a desaparecer, las que reciben ayuda. A desaparecer físicamente: son las que más aportan para la migración a la ciudad y a Estados Unidos. Entonces, ¿por qué vamos a mentir o quedarnos a medias si sabemos que esto es lo que significa nuestra sobrevivencia? La sobrevivencia como nación, como México de abajo, pasa necesariamente por la destrucción del México de arriba; por su expulsión; por hacerlos pedacitos, como dice aquí. Entonces, ¿cuál es el problema de la clase política? Porque son dos cosas: vamos por los ricos de este país, es que los vamos a sacar y, si tienen delito, pues a meterlos a la cárcel. Porque ese momento se tiene que presentar. Según nosotros no es posible la convivencia, porque su existencia de ellos significa nuestra desaparición. Y, aparte, está lo del gobierno. Es decir, cómo es posible que pases —que es lo que preguntaba Loret de Mola— ¿cómo es posible que pases por encima de 40 millones de mexicanos que fueron y votaron y eligieron a un gobierno? Y yo le preguntaba: ¿y los otros 70? Porque ni siquiera son 40, van a ser como 30 o veinte y tantos. ¿Y los otros 70, qué? Ese gobierno que está allá arriba y esa clase política no tiene identidad ideológica. No es de izquierda ni de derecha, ni de centro. Es una clase que está buscando chamba y donde haya se pone el rostro, paradójicamente, se pone el pasamontañas que le conviene. Y se ve claramente en sus discursos. Donde conviene ser de izquierda —y no me refiero sólo a López Obrador, también a Calderón y a Madrazo— y cuando conviene hacerse duro, y cuando conviene hacerse pato. No hay una identidad que digas: aquí estos candidatos son de izquierda en todos lados. No, es según el auditorio, según el tema. Entonces, si ningún gobierno arriba va a cuestionar el rumbo económico —o la macroeconomía, para que quede más claro—, entonces ese gobierno tiene que ser derrocado. A nuestro entender, salvo que Patricia Mercado o Campa Cifrián, o el doctor Simi tengan alguna baraja debajo del saco, ningún gobierno de los que vaya a llegar está planteando esto. Piensan que es posible seguir, como nación, con las variantes macroeconómicas. Nosotros decimos: No. Ahora, si es voluntarista o no, pues ahí se va a ver si nosotros como Otra Campaña podemos organizar a todo ese pueblo y confrontarlo con la realidad que dice que no pueden seguir así las cosas, pues no veo por qué tengamos que mantener a un gobierno que nos va a destruir como nación. Entonces, ¿qué vamos a hacer con ese gobierno? Pues derrocarlo, o deponerlo —porque dicen que derrocar tiene que ser con las armas y la deposición es con movimientos—, como se llame. Con una movilización civil y pacífica deshacernos de ese gobierno, que es nuestro derecho constitucional, y hacer otro. Ahora, lo que nosotros estamos diciendo es que no es sólo eso, por eso agregamos lo de los ricos. Es necesario cambiar el sistema y quitarles lo que nos quitaron a los que ahora poseen los medios de producción. O sea, quitarles la tierra y trabajarla nosotros. Quitarles las fábricas y trabajarlas nosotros. Quitarles los bancos, los comercios, y trabajarlos nosotros. Eso ya lo había dicho antes alguien ¿no? Y antes sí había mucha gente que luchaba...
Rebeldía: Hace varios años, después de la caída del muro de Berlín, Eduardo Galeano dijo que la izquierda latinoamericana —y de alguna manera la mundial— semejaba a un niño perdido bajo la niebla. Esa orfandad creo que tiene que ver con la idea de que no hay nada “más allá del capitalismo”. Que el desarrollo y el progreso solamente son concebibles si el capital está presente, si hay inversión extranjera, si se respetan las leyes del mercado. Y entonces lo que queda como horizonte de izquierda es luchar para que los pobres sean un poco menos y los ricos un poco menos ricos. ¿Qué opina el EZLN sobre este escenario? ¿Es válido para un proyecto de izquierda?
SCI Marcos: Mira, nosotros estamos partiendo al revés. No se trata de si el desarrollo y el progreso son concebibles sólo en el capitalismo. Nosotros decimos que la destrucción y la miseria sólo son posibles en el capitalismo. Entonces, si nosotros no queremos ser destruidos como humanidad, o como nación en este caso de la mexicana, y queremos salir de la miseria, tendríamos que destruir el sistema que lo está provocando. Esto quiere decir que en cuanto al desarrollo y al progreso también hay uno arriba y uno abajo. No sólo eso. Aquella ficción de que el hombre se construía su fortuna ya no se puede sostener más. Los ricos y poderosos de este país y del mundo, lo son, por un crimen fundamental que es el del despojo y, en muchos casos, crimen de sangre, de muerte y de destrucción. El progreso y el desarrollo de ellos ya no es que ellos son ricos allá y nosotros somos pobres, sino, fundamentalmente, esa riqueza que están acumulando brutalmente es por el despojo, por la explotación, la represión y el desprecio que sufrimos nosotros abajo. Su desarrollo y su progreso son, necesariamente, nuestra destrucción y nuestra miseria. Entonces, nosotros estamos planteando esta lucha, la lucha anticapitalista, en este momento y de esta forma radical, tan radical, porque según nosotros es una cuestión de sobrevivencia, no sólo como nación, sobre todo, como un proyecto de izquierda. Ninguna organización política de izquierda va a sobrevivir dejando pasar esto, si realmente es de izquierda. Es la última llamada como organización política de izquierda. Y me refiero a todo el espectro: socialistas, comunistas, trotskistas, guevaristas, anarquistas, libertarios, punks o zapatistas. Ningún proyecto de izquierda va a sobrevivir. No va a haber por qué luchar como proyecto político. Y esto es fundamental porque unos piensan: no, hay que dejar que llegue el menos malo porque nos va a dar aire. Nosotros decimos: no, no va a haber aire. Si no los destruimos, no va a haber aire. Tenemos que construir primero ese espacio y luego confrontarlo. Esta imagen de Eduardo Galeano... sí, la izquierda mundial estamos como un niño perdido en la niebla, pero ahora ya sabemos que hay un abismo allá adelante y que tenemos que buscar otra cosa. Que si nosotros seguimos dentro del sistema capitalista —veamos o no veamos que está el precipicio allá— vamos a desaparecer. Por eso es que hay que construir otra cosa, porque no hay otro referente. Sí lo hay, pero no lo hay. Porque existe pues una tradición de lucha, existe una teoría, una ciencia que ha construido esa puerta. Pero no la hay porque a nivel cultural parece que no hay esa perspectiva, porque todo se apostó a ese muro. Qué paradójico ¿no? a un muro. En este caso al muro de Berlín y lo que eso significó. Como que todos coinciden que ese es el símbolo que trastocó todo, sin ver que había más cosas, pero ese es otro problema. Sí, podemos seguir en la niebla o no. Ese no es el problema, ya sabemos que si seguimos avanzando vamos a la destrucción. Y, entonces, es donde la Otra Campaña dice: vamos a hacer otra cosa. Vamos a mirar nuestra historia, vamos a mirar otra teoría. Todo lo que ya ahí está y que fue dejado de lado como si fuera un vestido que pasó de moda, y que resulta que no es un vestido, sino que es una perspectiva de lo que es la historia, de lo que es la sociedad y lo que es la lucha. Y no me refiero solamente a científicos, también éticos, morales, políticos. De que cuando la correlación de fuerzas te dice que tienes que hacer algo —invariablemente es venderte, rendirte, traicionar—, la ética te diga “ni madre”, “contra la correlación de fuerzas, ni me vendo, ni me rindo, ni traiciono”. Eso, y buscar y encontrar a otras gentes y decir: está bien, vamos a hacer el balance del muro de Berlín y de la teoría y todo eso. Pero ¿vamos a proponer algo nosotros? Esto que estamos haciendo es tan nuevo, y tan viejo al mismo tiempo. Tan viejo como es la humanidad rebelándose una y otra vez, no sólo en la cadena de producción, no sólo en las cavernas, no sólo en las pirámides, sino en todo lo que es el trayecto histórico de la humanidad. Otra vez volviéndose a rebelar y apostando otra vez, con el entusiasmo de equivocarse —que para los otros es temor y para nosotros es el entusiasmo de hacer algo y equivocarnos, pero hacerlo— de crear algo nuevo. A lo mejor no resulta, o no como lo pensamos, pero sí va a ser mejor de lo que hay en este momento y, sobre todo, va a significar la sobrevivencia nuestra como nación, y también como pueblo; física pues. Eso es lo que les aterra —yo creo—, que no significa sólo que hay que volver a leer lo que se leía antes, sino volver a entender que eso que se está leyendo, lo que se está escuchando, lo que se está viendo, te está diciendo: ¿y, tú? ¿y, tú? Es algo que aterra a los intelectuales, a todo el sector ese cultural de izquierda: que le pregunten ¿y tú, qué haces? Que lo saque pues, de su marasmo.
Rebeldía: Todo esto se ha reforzado con la llegada de gobiernos de izquierda en varios países de Sudamérica. Los triunfos de Lula en Brasil, de Kischner en Argentina, de Tabaré en Uruguay, de Evo en Bolivia y de Chávez en Venezuela —incluso los más tolerantes ponen en esta lista a la señora Bachelet— son presentados como la evidencia de que es viable la construcción de un camino alterno al neoliberalismo que parta de una política gubernamental, es decir de arriba. Pero cuando se analizan sus programas de gobierno (los casos de Venezuela y Bolivia hay que darles tiempo para ver cómo evolucionan) y sobre todo su práctica, resulta que respetan los marcos de referencia del proyecto neoliberal. ¿Por qué el EZLN insiste en que no hay que ver para arriba (a excepción de cuando un dedo de abajo señale hacia allá) sino voltear hacia abajo?
SCI Marcos: Porque nosotros pensamos que un proyecto fundamental, diferente, o sea que agarre para otro camino, es el que se necesita en América Latina. No lo que nosotros estamos viendo —sobre todo en el caso de Lula en Brasil, de Kischner en Argentina, de Tabaré en Uruguay y de López Obrador en México—, que es: sigamos por el mismo camino y —como lo dice él—cambiemos de caballo y de jinete. Pero nunca dice el camino. Y el camino es éste que dice: hay que mantener estas variables macroeconómicas y vamos a cambiar qué canción cantamos en el camino, o cómo nos vestimos y todo eso, pero el rumbo que llevamos es igual. Entonces ¿quién va a plantear o de dónde va a salir una propuesta que diga: no queremos ir a ese lugar? No sólo porque nos lleva a un abismo, sino porque lo que nosotros queremos es otra cosa y cambiar a otro camino. Sólo la gente de abajo y los grandes movimientos sociales. Espontáneos, organizados, planeados o surgidos sin que hayan sido vistos por los medios de comunicación. Es ahí donde se está planteando. Porque es esa gente, la gente de abajo, la que sí está viendo —al mismo tiempo que está viendo su explotación y a la hora que se empieza a organizar—, está viendo otro camino, otro mundo, uno donde esa explotación, ese despojo, ese racismo, ese desprecio, esa represión, no existan para ellos. Entonces, es ahí donde el problema no es quién va a montar el caballo o cómo va a ser el caballo, como se dice, sino que decir: bueno, vamos siendo claros, aquí el problema no es el jinete ni el caballo, sino el camino. Porque ni nosotros vamos en ese caballo, ni vamos en carro, ni nada. A nosotros nos están llevando a punta de bayoneta, o a punta de engaños —según sea el que le toca a cada quien— y nosotros queremos ir para otro lado. Si Evo Morales, si Hugo Chávez —en Bolivia uno, en Venezuela el otro—, o cualquiera en cualquier lugar, empieza a seguir otro camino va a ser porque fundamentalmente lo van a jalar de abajo, no porque arriba va a entender las cosas. Si fue posible la revolución cubana; cualquier revolución que agarró otro rumbo para un pueblo, fue porque hubo un pueblo que dijo “¡órale!”. Aunque entendemos que se concentre en una figura: en Castro o en Guevara; en Lenin, o en el que sea. Pero fundamentalmente fueron pueblos los que voltearon a ver para otro lado y dijeron: ¡vámonos por otro lado! Y ahí es donde la organización política, o el partido, o el gobierno, el que sea, opta: o confronta eso —como está haciendo Lula en Brasil—, o trata de seguirlo, o trata de buscar la coincidencia. Pero los de abajo están marcando ese camino. ¿Quién va a valorar el papel de Evo en Bolivia y de Chávez en Venezuela? El pueblo boliviano y el pueblo venezolano. Son los que van a decir: sí, sí están con nosotros, o no, ya no están con nosotros. O un rato están con nosotros y otros no. Pero, fundamentalmente, otra Bolivia u otra Venezuela va a ser producto de abajo; de los trabajadores del campo y de la ciudad de esos países. Y en cualquier lugar va a ser igual. Ahora, el cambio de los gobiernos de Lula en Brasil, de Kishner en Argentina, de Tabaré en Uruguay, no significan sólo esto de que “bueno, se va a administrar el proyecto neoliberal con la mano izquierda. No vamos a decir neoliberalismo, va a ser el capitalismo con rostro humano o bien administrado”. No es sólo eso. De ahí está emergiendo —yo creo que López Obrador es el que lo está proponiendo en México— un nuevo Estado-Nación. Más subordinado, más adecuado, sin ninguno de los rastros de autonomía e independencia que tenían los Estados nacionales antes de la caída del muro de Berlín. Y eso se tiene que ver, porque en todos lados donde está llegando, el movimiento social de izquierda que no resiste, es cooptado, destruido. Y cuando no, es atacado como si fuera el enemigo. Y a veces está la coartada de que sirve a la derecha. A veces, ni siquiera importa esa coartada; como los choques que ha habido de Lula con el Movimiento sin Tierra, en Brasil. Esto se va a ir viendo conforme avance todo eso. La propuesta en México es: agarremos un sector de la vieja clase política, démosle un nuevo sentido, y vamos a sacar el nuevo Estado mexicano. Lo que es la tontería más grande del mundo, no sé como se lo están tragando allá arriba —necesitan muchos espots o muchos cafés con los intelectuales—, ¿quién puede sostener que va a salir un nuevo proyecto de nación —o ¿cómo le dice? proyecto alternativo de nación— reciclando a la clase política priísta? No, no es posible.
Rebeldía: Una de las declaraciones que causó más polémica entre los detractores de la Otra Campaña (articulistas, moneros, etcétera) fue aquella en la que dijiste que el EZLN no tenía a qué ir a la toma de posesión de Evo Morales y luego, en otro momento, dijiste que el EZLN no volteaba hacia Bolivia y luego que lo que se estaba haciendo en México era lo más chingón y que no tenía parangón en el mundo. ¿A qué te refieres? ¿Podrías explicar un poco más qué es lo que estás diciendo con frases como éstas?
SCI Marcos: Primero, el EZLN dijo que no debía ir a la toma de posesión, no sólo que no tenía, que no debía hacerlo, porque significaba voltear hacia arriba. El aspecto fundamental de la Sexta Declaración es esa ruptura. Hasta antes de la Sexta Declaración, el EZLN volteaba hacia arriba. No sólo hacia los Evos, no sólo hacia los articulistas, moneros e intelectuales progresistas, también hacia el gobierno mexicano. Y su interlocución privilegiada era con ellos. Pero ahora —después de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, y en relación a lo que preguntas—, el EZLN dice: no debemos hacer esto porque hemos elegido otro camino, que es mirar abajo. Y es tanta la riqueza que vemos abajo que esa mirada nos demanda más que cualquier otro, por eso no debemos hacerlo. Además, por ética, sería mandar una señal contraria. El reproche de no ir a la toma de posesión de Evo Morales ni siquiera es tan elemental como decir: bueno, a qué horas va a sacar el pasaporte o la visa, sino era de que yendo a la toma de posesión de Evo Morales era un aval inmediato a la campaña de López Obrador: sí es posible que arriba se cambien las cosas. Y luego, cuando nosotros decimos: el EZLN no voltea hacia Bolivia, no voltea hacia la Bolivia de arriba, sino a la de abajo. Y son esas valoraciones las que toma en cuenta: las del movimiento popular que permitió el quiebre en Bolivia y la posibilidad de que el gobierno de Evo pueda decidirse por un lado y por otro. Ahora, sobre lo otro, lo que se está haciendo en México no tiene ningún referente, porque el EZLN está invirtiendo completamente el proceso. No se trata de un grupo de iluminados que genera conciencia en las masas y que dice vamos a luchar por esto y vamos a convencerlos para luchar por esto; sino que el EZLN dice: vamos a construir desde abajo. Que yo sepa —no sé mucho de historia mundial— no hay ningún proceso que haya empezado así. Que deje las definiciones fundamentales pendientes, que trace nada más el panorama general y empiece a construir de abajo, confiando en que de abajo —confiando en la gente pues—, en que de abajo va a surgir una propuesta: orgánica, de destino, de paso, de compañía, de ritmo, de velocidad. Todo lo que se plantea, hasta antes de la Sexta, como decisión de un grupo, de una organización o de un grupo de organizaciones. Y, entonces, ya construido este movimiento, nosotros pensamos que el problema del gobierno —y de la toma del poder— se invierte: deja de ser el objetivo central de un movimiento de transformación y se convierte en una pieza más de ese movimiento. Ojo: una pieza más; no es excluida de ese movimiento. Sí va a haber que hacer eso, pero no es el punto de partida, ni el de llegada. Es uno de los pasos que hay que dar en esa organización de la sociedad. Y, a lo mejor —pensamos nosotros—, podemos construir un referente mundial que no sea un muro, como el de Berlín, sino que sea otra cosa. Un rompecabezas cuya figura no está definida y que se va modificando con cada pieza que se agrega. Y como es abajo, y donde cada quien asegura su lugar, el problema aquí no es qué imagen va a quedar al final, sino que cada pieza tenga mi figura y mi color, que esté yo ahí. Y eso es lo que hace que el movimiento que la Otra Campaña... que ese rompecabezas se siga armando abajo, no arriba. Y, eventualmente, ahí va a caber la pieza del gobierno, o la pieza de la democracia electoral, o la de los derechos... muchas cosas pues que están ahí. Pero no es ni el punto de partida, ni —ojo— el punto de llegada. Pero tampoco se trata de evitarlo. Eso es lo que el EZLN está diciendo una y otra vez.
Rebeldía: La acción del Estado mexicano en contra del pueblo de Atenco parecería como un ataque abierto a la Otra Campaña. Si uno analiza el tipo de operativo parece que se llevó a cabo con base en un manual de aldea arrasada. El asunto no era detener a tal o cual persona, sino realizar una agresión contra el pueblo en su conjunto y todos los que estaban ahí presentes solidarizándose. La brutalidad de la acción fue tal que ahora se dice que de manera individual quizá algunos policías exageraron. ¿Qué piensas tú del tipo de operativo que se realizó y será ésta la política que siga el Estado para enfrentar a la Otra Campaña?
SCI Marcos: Sí va a ser la política, pero no es un operativo. El señor Wilfrido ha visto demasiadas películas y programas de TV Azteca y de Televisa y montó un operativo para la televisión. Un operativo de represalia, de castigo, para los medios de comunicación. Y esto explica que los medios de comunicación estuvieran ahí y que se editaran las partes para presentar: “estos rebeldes, revoltosos, que atentan contra la paz social fueron ejemplarmente castigados”. El operativo es muy malo, muy mal hecho, en cuanto a los objetivos de detener, los objetivos de reprimir y a los objetivos de imponer miedo. Porque no habían pasado 24 horas, cuando recuperamos simbólicamente Atenco. Fue, sobre todo, una señal arriba de reconocimiento a quién manda en este país, ahorita en este vacío gubernamental, que son los medios de comunicación. Y a la hora que se está volteando esto de que se está viendo: bueno sí, es que resulta que no hay ninguna legitimidad en eso que hicimos, entonces ya la legalidad no importa, porque la legitimidad se ha perdido. Y se perdió en el mismo terreno donde lo habían ganado, que es en los medios de comunicación. Y a los medios ya no les está importando si hubo o no violaciones, sino que ya el común de la gente no puede creer que los policías hayan sido honestos, humanos y legales, a la hora que entraron en San Salvador Atenco. Va a ser la política que siga el Estado para enfrentar a la Otra Campaña y a cualquier movimiento social, en tanto que exista y que se trate de manejar por los medios de comunicación. Y que los medios de comunicación, con esa autonomía e independencia que tienen ahora, no como beneficio sino para poder hacer lo que les gusta, pues no hay ninguna política definida. No sabemos si, al crecimiento éste que está operando en la Otra Campaña del movimiento de protesta por libertad de los presos y presas en Atenco, vaya a responder con la represión o vaya a responder con la libertad. Lo que sí se ve es que cada vez se le acaba el margen de hacerse pato; de decir: bueno, pues ahí vemos, y ahí vemos, y ahí vemos. Sobre todo, si la movilización va creciendo. Hasta antes del quién quede en el poder, va a seguir sin definirse una política para enfrentar cualquier movimiento social. Y no me refiero sólo a reprimirlo, también a darle solución a sus demandas. No va a haber. Y eso es lo que están proponiendo los tres candidatos principales. Que inmediatamente dijeron: “yo voy a seguir esa política”, o “yo no la voy a seguir”, o “yo no sé”. Bueno, nadie dijo que no la iba a seguir ¿no? López Obrador dijo “no, pues...”. Entonces, lo que está pasando es que el operativo se desmorona ya totalmente, en cuanto a su legitimidad, se empieza a desmoronar en cuanto a su efectividad y va a acabar de desaparecer en el momento en que salgan los presos. Porque entonces ¿para qué sirvió? Ellos piensan que no pueden hacerlo, porque significaría reconocer. Allá arriba no les importa que paguen Peña Nieto o Wilfrido. El chiste es que el movimiento no se conforme. Que a la hora que caigan esos; que ofrezcan las cabezas y digan “cálmense”, le digan que NO, hasta que salgan los presos. Y ya será parte del movimiento, ahora castigo a los culpables y todo eso. Porque ellos van a ofrecer eso: van a ofrecer el castigo a los culpables, a los culpables que seleccionen y el castigo que ellos seleccionen, ¿Y los presos? Ni siquiera jurídicamente se sostiene. No es la primera vez que el Estado opera eso, con esta seducción que le provocan los medios de comunicación. O sea, Wilfrido se imaginaba perfectamente entrevistado por Denisse Mercker, por Ciro Gómez Leyva, por López Dóriga —por toda la pléyade—, y él dando cuentas de que había impuesto el orden. Igual Peña Nieto. Y a la hora que tienen que dar y que tienen que pagar sus espots para decir que sí lo hicieron, es cuando ya van perdiendo la batalla. Y finalmente la perdieron esa. Porque incluso Wilfrido nunca va a poder dar las cuentas; lo que siempre le van a estar diciendo: “pudiste haber hecho ese operativo limpio”. Con un poco más de tiempo y más de inteligencia. Tenía el tiempo, pero no, Wilfrido no tiene la inteligencia. El Estado mexicano no tiene esa inteligencia. Esa es la que está tratando de recuperar López Obrador y Madrazo, y Calderón: “nosotros sí vamos a hacer las cosas bien”. No es que van a dejar de reprimir, sino que lo van a hacer bien. Ahí lo vean, porque les van a caer donde se publica la revista.
Rebeldía: Al inicio de la Otra Campaña, tú mandaste una carta a los reporteros de los medios de comunicación en la que explícitamente señalabas que la Otra no buscaba y no iba a captar el interés de los grandes medios de comunicación. Posteriormente, los sesudos analistas de la televisión (Denise Dresser, Hernández López, Riva Palacios, Krauze, Carlos Marín, Aguilar Camín) —puro cuadrazo, como dice un amigo— señalaban que el EZLN no había captado el interés de los medios de comunicación, que no aparecía el Sup en televisión, en los noticieros, en la prensa. Desde luego sin quererlo y sin saberlo estaban confirmando lo que el EZLN había dicho en esa carta a los reporteros. Ahora, después de la acción criminal contra el pueblo de Atenco, señalaste que participarías en una serie de entrevistas en los medios de comunicación masiva. En especial la entrevista a Televisa levantó una cierta polémica. ¿Cuál era el objetivo para realizar esta entrevista?
SCI Marcos: Había antes de Atenco una especie de acuerdo no explícito: donde la Otra Campaña seguía por abajo, no estaba mirando hacia arriba: no se metan con nosotros, nosotros no nos metemos con ustedes. No nos metemos no quiere decir que no estuviéramos criticando a los de arriba. No nos metemos en el sentido de que claramente habíamos definido desde hace mucho tiempo que la política se está definiendo en los medios de comunicación. Entonces, nosotros no nos metíamos a los medios masivos de comunicación, a pesar que desde que rompimos el silencio había solicitudes de entrevistas de todo el mundo. Que es lo que están olvidando ésos. En concreto, varios de los que se estaban quejando habían solicitado la entrevista. Dijimos: bueno, no, nosotros vámonos por abajo. Estamos en ese entendido: ellos no se meten con nosotros, nosotros no con ellos. Los medios sacaban sólo los golpes que eran al PRD o a López Obrador, pero pues ahí quedaba, no pasaba nada más. Como quiera era lo que decían que se decía. Entonces, cuando se da el ataque de Atenco y los medios se vuelcan en contra no sólo de Atenco, sino de la Otra Campaña, y la clase política junto con ellos, nosotros decimos: bueno, ahora sí que la tregua se rompió. Y la tregua significaba nosotros seguimos acá abajo, no nos metemos, ahora nos vamos a meter a los medios de comunicación. Porque sabíamos que había este interés en los medios de comunicación, desde antes de que empezara incluso la Otra Campaña. Nosotros dijimos: la clase política nos está chingando pues, con este operativo policíaco, pues entonces nos vamos a meter y vamos a disputarles ahí. Ni siquiera disputar, porque no tienen ninguna legitimidad ni ninguna inteligencia. Vamos a ver lo que no querían ver que es que la gente contraste entre una propuesta honesta, articulada y las mentiras que se están diciendo, o los cambios de rumbo que va a haber. Entonces, en ese sentido, se decide que aquél que trabajó la entrevista desde hace mucho tiempo, con olfato periodístico —porque todos los demás decían que no era noticia—, y el único que estaba insistiendo en que sí, que algo iba a haber, que algo había; que tuvo olfato periodístico, fue Loret de Mola. Entonces, se decide dársela a él. Pero antes, dársela a La Jornada en el entendido que era diferente una y otra. Luego se me reprocha que por qué ahí en Televisa no se mencionó lo de la ley Televisa y todo eso y se pasa por alto que el objetivo de esa entrevista era cambiar la visión que sobre Atenco había. Que fue lo que se consiguió. Me reprochaba una periodista: “pero tenías una hora, pudiste haber tocado muchas cosas”, y luego tuvo una hora ella en entrevista y dijo: “no pues es que falta tiempo”. Y antes en La Jornada también se habían tomado cuatro horas y también decían que faltaba el tiempo, porque había muchas cosas que hablar. Nosotros pensamos que había que hacerla y que había que enfocarla: ponerla al servicio de la Otra Campaña. Volteando la correlación de fuerzas respecto a qué había pasado en Atenco. Y eso fue lo que hizo la entrevista. Decir: momento, aquí no son brutalidades iguales. No se trata de la violencia venga de donde venga. Hay un desequilibrio total y éste es el que se encarga de la ley. Y creo que sí se consigue eso. Si además se le consigue dar visibilidad a la Otra Campaña, pues qué bueno, pero nuestro objetivo era ese. Y luego, fundamentalmente es coherente porque nosotros decimos que en este país los que gobiernan son los medios. Fuimos a decirle al gobierno que tiene que dejar libres a los compañeros y compañeras si no quiere problemas. Y si no los deja libres, pues esos problemas van a seguir creciendo. Hay dos grandes críticas que se hacen a la participación de Marcos en Televisa, fundamentalmente: una es la que viene de los medios alternativos, que dicen —aunque no muy convencidos— que con esa presencia, aunque sea crítica, se avale toda una política de medios. Y pues se puede discutir, porque es una crítica de izquierda. Y la crítica que hacen los intelectuales en los medios de comunicación, donde coincide todo el espectro supuestamente de izquierda con el de derecha. Y fundamentalmente todo se reduce a eso: “por qué nos desarregla el panorama”. Como periodistas dicen: sí, pues qué banquete, tener a alguien que sí puedes entrevistar y que la gente sí quiere escuchar. Porque ¿quién quiere escuchar a López Obrador y a Calderón y a Madrazo? Ahora sí que ni pagados. No digo que no vaya a ocurrir también eso con Marcos, pero, en ese momento, era La entrevista, o sea, el banquete periodístico. Y el resultado es que sale bien, que mucha gente se entera, que se cambia toda esta percepción de lo que pasó en Atenco, y entonces dicen: no pues ahora resulta que tenemos aquí una variable que no estaba contemplada, que no tiene registro, que ni siquiera paga espots y que nos desarregló esto. Y si revisas las críticas de los sectores de editorialistas que se reivindican de izquierda y las de la derecha, puedes cambiar los nombres y no hay ninguna diferencia.
Rebeldía: Parecería que tú quieres cobrar caro la represión a Atenco. ¿Qué significará tu presencia en la Ciudad de México en el marco de las elecciones federales? ¿Si se libera a los compas que están detenidos tú seguirás tu gira por el resto del país?
SCI Marcos: Sí. Liberados todos los compas que fueron tomados prisioneros en Atenco, la Otra Campaña sigue y sigue abajo. Esa fue la propuesta que se hizo pública y es la que vamos a cumplir. Pero, si no los sueltan, no sólo sobre las elecciones y no sólo sobre la ciudad de México. La Otra Campaña como una organización nacional está adquiriendo un perfil que no tenía antes de Atenco. Y es para nosotros una cuestión de dignidad, de ética y de moral hacerlo. Y estamos dispuestos a llamar a todo el que esté en disposición de sumarse para llevar hasta sus últimas consecuencias el “tienen que salir”. Esa es la apuesta y ese es el mensaje claro: suéltenlos y volvemos a la marginalidad. Si no, les vamos a hacer todo el ruido posible. Lo malo es que esta revista no la lee nadie allá arriba. De balde estoy mandando el mensaje.
Rebeldía: Para terminar y volviendo a la Otra: Arriba nos hablan de un país cruzado por dos “realidades”: el campeonato mundial de fútbol y las elecciones del 2 de julio (dos hologramas, el segundo más irreal que el primero); abajo ¿Qué pasa? ¿Qué país, que pueblos, qué gente, qué miradas estás viendo?
SCI Marcos: No hay ningún país allá arriba cruzado por ninguna de estas realidades. Hay una simulación en el México de arriba, en el país de arriba. Una simulación que está apostando todo al 2 de julio y a este gritar al espejo, o gritarle al espejo: somos modernos, somos modernos. Aunque esté pudriéndose la carne que lo tiene. Aunque sean las mismas historias de antes: 68, todas las historias de represión, las que estén colgando como pedazos de carne putrefacta en el rostro de ese que se está viendo ahí. En cambio, el del campeonato mundial de fútbol, pues sí ese sí tiene impacto abajo, pero ese se empieza y se acaba igual que el 2 de julio. Nosotros estamos viendo abajo, primero, una mirada de desesperación. Este cambio que habíamos visto del escepticismo o el cinismo respecto a lo que pasaba arriba —la clase política— a una rabia y a unas ganas de hacer algo. Si no, la Otra Campaña no hubiera crecido. Todavía hasta antes de que se diera esta inflada —que por supuesto es una inflada artificial— de Calderón, en Jalisco, algunos reporteros nos decían que los mítines de la Otra Campaña eran más grandes que los de Calderón. Ahora resulta que no, que hay gran apoyo. Pero todavía hasta ahí, hasta hace un mes, la Otra Campaña estaba levantando más que la campaña de Felipe Calderón. Y no se trata de gente que esté esperando respuestas, sino gente que está esperando un espacio y, sobre todo, la garantía de que ese espacio va a ser respetado para ellos. Entonces, si empieza como buzón de quejas la Otra Campaña y luego se va transformando en el intercambio de experiencias, en el conocimiento de esas experiencias, y conforme va avanzado se convierte ya en el espacio de lucha. Ahora sí ya vamos a luchar. No se trata de algo lejano. Y el gobierno está poniendo la mesa para que esta lucha se de: con los golpes, con las represiones, con las amenazas. Si te das cuenta, cuando se da la represión en Atenco y está la primera ofensiva de medios de comunicación... ¡La segunda! La primera era para que atacaran, la segunda es cuando ya se da el ataque y dicen: “triunfó la ley”. Todos se apuntaron y de todo el espectro político: Salazar Mendiguchía en Chiapas, Zeferino Torreblanca en Guerrero, Lázaro Cárdenas Batel en Michoacán, en todos lados dijeron: ¡órale! ahorita es donde hay que golpear a lo que tenemos a cada rato. Unos lo hacen, otros no lo hacen. Piensan como que es la hora de los cuchillos largos y todo el espectro político dice. ¡órale! ahorita es cuando vamos a cobrarles a todos. Pero como sólo dura unas horas y se empieza a voltear, empieza otra vez el repliegue. No es el repliegue sólo por los medios de comunicación, sino que también abajo pasa la primera etapa esta de que ¡chin! nos pegaron y empieza ya la etapa de organización, todavía medio dispersa porque la Otra Campaña no tenía cuerpo todavía. Era todavía nada más el recorrido del Delegado Zero. Y ahora ya empieza a adquirir una estructura organizativa y es la que empieza a decir: ¡órale! vamos a hacerlo. Es esa estructura organizativa que significa, en términos cualitativos, un salto adelante de la Otra Campaña que nosotros pensábamos que iba a ser mucho después. Lo estamos viendo. Lo estamos viendo abajo, Sí hay todavía miedo y todavía hay rabia. Sobre todo rabia, más rabia que miedo. Pero ahora el elemento extra es la organización. La capacidad de organizar. Vamos a organizarnos a nivel nacional para hacer una cosa y para hacer otra cosa. Y sus primeras pruebas van a ser la dislocación del 19 y la concentración del 28. Nosotros pensamos que ahí la Otra va a tener un perfil más definido y va a poder entrar, en junio, a disputarle a la clase política y al poder, la libertad de los compañeros y compañeras de Atenco. Sobre el mismo escenario que ellos plantaron. Si hasta ahora ese escenario, el electoral, había servido para oprimirnos, para hacernos a un lado, para ignorarnos, ahora, dependen de lo que hagamos nosotros para que les salgan las cosas como quieren que les salgan. ¿Me vi muy amenazante? Es una promesa.
Rebeldía: Una última cosa. Has dicho en algunas reuniones que lo que estás viendo en el México de abajo te recuerda el 92 en Chiapas. ¿Podrías explicar eso?
SCI Marcos: Sí, mira. Lo que pasó en 92, empezaron run runes. Nosotros teníamos nuestras tropas en la montaña y cada tanto íbamos a dar clase política: cómo está el país, cómo está el mundo, y los pueblos indios, bla, bla, bla. Y en 1992, los que regresan de los pueblos a las montañas y nosotros cuando estamos yendo a las reuniones de responsables —entonces no eran comités, eran nada más responsables— empiezan a decir: no pues la gente dice que ya, que ya es hora. Estoy sintetizando lo que se dice en otras palabras allá. Y empezó por un lado, y en una unidad y en otra, y en una zona y en otra; empezó a pasar también en los Altos, no sólo en la selva —que es donde estaba yo— en el norte, en la costa, empezaron a decir: y es que ya es la hora, tenemos que hacer algo. Y no se trataba de que —que a veces pasa— que fuera producto de una movilización. Nosotros hacíamos movilizaciones adentro de la selva. Como nadie nos pelaba, pues nadie se dio cuenta, pero podíamos juntar miles de combatientes en una concentración, o dislocarlos para hacer acciones de práctica. No hacíamos ningún ataque. Que yo podía entender como mando, no pues se calentaron porque vieron que era un mocho y ¡vámonos! No, al revés, no había un referente inmediato, sino que era producto de sus mismas condiciones o de lo que estaban viendo, uno. Y dos: y de que tenían una organización que podía hacer algo. Porque el que no tenía organización, pues se chinga, está pasando la situación ahí. Entonces, fue cuando dijimos: no, pues no podemos tomar una decisión sobre rumores, tendríamos que preguntarle a la gente. Y ya sabíamos lo que eso significaba. Porque el modo de las comunidades es pregúntales, pregúntales a todos y discútelos. Entonces se programa la consulta. Nosotros dimos el pitazo a la gente de la ciudad: así está. Nos dijeron: están locos, está Salinas más poderoso que nunca, el derrumbe del campo socialista, no tienen ninguna posibilidad, los van a hacer pedazos, etcétera. Y, como quiera, sacamos la consulta y pasamos en cada lugar. Y pasa lo que pensamos nosotros que pasa también en la Otra Campaña, cuando alguien empieza a hablar la posibilidad de otra cosa: no de la muerte, sino de vivir, de ganar, de sacar a los finqueros, de derrotar al rico, al que te está humillando. Pero esto no es que se corra la voz, sino que es como parte del inconsciente colectivo que llega a esa conclusión y empieza a producirse en las asambleas, porque fueron casi simultáneas, ni siquiera podías decir: es que a esos los influenció la asamblea anterior. Fueron así, simultáneas, en zonas cercanas, y sale: sí, sí, sí, pero por mayoría abrumadora. Sobre todo porque ahí se busca el consenso. Y, entonces, como a mí me tocó hacer ese recorrido y ver las argumentaciones en lengua en los pueblos: esa mirada, esas palabras y esos silencios, son los que estoy viendo ahorita. O los que hemos visto, pues, en los estados. Hay como dos partes en lo que es la Otra Campaña: digamos los actos públicos, que es donde tiran su rollo y aplauden y lo que sea y las reuniones éstas que, a muchos les desesperan, y nadie tiene el perfil completo de una reunión de adherentes, porque se desesperan, se van al baño, se duermen, dejan la grabadora puesta. Entonces, se da todo esto y empieza esta —según nosotros maña pues o esta virtud—, no sé cómo decirle, de nosotros de escuchar lo que se dice y lo que no se dice, que es lo que yo siempre les reprocho a ustedes. Es que ustedes están escuchando lo que está diciendo la gente, alguien, Marcos o el que sea, y no lo que está produciendo lo que está diciendo entre la gente. O sea que no saben escuchar. Entonces, empezamos a ver esto. O sea, una cosa es que alguien se pare y diga: es que yo necesito tierra y ayúdenme y no sé qué, o pinche gobierno, pinche PRI. Y otra que empieza a contar una historia de lucha y el efecto que empieza a producir en la demás gente. Y nosotros decimos: es que esta gente, en cualquier estado —porque te describe una situación de pobreza extrema—, sobre todo en zonas rurales, que tú pasas a las comunidades indígenas zapatistas en el 92 y es la misma, el mismo perfil. O sea, se están muriendo, los están matando, les están quitando todo y nadie se da cuenta. Nadie los ve ni los oye. Entonces, dices, no pues es que esto va a lo mismo que nosotros, pero sin armas. Sin organización, o sea, espontáneamente; o sea, va a la derrota. Nosotros decimos: en lugar de promover eso, porque nosotros hemos hecho una guerra y sabemos lo que cuesta, probemos otra cosa. Démosle a esta gente una alternativa que no le implique perder su perfil, su autonomía, su independencia, su historia, y que le evite llegar a un movimiento espontáneo. Cuando se iba pasando por los distintos estados, todos estábamos en la perspectiva de que va a llegar el momento en que vamos a definir la construcción. Y ahora resulta que no, que ya hay que construir, aunque faltan muchas cosas, y que en esa construcción más gente se acerca. La organización que está haciendo la Otra Campaña, por ejemplo en la zona metropolitana, D.F y estado de México, está siendo más efectiva que un mitin gigantesco, en cuanto a que acuerpe a más gente en la Otra Campaña. Porque ya son tareas, ya es la realidad de que sí eres parte de este movimiento; tienes tú lugar, tu tarea tiene su lugar. Entonces, no hay mejor mitin que eso. O mejor actividad para promover la adhesión que la misma lucha que ya está haciendo la Otra Campaña. O sea, hasta ahora, no hacíamos lucha como Otra Campaña; hacíamos pase de lista. A partir de lo de Atenco, estamos ya luchando como Otra Campaña. Qué chingón ¿no? Pero ojalá no sea tan caro. O sea, que sí salgan todos pues. Aquella vez, durante las reuniones preparatorias de la Otra, cuando se peleaban —que si esto, que si lo otro—, nosotros decíamos: no hay que preocuparse mucho por eso, porque en la calle cuando estemos chocando o nos estén reprimiendo se va a diluir todo. Y es lo que está ocurriendo. En este momento ya no importa si eres anarquista. Tienes tu organización pero la disputa no es quién es autoritario, quién es vertical y quién es libertario, sino cómo vamos a hacer nuestra chamba para sacar a todos, todas, nuestros compañeros, nuestras compañeras. http://www.revistarebeldia.org/
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2. DIÁLOGO INTER-CULTURAL E INTER-RELIGIOSO
REGLA DE OCHA E IGLESIA CATÓLICO-ROMANA EN CUBA
Por: Msc. María I. Faguaga Iglesias .
Historiadora y Antropóloga cubana.
(especial para ARGENPRESS.info) http://www.argenpress.info/notaprint.asp?num=032269 Fecha publicación:18/07/2006
(…) el derecho a ser iguales siempre que
las diferencias nos disminuyan; tenemos
el derecho a ser diferentes siempre que
la igualdad nos reste características.
Boaventura de Sousa Santos (1)
Introducción
Cuando nos referimos al diálogo inter-cultural e inter-religioso en Cuba la experiencia indica que aparecen dos reacciones contrarias -con independencia de la gama de matices intermedios, de los cuales no haré mención-, estas son: una actitud de expectativa -ante la cual surgen interrogantes del tipo: ¿Diálogo? ¿De qué habla? ¿Cuál es su propuesta? ¿Intenta ser original?, y así, un largo etc.- y/o una actitud de incredulidad -entonces, estas interrogantes suelen ser más concentradas-: ¿A qué se refiere con inter-cultural? ¿A qué con inter-religioso?, en tal sentido se ha dicho: ¿Por qué el guión?, ¿Por qué el prefijo inter? interpretando que ambos -guión y prefijo- dividen; (2) servirme de estos, aclaro, me permite visualizar la idea que pretendo transmitir de interrelación entre los diferentes componentes de la cultura nacional cubana, específicamente entre las religiones.

La expectativa generada suele acompañarse de la incredulidad y, generalmente, el rechazo no es al tema, sino al vocablo diálogo, que por razones múltiples en nuestro contexto ha dejado una estela de recelo, sugiriendo no muy buenas intenciones ocultas. La actitud de incredulidad frecuentemente va asociada al rechazo, justificándose en aquella vieja tesis -no del todo superada- que muchos consideran inamovible: tenemos una cultura nacional sólidamente monolítica, dicen, agregando que no hay, por tanto, necesidad de diálogo y, elemento relevante, para algunos esa cultura nacional tiene un basamento indiscutiblemente católico, para otros su cimiento es incuestionablemente afro, y, apenas tres lustros atrás, muchos otros se afanaban en buscar un fundamento ateo a esa, nuestra cultura.

En las actuales circunstancias internacionales, en que los conflictos violentos -bélicos o no- han pasado a formar parte de la cotidianidad y se han incorporado tan profundamente en la psiquis que pocas veces nos detenemos a preguntarnos por qué la prensa no siempre los refleja -conflictos que igualmente involucra a América Latina, donde frecuentemente resultan de sus inconclusos procesos independentistas y/o liberadores, con elevadas deudas en sus pactos sociales-, es imprescindible procurar y asirse a las opciones pacíficas, generadoras de enriquecimiento; oponer estas a las alternativas violentas, esencialmente empobrecedoras. El diálogo se halla en ese primer grupo de posibilidades. Consecuentemente destaca la necesidad de abrirnos (…) al diálogo intercultural como forma de cultura que el pluralismo cultural demanda. (3)

Ante tan dispares criterios, conducentes a conductas que pueden tener -están teniendo- consecuencias negativas, frente a los crecientes signos de hostilidad y, paralelamente, de disposición para la tolerancia y para el acercamiento desde la apertura al entendimiento, el dialogar se impone como necesidad aunque, para conseguirlo, debamos vencer primero nuestros inconfesados temores. En el tránsito por el camino que conduzca al diálogo es necesario mirar a la historia -pasada y presente- mas sin utilizarla como escudo; vale la pena reconocer nuestros orígenes y nuestras herencias -positivas y negativas-, nuestras creaciones y/o recreaciones, y los modos en que nos proyectamos micro y macro socialmente hacia el futuro, modos en los que tendremos que continuar luchando -en perseverante resistencia- con las tentaciones a la homogeneidad, al absoluto y a lo definitivo. Traer del discurso poético a la subjetividad social -su lugar de origen- el Son número 6 de Guillén reconociendo elementos que contribuyan a despejar nuestra mirada sobre la realidad:

Estamos juntos desde muy lejos,
jóvenes, viejos,
negros y blancos, todo mezclado;
uno mandando y otro mandado,
todo mezclado;
San Benedito y otro mandando,
todo mezclado;
negros y blancos desde muy lejos,
todo mezclado (...) (4)

Transculturación y asimetrías

La realidad de nuestra cotidiana transculturación, expresada biológicamente en una creciente tendencia al mestizaje y religiosamente en la tendencia al sincretismo, no nos libera de la conflictividad con que esta, en sus diversas expresiones, puede ser/es vivenciada. Si a todos enriquece, paradójicamente, unos la vivencian positivamente, experimentándola como goce y motivo de crecimiento, mientras otros la sienten como pesada carga de la que es preciso huir o que, al menos, se debe intentar ocultar, negar. Unos, la utilizan como fuente nutricia; otros, la resienten como trauma. Cuatro décadas de igualdad constitucional y del ya pareciera descontinuado igualitarismo no borran más de cuatro siglos de extremas y forzadas diferenciaciones económicas, políticas y consiguientemente sociológicas, enmascaradas en reales y visibles diferencias culturales y, digamos, raciales. (5) Los cubanos de hoy somos los herederos, para bien y para mal, de los criollos -convivimos todavía con personas que no han rebasado la fase del criollismo (6)- y de los cubanos de ayer, lo que halla expresión en los espacios culturales / religiosos.
Afro-América fue pionera en el surgimiento y desarrollo de la Teología de la Liberación (TdL); en gran parte de esta región física-cultural existe una práctica -no sin obstáculos y conflictos- más o menos explícita de diálogo inter-religioso de más de una década; la región acogió con prontitud la Teología Negra, elaborada en Africa; el movimiento de teólogos negros es en esta zona una realidad vigorosa; desde el movimiento laico comprometido con la realización evangélica prístina también se hace escuchar con fuerza la voz de los cristianos negros y mestizos, que no piden la creación de Iglesias negras -lo que históricamente sucedió en Norteamérica-, sino que trabajan por acceder a un espacio en igualdad de condiciones que el resto de la población cristiana, pero atendiendo a sus necesidades diferenciadas (ej. valoraciones de sus culturas originarias, expresarse a través de estas en sus comunidades religiosas, no tomar en cuenta el color de la piel en la aceptaciones de vocaciones…); se han instituido los encuentros entre sacerdotes cristianos y sacerdotes de las religiones afro.

Significativamente, nada similar sucede en Cuba… hasta el momento. Si en la ciudad brasilera de San Salvador de Bahía -tan similar culturalmente a nuestra sociedad-, en la Igreja do Rosario -popularmente conocida como Igreja dos Pretos- es cotidiana la realización de un culto de carácter inculturado, donde muchos laicos -con independencia de su nivel de participación en el mismo- lucen atributos que les identifican como fieles seguidores del Candomblé, y el coro interpreta sus canciones desbordándose emocionalmente al compás de instrumentos musicales de procedencia afro, sin que eso suscite preocupación para el sacerdote y, a pesar de no ser aprobado por la Santa Sede y de no contar con el beneplácito de toda la Conferencia Episcopal Brasileña ni de toda la comunidad católica del país, continúa su curso, estamos aquí muy distantes de estas manifestaciones de la realidad cultural / religiosa de aquella nación.

En Cuba no tuvo igual suerte el único intento conocido de contar con una liturgia análoga. En los años ´90 (S. XX), en la ciudad de Matanzas, un joven sacerdote católico llevó al templo a sus amigos santeros y realizó un oficio religioso con cantos que, acompañados por tambores batá, estos interpretaron. Curiosamente, la osadía no provino de un sacerdote cubano, sino español. (7) La feligresía quedó desconcertada. Las autoridades eclesiales también. Breve tiempo después: traslado del sacerdote hacia otro país. La feligresía de la parroquia matancera apenas recuerda lo ocurrido. ¡Tan rápido pasó! dijo un feligrés, negro, abakua y santero, que apenas fue creíble. El, dijo, hubiera deseado que se repitiera. Espera que alguna vez suceda, pero no sabe si lo vea. Edad: 44 años. Asiste de vez en cuando a misa y nunca creyó posible que algo así sucediera. Aseguró: Fue una sorpresa. (8)

Cuba y Brasil… Afro-América: toda. Sociedades marcadas por las huellas de la violencia sobre las que se fundaron: CON LA CRUZ Y CON LA ESPADA fueron descubiertas o encontradas, conquistadas y evangelizadas. Evangelización funcionando como soporte ideológico de la conquista, de ayer y de hoy. (9) Poder político y religioso en connivencia, hermanados por un mismo cordón umbilical: poder económico, sustentado sobre la base de la riqueza del trabajo esclavo... el sujeto objetivado, enajenado, convertido en mercancía que produce mercancía y genera plusvalía. Trabajo esclavo como sustento para el despegue capitalista de Europa, a la que ideológicamente heredaron los blancos y hasta muchos mestizos criollos americanos; herencia ideológica que pervive como sustrato -consciente o no- en el accionar de muchos.

De esas primeras realidades, generadoras de asimetrías mantenidas con o sin recreaciones por más de cuatro siglos, somos herederos todos: blancos, negros y mestizos; religiosos o no; cristianos, afro-religiosos y ateos. En esas primeras asimetrías, en que lo común era que, al menos en esta Isla, la mayoría de la población fuera inmigrante -unos por voluntad y otros por fuerza, lo que también deja huellas-, el Cristianismo, en su modalidad católico-romana, fue religión importada, auto erigida en hegemónica y hegemonizante; la Regla de Ocha fue la primera de nuestras religiones cubanas -la única, aseguran algunos estudiosos-, surgida en la clandestinidad y obligada a permanecer en la subalternidad, lo que le fortaleció y preparó para las adversidades. El Cristianismo fue la religión del poderoso; la Regla de Ocha lo fue del cautivo. Sus condiciones históricas, a tenor de las cuales se organizaron sus estructuras -para el Cristianismo vertical y marcada por el autoritarismo, para la Regla de Ocha horizontal y marcada por la tolerancia-, condicionan hasta la actualidad las actitudes de gran parte de sus miembros en tanto partícipes de la macro sociedad de la que formamos parte. Esa herencia se advierte en nuestras instituciones; el lenguaje utilizado -definido por excesos, descalificaciones y omisiones- y los sustratos que en estos se aprecia, lo confirman.

La preocupaciones manifiestas de la jerarquía católica respecto a las afro-religiones y la utilización de términos anacrónicos y minimizadores para referirse a estas -sectas, supersticiones y cultos sincréticos, son los preferidos, por cierto, coincidiendo durante mucho tiempo con funcionarios y estudiosos oficialistas, llegando incluso más lejos al calificarlas de mediocridades-, influyen en las percepciones y en los discursos de una parte numéricamente importante de los miembros de su estructura eclesial, incluida la feligresía. Según la religiosa católica Marta Lee -entre las pocas personas pertenecientes a la estructura eclesial católica en Cuba que estudian las afro-religiones- se trata de religiones que encierran temor, pues sus orishas no muestran bondad ni misericordia. (10) Recientemente aparecieron en una de las publicaciones de la Iglesia católica en Cuba de mayor circulación en el territorio nacional y en el exterior, estos versos… ¿ingenuos???:

¿Qué pueblo del interior
no lleva un santero a bordo?
de esos que si el lío es gordo,
resuelve más que un doctor.
Lo mismo alivia un dolor
que cualquier tipo de mal,
y hay en él confianza tal
en el pueblo y veguerío,
que la cola en su bohío
es más que en el hospital.

El santero atiende igual
al rico y al sin peseta;
el fármaco que el receta
se compra en el yerbazal.
Es hombre honrado y cabal,
y con cierta educación.
Yo no sé con precisión
si es con Dios o los demonios,
pero arregla matrimonios
o los lleva a perdición.

Alivia el mal del riñón,
y sus poderes son tales,
que también alivia males
del alma y del corazón.
Es un experto en cuestión
de frigidez e impotencia,
y es bien amplia la creencia,
en toda la vecindad,
que el mal de esterilidad
cura mejor que la ciencia.

Se sabe de la experiencia
de un hombre y una mujer,
impedidos de tener
una mutua descendencia.
El santero, con paciencia,
hizo al marido yerbero;
le enseñó el herbario entero,
y a nueve meses de trato,
la mujer parió un mulato
que era idéntico al santero. (11)

El Santero es el reflejo -consciente o no- de esquemas mentales profundamente enraizados en el mundo cristiano hacia la religiosidad popular, comprendiendo las afro-religiones. Temor y duda son dos reacciones visibles por parte de los cristianos cubanos hacia sus connacionales afro, sentimientos que experimentan hacia todo lo que consideran negro, como las propias afro-religiones. Demeritarlas por la vía de la demonización -algo de lo que sí entienden al ser una idea presente en su religión-; acusar a sus cultores de traidores y malvados -llegan algunos hasta a creerles posibles asesinos de niños, fundamentalmente blancos y rubios, lo que pudiera relacionarse con lo escasa que es la presencia de este tipo en el vitral fisonómico cubano-, es procedimiento habitual aunque no trascienda en el discurso público.

Diplomáticos extranjeros han manifestado incredulidad y desorientación al resultar advertidos por figuras prominentes del clero cubano respecto a lo que sinceramente consideran necesidad de cuidarse de los negros. En trabajo de terreno por las provincias orientales, quien escribe recibió la misma advertencia, proveniente de una señora: blanca, profesional, de mediana edad, activa como militante comunista y como católica. Ten cuidado, m´ijita -dijo-, en andar por ahí con los negros. Ellos viven en barrios malos, como Los Hoyos, donde lo único que hacen es tomar ron, tocar cajones y bailar; porque ellos piensan todo el año en el carnaval. Yo no entiendo cómo es que hay personas inteligentes, hasta extranjeros, que vienen hasta aquí para ir a ese lugar. Allí nada bueno te puede pasar, hasta te pueden matar, (12) concluyó. Se torna secreto colectivo inconfesable: en la sociedad cubana la huella del color se filtra en todo, sin excluir el ambiente religioso.

Sintomática y coherentemente, desde el púlpito y desde las publicaciones con que cuenta -muy variadas y en toda la Isla-, la Iglesia católica se esfuerza denodadamente en los últimos años por rescatar su lugar preferencial y, más visceral que teóricamente, afirma que la virtud el pueblo cubano la obtuvo de su raíz cristiana. (13) Recientemente, alguien tan conocedor de las interioridades de la cultura nacional cubana como Mons. Carlos Manuel de Céspedes -Vicario general de la Arquidiócesis de La Habana- ha insistido en que el tronco de la cultura cubana lo conforma(n) su(s) componente(s) hispano(s), en tanto su(s) componente(s) africanos(s) únicamente se simboliza(n) en una rama. Quizás a consecuencia de sus muy imaginativas metáforas -no necesariamente por el contenido que abarcan- el padre Céspedes fue hace pocos meses incorporado a la Academia Cubana de la Lengua Española y se le acaba de conferir el Premio de la Latinidad.

El discurso neo-colonialista de la Iglesia católico-romana en Cuba halla respuesta en su contraparte religiosa (14), la Regla de Ocha. En la réplica, las propuestas suscitadas a manera de acción-reacción, causa-efecto, transitan entre la indiferencia -real o no- y la refutación. Quienes se adscriben a la corriente reafricanizadora -en este caso, yorubizadora- de las afro-religiones, pueden estar tentados por la necesidad de validarse identitariamente desde su religión, y, a la par procuran reforzar en esta los elementos que consideran auténticamente africanos; algo no siempre fácil de discernir, especialmente si nunca se tuvo contacto directo con Africa, y, aun de haberlo tenido, pues se necesita considerar dos presupuestos esenciales, siempre visibles, que quizás por eso les dejamos de lado: primero, que la Regla de Ocha es una religión de creación cubana; segundo, que siendo las culturas entes dinámicos, será cuasi imposible hallar hoy en tierras africanas, sin variaciones, los elementos originarios de sus religiones ancestrales. Los que se muestran indiferentes al discurso católico, muchas veces desconocen los intentos yorubizadores de la pequeña élite de santeros que los ejecutan; en la mayoría de los casos, han incorporado el sincretismo a su realidad cotidiana, no sienten contradicción en llamar a los orichas y a las divinidades católicas inter-cambiando sus nombres, y tienen en sus altares las representaciones litográficas o esculturales de las divinidades católicas, conservando las representaciones de sus orichas en las soperas que para estos dispuso en su canastillero, mueble cuya presencia generalizada para estos menesteres igualmente es muestra de transculturación.

Nosotros fuimos a la Iglesia -se refiere a la católica- porque nos obligaron. Pero nosotros no somos católicos. No tenemos nada que ver con ellos. Ya es hora de que nos dejemos de tanta ignorancia, (15) dice un santero, mestizo, estudioso autodidacta de las religiones. Por su discurso se percibe tan fuerte como su oricha tutelar, Ogun. El no quiere ir donde le consideran un trasgresor… prefiere su espacio: ¿Se atrinchera? ¿Se apalenca? Yo fui monaguillo. (…) pero soy babalawo y no quiero tener nada que ver con ellos. Aquello me lo impusieron. Pero la Iglesia católica nunca nos ha querido a nosotros; ellos piensan que nuestras creencias son brujería, cosas de negros, que esto es malo, aseguraba en los años ’90 un conocido babalawo, quien comenzó el nuevo siglo -y tercer milenio del Cristianismo- con planteamientos más conciliadores al estilo de: Nosotros estamos abiertos al diálogo con todo el mundo, también con los católicos. Todos podemos trabajar y colaborar, sin faltarnos el respeto. (16) Este último, superada la fase de auto enclaustramiento comunitario, tiende puentes; muestra su disposición a hacer -desde la cotidianidad- teología del pluralismo, la que asume el pluralismo religioso como bendición de Dios y lo articula con la resistencia y el camino de liberación de los oprimidos, (17) de todo tipo.

Uno y otro, con recursos tácticos diferentes, resisten culturalmente, no transigen, no dejan de ser; la resistencia de aquel es defensiva, la de este es ofensiva. Teniendo igual fin estratégico: ser reconocidos en la valía de su cultura, difieren en la radicalidad de sus métodos. La radicalidad del primero le conduce al ghetto, auto aislándole -haciendo, en cierta medida, el juego a quienes le excluyen-; la del segundo sugiere una capacidad de resistencia liberadora, y, a la manera de Frank Fanon, procurando su liberación, contribuye a que el otro se fije en su propuesta de realización conjunta, advirtiendo de alguna manera su proceso de liberación.

Diálogo y cultura

La Comisión Organizadora de la Letra del Año y la Asociación Cultural Yoruba de Cuba -agrupaciones de afro-religiosos con mayor repercusión entre las comunidades afro-religiosas en la Isla y el exterior-, han mostrado disposición para el diálogo con la Iglesia católica aunque este, desde sus estructuras jerárquicas, no se haya efectuado, ni han mostrado estas un real interés en su concreción. Factores múltiples lo obstaculizan y, fundamental, pareciera que la inercia no permite detenerse a observar los elementos que lo facilitarían (18). Casos de sacerdotes católicos y de afro-religiosos -excepcionales para ambos- que se encuentran y dialogan, a nivel privado, muy ocasionalmente se suscitan. La historia ha favorecido el monólogo y la descalificación que, peligrosamente, se manifiesta en algunos como vocación.

A menos que consiga imponerse el discurso neo-colonialista de la Iglesia católico-romana en Cuba -que no se ha convertido en una Iglesia cubana-, profundamente impregnado de fundamentalismo e integrismo, remanente y evocación de su vieja posición de poder y privilegio, el diálogo inter-religioso se irá gestando de manera natural. Tradicionalmente los cubanos han mostrado una tendencia más aguzada a la interrelación que al ghetto… las realidades culturales / religiosas, y hasta las políticas, en una sociedad en la que se impone la necesidad de la búsqueda de un nuevo consenso -más inclusivo-, apremian a discurrir en esa dirección, pero hay que trabajar para alcanzarlo, evitando que continúen siendo obstaculizadas las acciones en tal sentido.

Los cambios culturales precisan catalizadores para manifestarse. (19) El diálogo pudiera concretarse como la expresión de dichos cambios. Los cambios institucionales que se van generando en la Regla de Ocha -en reacomodo a nuevos contextos culturales / religiosos, económicos, políticos, sociológicos, dentro y fuera del país- pudieran actuar como uno de sus catalizadores. Los cambios culturales se imponen a las apreciaciones mecanicistas. Pretender paralizar el desenvolvimiento de ambas religiones -desde sí o desde fuera de sí- no las enriquecería como micro mundos ni favorecería el acercamiento entre estas -sintiéndose amenazadas por la convivencia, se resguardarían en plazas sitiadas-, sino que desvirtuaría los post modernistas principios fundantes de nuestras sociedades afro-americanas, en este caso, de la cultura nacional cubana.

No hay una teología nacional en la Iglesia católico-romana en Cuba, reconoce Mons. José Félix Riera, secretario del Secretariado de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC). Es decir, no existe una reflexión que derive en un discurso que sustente la acción, en un plan pastoral, a partir de la realidad contextual en que se desenvuelve esta Iglesia. De hecho, el recién anunciado Plan Pastoral 2006-2010 no se detiene en el tratamiento de la religiosidad popular, categoría tan amplia en la cual la Iglesia católica incluye a las afro-religiones. A pesar de asegurar Mons. Félix Riera que cualquier párroco, y cualquier obispo, donde primero miran es a la realidad cubana en la que están tratando de servir, reconoce que un diálogo así sistemático, institucionalizado, con este sector de religiosidad sincrética, yo diría que no existe. (20)

Sería profesionalmente deshonesto obviar la existencia remota de una catequesis para los esclavos, elaborada por el padre Antonio Nicolás Duque (S. XVIII). (21) No obstante muy pobres y, por lo general, escasamente sustanciosos intentos de reflexión en torno a la población afro-religiosa tuvieron lugar desde entonces en el contexto católico-romano de la Isla. (22) Sorprende positivamente la obra del joven párroco Raúl Rodríguez Dago, cubano, que con el título Sincretismo cubano. Santeros, ñáñigos, paleros y espiritistas (23) se acaba de publicar, a manera de breve pero panorámico y serio estudio etnológico de las mencionadas religiones, ofreciendo desde su identidad católica un tratamiento desprejuiciado al mundo afro-religioso, exhortando a su comunidad al estudio de esos otros -que muchas veces son, a su vez, ellos, con esa propensión de los cubanos a la incorporación de elementos externos a su sistema religioso como a vivenciar simultáneamente varias prácticas-, y presentando una propuesta de pastoral para el tratamiento de estos. (24)

La religiosidad popular que fluye -desde lo hispano como desde lo africano- en la población cubana, las reflexiones teológicas, los intercambios entre líderes religiosos, las problemáticas de género y raza, la comprensión de los alcances y limitaciones de las maneras diversas de concebir la institucionalización, los conflictos intergeneracionales, la identidad nacional, entre otros, son elementos que pudieran conducir al diálogo y/o fructificar del diálogo entre la Regla de Ocha y la Iglesia católico-romana en Cuba.

De la capacidad que muestren estas religiones de reacondicionarse a las cambiantes circunstancias -para lo cual tendrán necesariamente que auto recrearse, lo que en la Iglesia católica tiene que ver con la reapropiación de sus planteamientos en el Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC) (25), y para la Santería pasa por saber controlar y beneficiarse de las tensiones teológicas que en esta tienen lugar- dependerán las dimensiones de su espacio social y, por tanto, de su futura repercusión nacional. No se trata sólo de sus posibilidades de sobrevivir, sino de poder producir un sentido que trascienda a la vida colectiva de las personas (...) organizar acciones que incidan sobre la vida de la sociedad mediante obras sociales y otras vías, (26) para lo cual: ¿Están listas?

La dialéctica de generalidades y particularidades vivenciadas al interior de la cultura nacional cubana, es muestra del juego de las identidades al que se refiere el profesor jamaicano Stuart Hall. Los procesos de europeización -romanización-, yorubización y hasta de criollismo que actualmente se experimentan hacia su interior nos alertan a tener presente que: Las identidades nacionales no subordinan todas las otras formas de diferencia y no están libres del juego de poder, de divisiones y contradicciones internas, de lealtades y de diferencias superpuestas. En tanto la cultura nacional es también una estructura de poder cultural. (27)

En el caso cubano no debemos ignorar que la Regla de Ocha ha representado, tradicionalmente, la cultura subversiva, marginal, la contra-cultura… fue la religión de la sobrevivencia, de la resistencia, en cambio, va en franco proceso de expansión, quizás, de universalización, pasando de la posición defensiva a asumir, además, expresiones de una postura ofensiva; la Iglesia católica fue la representante de la cultura oficial, la religión del poder -del que formaba parte-, hasta aquí traída ya con su carácter universalizador, y, actualmente, pareciera extinguirse hasta en sus focos de origen y de sostén, incluida España… y, curiosamente, en profundo declive en su centro de origen y en sus focos de sostén, se refugia en América Latina y en Africa, sin aportar muestras muy concretas de entender a estas regiones ni cultural ni sociológicamente.

Desde la comprensión y aprehensión de este segmento de su realidad, la sociedad cubana estará en condiciones de vivenciarla -reacomodándola, allí donde sea necesario, y liberándose de lo que ha dejado de serle valioso, relevante, funcional … aunque, tal vez, nunca lo fue- repitiendo con Juan Pablo II -el Pontífice polaco hijo del Socialismo real, el Papa viajero que visitó en la Isla, el teólogo y artista que criticó severamente al Capitalismo salvaje y mientras procuraba desarticular a la TdL, que fustigó al Primer Mundo pero no comprendió al Tercero- que: Debemos vencer nuestro miedo de futuro. Pero no podremos vencerlo del todo si no es juntos. (28) Complementando sus palabras con las que en herencia cultural/religiosa le reveló Orula -oricha de la adivinación; sincretiza con San Francisco-, quien alertó enseñando que: El saber está repartido. Repartido también deberá estar, entonces, el poder, en todas las esferas de la vida macro social cubana, sin excluir las religiones.
Notas:
1) De Sousa Santos, Boaventura. “Nuestra América. Reinventando un paradigma subalterno de Reconocimiento y redistribución”. Internet.
2) Desde la etapa de preparación de la primera etapa de la gesta independentista cubana (S. XIX) constante preocupación ha sido la consecución de la unidad nacional, lo que ha coadyuvado a la existencia de una hiper sensibilidad respecto al tema de la que se han servido algunos para imponer propuestas y atribuirle carácter de nacional a pesar de que no satisfagan los intereses de la mayoría de la población. Ha sido paradigmático lo sucedido con la población no blanca, a la cual casi invariablemente se le ha acusado de racista cuando ha pretendido hacer valer en la agenda de pacto nacional sus necesidades, contenido el hecho de hacer efectiva la no discriminación por color de la piel.
3) Robles, Amado J. “Aporte de las tradiciones religiosas a las sociedades de conocimiento como proyecto humano”. En: Colectivo de autores ¿Qué pueden ofrecer las tradiciones religiosas a las sociedades del siglo XXI? 2005. Segundo Encuentro en Can Bordoi. 28 de junio-2 de julio/2005. CETR editorial. Barcelona (España). Pág. 33.
4) Guillén, Nicolás. Son número 6. En: El libro de los sones. 2001. Editorial Letras Cubanas. Pág. 105.
5) El término raza, no obstante haber quedado desfasado en el ambiente académico, continúa comunicando incluso dentro de este, de ahí que lo sigamos empleando.
6) Criollismo expresado en una doble conciencia –concepto que introdujo a inicios del S. XX el sociólogo afro-estadounidense W.E.B. Du Bois-, forjada en al proceso de colonización, y, expresado, en la ambivalencia del discurso y de la acción. Ver: Mignolo, Walter D. “La colonialidad a lo largo y ancho: el hemisferio occidental en el horizonte colonial de la modernidad”. En: Lander, Eduardo (compilador). La colonialidad del saber: eurocentrismo ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. 2005. Editorial Ciencias Sociales. La Habana (Cuba). Págs. 64-65.
7) Quien desconocía que seis décadas antes un joven intelectual cubano, educado en España, con el apoyo de sus colaboradores santeros había mostrado por vez primera en un sitio profano, en un medio cultural de tradición oficial, lo que era decir blanca, los sagrados tambores africanos. Año 1937. Teatro Campoamor. La Habana, Cuba. Fernando Ortiz dicta una conferencia sobre La Música Sagrada de los Negros Yorubas en Cuba, invitado por la Institución Hispanoamericana de Cultura. Allí presentó los bailes, cantos y toques yorubas, al compás de los tambores batá, por vez primera para el público profano de Cuba.
8) Trabajo de campo de la autora.
9) Uno de los grandes dilemas y retos para la Latinoamérica contemporánea es resituarse lo más favorablemente posible en la estructura de atrofiadas relaciones de poder que prima mundialmente, impuesta por el Norte y ayudada a apuntalar por los criollos que generalmente dominan las esferas económicas y políticas en este continente. En ese panorama de contienda mundial continúan como activos partícipes, en ocasiones, las religiones y los religiosos. No olvidar que en el ámbito cultural / religioso persisten las campañas de conquista y de reconquista; la Nueva Evangelización emprendida por la Iglesia católico-romana, los esfuerzos de misioneros y tele predicadores, la mirada hacia el mundo afro-religioso de destacadas figuras de estas religiones en Africa y el resto del mundo, son algunos de los ámbitos en los que se libran esas batallas de conquistas y reconquistas culturales / religiosas.
10) Lee H.S, Hermana Marta. “Algo más sobre nuestras raíces”. En: Colectivo de autores. Cuadernos del Aula “Fray Bartolomé de las Casas”. 2000. Convento San Juan de Letrán. La Habana, Cuba. Pág. 45.
11) Pi Lago, Belisario Carlos (Charles). El santero. En: Revista Vitral. No. 72. Marzo-Abril/2006. Año XII. Pinar del Río (Cuba). Pág. 8.
12) Trabajo de campo de la autora.
13) Ortega Alamino, Cardenal Jaime. Homilía. Parroquia San Agustín. 28 de agosto de 1997. Trabajo de campo de la autora.
14) Consideramos a ambas comunidades religiosas como contrapartes, dada la análoga trascendencia que tienen en la sociedad cubana. Pretendiendo no ser arrastrada por la tentación –tan generalizada- de conceder mayor peso numérico a una u otra; prefiero considerar este aspecto desde la influencia en el legado cultural / religioso que las dos tienen en la sociedad cubana actual. Religiosos o no, los cubanos se expresan fundamentalmente a partir del legado aportado por ambos exponentes culturales / religiosos, más o menos transculturados, con independencia del color de la piel, si bien no todos lo reconocen. La Virgen de la Caridad del Cobre, patrona nacional, sincretizada con Ochun –oricha del amor y la sensualidad, protectora de las embarazadas y de los niños, que se dice solicitó a Olofi acompañar a los africanos en su viaje al Nuevo Mundo- tiene tanta importancia para los cubanos como la Letra del Año, y en esto no necesariamente cuenta el color de las personas.
15) Trabajo de campo de la autora.
16) Trabajo de campo de la autora.
17) Barros, Marcelo. “Espiritualidad macroecuménica y sociedad globalizada”. En: ¿Qué pueden ofrecer las tradiciones religiosas a las sociedades del siglo XXI? Segundo Encuentro en Can Bordoi. 28 de junio-2 de julio del 2005. 2005. CETR Editorial. Barcelona (España). Pág. 205.
18) Ver: López Oliva, E. y Faguaga I., María I. ¿Qué es el Macro-Ecumenismo? Diálogos Inter-Cultural e Inter-Religioso. 2001. Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo. Cárdenas (Cuba). Págs. 30-32.
19) Ver: López Oliva, E. y Faguaga I., María I. Ob. Cit. Págs. 33-36.
20) Las crecientes insatisfacciones espirituales de la población cubana, el desconocimiento por las nuevas generaciones del diferendo entre la Iglesia católico-romana y el gobierno durante las primeras tres décadas del gobierno castrista, así como la apertura a la posibilidad de militar en el Partido Comunista de Cuba de los creyentes religiosos (Cuarto Congreso del PCC, 1991) -con lo cual puede considerarse iniciado el periodo de superación de la extensa etapa en que se impuso la política atea y ateizante-, coincidente con la caída del Muro de Berlín, el fin del Socialismo Real y el inicio del llamado Periodo Especial en Tiempo de Paz contribuyeron a facilitar ciertas transformaciones en el funcionamiento de las religiones en Cuba y en su accionar social, del que habían sido marginadas por la estatización de todos los programas sociales. Se esparcieron por la Isla las Casas de Oración (católicas), las Casas Culto (evangélicas); fueron apareciendo o visibilizándose diversas agrupaciones que han fungido como alternativas organizativas y hasta educativas -Ej. Centro Cívico de Formación (católico) y Templo Ifa Iran L´Owo (de la Regla Ocha-Ifa)-; nunca antes fue superior el número de publicaciones religiosas en el país. Todo lo cual opera como proyecciones de los cambios que se van gestando en ambas comunidades religiosas, que inciden quiérase o no en toda la sociedad.
21) Todas las citas de este párrafo fueron transcritas de: López Oliva, Enrique. Entrevista al padre José Félix Riera. 27 de febrero del 2006. (Grabación.)
22) Duque Estrada, padre Nicolás. Explicación de la doctrina cristiana acomodada a la capacidad de los Negros bozales. 1796. En: Cairo, Ana. Bembé para cimarrones. 2005. Centro Félix Varela. La Habana (Cuba). Págs. 40-46.
23) Los trabajos de Mons. Carlos Manuel de Céspedes, actual párroco de San Agustín, son en ese sentido excepcionales. El padre Céspedes ha alertado sobre el principal desafío que constituyen las afro-religiones para la Iglesia católica en Cuba y sobre la necesidad de conferirles un tratamiento pastoral particular. En: De Céspedes, Mons, Mons. Carlos Manuel. “Desafío del sincretismo al pensamiento católico”. 1997. La Habana (Cuba). Pág. 1. (Fotocopia.)
Tampoco ha sido usual que la Iglesia católica en Cuba se haga eco de las elaboraciones de pensamiento de sus laicos, a menos que sean coincidentes con las posturas de la vaticanista Iglesia cubana. La temprana obra del profesor Enrique López Oliva sobre las relaciones entre la comunidad católica y las revoluciones que se gestaban en el Latinoamérica, y el estímulo al análisis crítico sobre las posturas de la Iglesia católica y de la vida social toda llevadas a cabo por el Grupo (de inspiración católica) de Reflexión y Diálogo Oscar Arnulfo Romero, no son difundidos en las publicaciones eclesiales.
Ver: López Oliva, E. Los católicos y la revolución latinoamericana. 1970. Editorial Ciencias Sociales. La Habana (Cuba). Chaguaceda, Armando y Coderch, Gabriel (Compiladores.) Cultura, fe y solidaridad: perspectivas Emancipadoras frente al neoliberalismo. 2005. Editorial Félix Varela. La Habana (Cuba).
24) Rodríguez Dago, padre Raúl. Sincretismo cubano. Santeros, ñáñigos, paleros y espiritistas. 2005. Ediciones Emmanuel. Quemado de Güines (Cuba).
25) Otra sorpresa -realmente grata- tuvimos al final de la lectura del libro del padre Raúl Rodríguez: por sus páginas supimos de la realización del I Taller de Religiosidad Afrocubana (Matanzas, 10-12/abril/2003, convocado por el Secretariado de Pastoral Afro Americana del CELAM y por la Comisión Nacional de Misiones y Obras Misionales Pontificias en Cuba. En el Taller fueron llevados a debate importantes temas como el reto de la relación con el mundo de las Religiones Afrocubanas, la ausencia del hombre de raza negra en la práctica religiosa y la preocupación de la Iglesia por llegar a todos en su misión evangelizadora. No obstante asegurarse que los participantes llevaron a sus diócesis las inquietudes allí vividas, dando lugar a talleres diocesanos para reflexionar sobre esta realidad pastoral, la vivencia comunitaria católica en Ciudad de La Habana evidencia que, al menos en el contexto capitalino, el Taller no trascendió. Ver: Rodríguez Dago, padre Raúl. Ob. Cit. Pág. 114.
26) Encuentro Nacional Eclesial Cubano. Efectuado en 1987. Primera reflexión de sí y del entorno hecha por la Iglesia católica en Cuba. Sus apreciaciones sobre la religiosidad popular cubana en ese momento, distan radicalmente de sus posiciones públicas al respecto. Coincido con los estudiosos que consideran que los planteamientos del ENEC están por realizarse en Cuba. Ver: ENEC. Documento final e instrucción pastoral de los obispos. S/F. Roma (Italia).
27) Cárdenas, René. “Espacio social de la religión y la visita de JP II. Algo más”. En: Revista Reflexión y Diálogo. No. 1. Abril-Junio/1998. Cárdenas, Cuba. Pág. 138.
28) Hall, Stuart. A identidade cultural na pós-modernidade. 2003. DP&A Editora. Rio de Janeiro, Brasil. Pages. 19, 65 y 59.
29) Juan Pablo II. Discurso en ocasión del 50 Aniversario de la Fundación de la ONU. En: L’Osservatore Romano. Santa Sede, Vaticana. No. 18. Octubre 13, 1995.
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3. ASÍ ESTÁ FUNCIONANDO EL ESTADO COLOMBIANO COMO PODER LOCAL: Mutantes mutandis, ¿Cuántos “Soledad” están reproducidos y casi calcados en los 1.080 Municipios existentes en el país? Gentileza de osdelgad@urosario.edu.co
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3.1.- EL ‘ESTADO FRACASADO’ Y SUS CIUDADANOS
Mirada acuciosa a los indicadores revelados por Fund for Peace y Foreign Policy, en el que por
segunda vez consecutiva Colombia aparece en la categoría crítica (roja) de vulnerabilidad estatal.
El autor invita a confrontar la publicación del Foreign Policy con argumentos razonables.
Por EDUARDO POSADA CARBÓ*
*Publicado con autorización de la Fundación Ideas para la Paz.
EL HERALDO Jul. 17, 2.006 http://www.elheraldo.com.co/anteriores/06-07-17/politicas/noti3.htm
Recién se publicó el segundo índice anual de los ‘Estados fracasados’, preparado por el tanque de pensamiento Fund for Peace y la revista Foreign Policy. Por segunda vez consecutiva, Colombia apareció allí en la categoría crítica —‘roja’— de vulnerabilidad estatal, aunque nuestra posición mejoró unos puntos y, en el cuadro general, ocupamos ahora el puesto 27 en vez del 14.
Si juzgamos por el debate en la prensa, el que se nos siga clasificando como ‘Estado fracasado’ no parece preocupar mucho a la opinión pública colombiana, ni a quienes diseñan políticas públicas —con algunas contadas excepciones—. En un artículo anterior, sugerí la necesidad de tomarse el tema en serio, a través del examen sistemático de los indicadores del Fund for Peace y Foreign Policy, de una diplomacia más imaginativa, y de una actitud más proactiva de la llamada sociedad civil. Ante la nueva publicación del índice anual de los ‘Estados fracasados’ creo que es oportuno insistir en este llamado.
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Importa de antemano subrayar que el índice se publica en una revista de enorme prestigio, Foreign Policy, editada por el Carnegie Endowment for International Peace, en Washington, sede también de sus socios en este trabajo, el tanque de pensamiento Fund for Peace.
Es imposible precisar con exactitud el impacto de este tipo de publicaciones. Foreign Policy anota que la metodología que sirve de base al índice (Conflict Assessment Assessment System, Cast) es utilizada por los gobiernos, el sector militar, la empresa privada, las multinacionales, y los educadores con una variedad de propósitos. Los autores del estudio, claro está, tienen interés en atribuirle significado y valor al índice. Aún así no debería despreciarse su posible repercusión en esos mismos campos identificados por Foreign Policy.
Hay que reconocer además que ni Foreign Policy ni el Fund for Peace han sido los únicos en clasificar a Colombia como ‘Estado fracasado’. Desde hace ya varios años, la referencia a nuestro país como Estado ‘fallido’, ‘colapsado’, o ‘fracasado’ se volvió un lugar común entre periodistas, académicos, y analistas en tanques de pensamiento. La novedad del índice publicado por Foreign Policy se encuentra en su naturaleza estadística y anual, con lo cual se confrontan los avances o retrocesos del país, en diversas áreas.
Los autores del estudio definen a los Estados fracasados como aquellos que han perdido el “control físico de su territorio o el monopolio sobre el uso legítimo de la fuerza”. Otras características de tales Estados serían la “erosión de la autoridad legítima en las decisiones colectivas, la inhabilidad de proveer servicios públicos en niveles razonables, y la inhabilidad de interactuar con otros Estados como un miembro pleno de la comunidad internacional”.
El interés del índice se encuentra en el esfuerzo por llegar a una definición cuantificable, a partir de doce indicadores sociales, económicos y político-militares: presiones demográficas, población desplazada o refugiada, hostilidad entre grupos, fuga de capital humano, desarrollo inequitativo, crecimiento económico, legitimidad estatal, servicios públicos, derechos humanos, aparato de seguridad, fragmentación de las élites e influencia externa. El estudio de Foreign Policy y Fund for Peace también examina si los Estados cuentan con las condiciones para sostener su seguridad: una competente fuerza policial, una burocracia profesional, un sistema judicial independiente que garantice el imperio de la Ley, unas fuerzas armadas profesionales y un liderazgo capaz al frente del Ejecutivo central. Los autores especifican que el índice no es una predicción sobre el colapso de los Estados sino una medida de la vulnerabilidad de los Estados ante el posible colapso o las situaciones de conflicto.
El índice del 2006 incluyó unos 148 Estados, un incremento sustancial sobre los 60 incluidos en el primer índice en el 2005. Los países africanos se destacan entre los más vulnerables - Sudán, el Congo y Costa de Marfil han ocupado, aunque en distinto orden, los primeros lugares. El único país Latinoamericano entre los primeros diez es Haití. El siguiente país más vulnerable en nuestro continente es Colombia (27), después de Ruanda, Sri Lanka y Etiopía. Los otros países Latinoamericanos figuran en el índice muchos después de Colombia, fuera de la línea crítica, aunque dentro de considerados márgenes de ‘peligro’: República Dominicana (48), Bolivia (56), Nicaragua (59), Cuba (62), Ecuador (63), Venezuela (64), Perú (69), México (85), Paraguay (87), Jamaica (97) y Brasil (101).
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Hay que registrar la mejora de Colombia en el índice —tanto en el lugar (del 14 al 27) como en el puntaje (de 95 a 91.8)—.
La mejora en el puntaje se debió en buena parte al avance significativo en la economía (de 7.1 a 3.2), aunque también se reconocen mejoras leves en presiones demográficas, fuga de capital humano, desarrollo inequitativo, legitimidad del Estado, derechos humanos e influencias externas. Respecto de 2005, la publicación sugiere empeoramiento en los indicadores de población desplazada, hostilidad de grupos, servicios públicos, y aparato de seguridad, mientras el indicador de fragmentación de las élites se mantiene en el mismo alto nivel de 9.2.
Con la información disponible, no es posible saber cómo los autores llegaron a esas cifras, pero un breve anexo sobre Colombia ofrece algunas pistas. Por ejemplo, el empeoramiento en servicios públicos se debería a combates con las Farc que, como resultado, habrían dejado a sectores de la población sin acceso adecuado a los servicios públicos. El pésimo indicador en el aparato de seguridad reflejaría que, “en los territorios bajo su control, la guerrilla y los paramilitares actúan como fuerzas de seguridad”.
Las cinco instituciones claves para salir adelante reciben en general una evaluación esperanzadora: ‘buena’ respecto del liderazgo del Ejecutivo y la burocracia; ‘moderada’ respecto de las Fuerzas Armadas, la Policía y el sector judicial. El anexo sobre Colombia reconoce la popularidad del presidente Uribe por sus iniciativas para terminar el conflicto y el impacto favorable de su política económica. Sin embargo, señala que “a pesar de su popularidad (el Presidente) no es considerado como el representante legítimo de la porción de la población quien apoya a las fuerzas revolucionarias que controlan aproximadamente una tercera parte del territorio colombiano”. También se reconoce el profesionalismo del Ejército, la Policía, el sector judicial y otros sectores del Estado, pero se anotan comportamientos condenables que habrían afectado su valor institucional.
No es mi propósito cuestionar detenidamente la veracidad de cada indicador del índice —ni estaría en condiciones, por la falta de información ofrecida en la publicación—. Sin embargo, sí es posible señalar algunas dudas e interrogantes que podrían servir de base a un examen más sistemático sobre la posición colombiana en el índice de los ‘Estados fracasados’.
ME LIMITO A UNOS CUANTOS EJEMPLOS
Tómese el indicador ‘group grievance’ que se describe también como ‘Legado de búsqueda de venganza de grupo’, o ‘paranoia de grupo’. ¿Cómo se pueden comparar los niveles de hostilidad entre grupos ampliamente representativos de poblaciones polarizadas (por motivos étnicos, religiosos o culturales), con casos como el colombiano, cuando los ‘grupos’ en armas no representan grandes porcentajes de la población? ¿Cómo explican los autores del índice el empeoramiento en este indicador, frente a la desmovilización de las AUC y los acercamientos para un posible diálogo entre el gobierno y el ELN? ¿Cómo explican el deterioro drástico del indicador de ‘aparato de seguridad’, cuando siguen cayendo en forma tan significativa los índices de homicidio y secuestro?
Dado el arraigado lugar común, entre nuestros formadores de opinión y académicos, sobre la ‘ilegitimidad del Estado’, no me sorprende el mal puntaje que se nos da. Pero sería bueno saber cómo llegan a ese indicador en una materia tan compleja, y por qué estaríamos tan cerca de la ilegitimidad de Haití, o por qué sería nuestro Estado más ilegítimo que el de Afganistán o Liberia. Más cuestionable me parece la pésima calificación (9.2) que se nos da por la supuesta ‘fragmentación de las élites’. ¿Están nuestra élites casi tan fragmentadas como las de Irak o Sudán, como sugiere el índice; o más fragmentadas que las de Ruanda, Sierra Leona, Venezuela o Perú, como también lo sugiere el índice?
El Foreign Policy y el Fund for Peace se equivocan al insistir que las fuerzas revolucionarias “controlan aproximadamente una tercera parte del territorio colombiano” —¿qué entienden por “control”, y dónde están sus evidencias? —. Por lo demás, la observación que hace el anexo de Colombia sobre la porción de la población que no consideraría al Presidente como su represente legítimo es tan equívoca como errada, y subvalora los altísimos niveles de popularidad que, a través de sus cuatro años, ha mantenido el presidente Uribe.
* * *
Ha sido tradicional entre nosotros reaccionar airadamente ante publicaciones como el índice de los Estados fracasados, y quejarnos por la injusta mala imagen que se perpetúa del país en el exterior con tales publicaciones. O ser indiferentes.
Antes de quejas e iras inconducentes —y, claro, más allá de la indiferencia—, creo que es tiempo de cambiar de actitud. Es posible confrontar la publicación del Foreign Policy y del Fund for Peace con material empírico y argumentos razonables para desvirtuar o no los resultados de su estudio. Pero hay que saber apreciar también el valor de esos indicadores que, debidamente ajustados, servirían para hacer seguimiento más fiel al impacto de las políticas públicas en esos problemas de suma gravedad, que exigen prontas soluciones.
Hay que advertir que el índice seguirá publicándose. La información que ambas instituciones recolecten entre mayo y diciembre de este año les servirá para el índice del 2007. Gobiernos, ejércitos, empresas privadas, multinacionales y educadores en el exterior lo seguirán consultando. No es una pueril preocupación con la imagen. Estamos frente a otra de las tantas medidas que el mundo exterior usa para juzgar nuestra posición en la comunidad de naciones y que, de alguna manera u otra, condiciona decisiones que nos afectan.
Insisto que el Gobierno tiene la responsabilidad de cotejar esos indicadores con sus propias cifras, y responder debidamente. Pero los ciudadanos de este supuesto ‘Estado fracasado’ no podemos permanecer con los brazos cruzados. Organizaciones de la sociedad civil —universidades y tanques de pensamiento— tendrían también que monitorear sistemáticamente a quienes nos monitorean.
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3.2.- “SOLA O MAL ACOMPAÑADA”.
Este domingo 30 de julio habrá elecciones atípicas para la Alcaldía de Soledad, Atlántico.
La novena ciudad del país en tamaño y tal vez la más golpeada por la corrupción.
Por Tadeo Martínez . Semana.com 28 de julio de 2006
http://portal2.semana.com/wf_InfoArticuloNormal.aspx?IdArt=96127
En el Caribe hay una sentencia callejera que dice que ni lo público ni lo privado funciona en Soledad.
Y otro más que reza que la ciudad nunca ha estado sola sino que siempre ha vivido mal acompañada.
Lo cierto es que este 30 de julio el país mirará hacia este núcleo urbano de medio millón de habitantes. Habrá elecciones para elegir a su alcalde. De esta manera concluirá un período de interinidad político administrativa para elegir al burgomaestre que concluya el período 2004-2007. Los aspirantes son Antonio Fernando Castillo (apoyado por los ex senadores Fuad Char y José Name y ahora por sus hijos los senadores Arturo Char Chaljub y José David Name); Sergio Barraza (apoyado por los senadores Roberto Gerlein, Efraín Cepeda y Álvaro Araujo), y Rafael Palmera (el candidato del Polo Democrático). Quien resulte elegido estará al frente de la Alcaldía los 16 meses que faltan de este período. Entre los tres aspirantes repite Castillo, quien fue candidato en las elecciones de 2003 y fue derrotado por Rosa Estela Ibáñez. La elección de ella, ocurrida en octubre de 2003, fue anulada por el Consejo de Estado. Las causas de la nulidad obedecen a que su inscripción fue irregular al haberse hecho 15 días antes de las elecciones de 2003, cuando ya estaba cerrado el proceso.
Pueblo robado
¿Por qué la Registraduría aceptó la inscripción irregular de la señora Ibáñez? Porque el candidato José Castillo Bolívar, su esposo, había sido asesinado el 30 de septiembre en la terraza de su casa, tres semanas antes de las elecciones. La señora Ibáñez se inscribió pero los tarjetones no pudieron ser modificados; es decir, los electores votaron por ella con la foto de su esposo muerto. Este capítulo de la elección irregular de la alcaldesa es uno más de una serie de acontecimientos que han convertido al municipio en un sitio donde pueden ocurrir todos los vicios y delitos contra la administración pública. El primer alcalde, Saúl Sandoval, no conforme con haber sido elegido para el período 1988-1990, decidió postular y elegir a su esposa Mariluz Arraut, convirtiéndose esta elección en una prueba clásica de nepotismo y favorecimiento a su cónyuge y a sí mismo. Con ese arranque los soledeños ya presagiaban lo que vendría. Después de esas dos elecciones, metieron la mano los jefes políticos del departamento, pues con una población que bordea los 500.000 habitantes y está separada de Barranquilla sólo por una calle, un puente o un arroyo, tiene el atractivo más importante que pueda tener para un político una población, su potencial electoral.
Y a los soledeños les gusta que haya elecciones porque se mueve mucho dinero y todos ganan. En estos 18 años fueron elegidos alternativamente candidatos respaldados por el senador Fuad Char (cuatro en total) y otros de coaliciones de los conservadores cepedistas y cuando perdían el apoyo de unos y otros se refugiaban en el regazo protector de José Name, quien viene sosteniendo que para la elección de alcaldes es mejor no tener candidatos ¡Sólo presunciones! En los 18 años de elección popular, Soledad ha tenido 13 alcaldes, acumulando en el último período un total de seis, pues al completar el primer año de elegida la alcaldesa Ibáñez fue separada del cargo durante tres meses, en los cuales ejercieron el cargo tres alcaldes interinos.

Y desde el pasado 6 de mayo, fecha de la nulidad decretada por el Consejo de Estado, han sido nombrados otros dos alcaldes.
En estos 18 años, los funcionarios públicos del municipio se han esforzado por enriquecer el catálogo existente de violaciones contra la administración pública. Se trata de presuntos delitos y que la mayoría de los casos han sido archivados, están en práctica de pruebas, fueron trasladados por competencias u ocurrió la clásica prescripción. El catálogo de irregularidades contempla sobrecostos en contratos de diversa índole, como el nombramiento de personas sin el lleno de los requisitos o no existiendo cargo ni disponibilidad presupuestal; destituir funcionarios a sabiendas de encontrarse en carrera, tráfico de influencias, doble contratación, incumplir contratos y fallos de los jueces, no pagar los aportes parafiscales, entre un rosario más de violaciones a la ley. Los anteriores tipos de delitos son algunas de las acusaciones formuladas contra los alcaldes y se trata de procesos radicados ante la Procuraduría Provincial, lo que convierte a este municipio en el paraíso de las presunciones y el reino de la impunidad.
Los ex alcaldes que más procesos acumulan son la ex alcaldesa Astrid Barraza Mora (90), Alfredo Arraut Varelo (67), Rodrigo Martínez (40), Rosa Estela Ibáñez (33), Raimundo Barrios Barceló (15), Mariluz Arraut (2). Al ex alcalde Alfredo Arraut Varela, lo absolvieron de una acusación por presunta participación en política en favor de tres aspirantes a la Cámara y le archivaron otra más por haber intervenido también en favor de su hermano Yesid que aspiraba a la Asamblea. Pero a este alcalde no sólo le archivaron procesos o lo absolvieron por casos como los mencionados, la Procuraduría regional le archivó una investigación por el hallazgo de 576.000.000 de pesos encontrados debajo del colchón de su casa en un allanamiento en el año 2002.
En las pasadas elecciones parlamentarias 12 de los 19 concejales votaron por Álvaro Araújo Castro, presidente del movimiento Alas-Equipo Colombia. Burocracia y despilfarro La administración de Soledad cuenta con 15 secretarías, tiene 275 empleados, incluidos los funcionarios de los organismos de control y el costo anual de la nómina es de 9.124 millones de pesos. Por cada peso que debe, tiene 0,42 centavos para responder, no tiene capacidad de endeudamiento y de cada peso invertido 0,75 centavos pertenecen a los acreedores. Los servicios y el recaudo de la cartera han sido concesionados, sin embargo nunca estuvo peor en vías, el 60 por ciento de los habitantes tiene servicio de agua y sólo el 40 por ciento de los habitantes tiene alcantarillado. La gestión del recaudo fiscal fue entregada a una firma que no entrega informes a la Alcaldía y que no ha logrado mejorar el recaudo, a pesar de tratarse de un contrato oneroso, pues por la cartera ordinaria, que son el 90 por ciento de los ingresos, paga el 6 por ciento a la firma Operimsa. El municipio ha dejado de recaudar una cartera de 50.000 millones y tiene deudas acumuladas cercanas o superiores a los 80.000 millones de las vigencias entre el año 2000 y 2005, la mayoría por demandas y litigios, algunas de las cuales, presumen el actual alcalde y su secretario de Hacienda, pudieron haber sido pagadas pero no existe memoria ni soportes. Si la situación de Soledad está tan comprometida y se menciona con insistencia su inviabilidad financiera y administrativa, ¿cuáles son las salidas que tiene el noveno municipio más grande demográficamente de Colombia? ¿Quiénes son los responsables de tanto desgobierno? El secretario de Hacienda considera que el próximo alcalde debe fortalecer el impuesto predial, pues de los 97.000 predios que tiene el municipio, sólo 15.000 cancelan el impuesto predial y en el sector rural, donde cuenta con más de un millón de predios, sólo recauda 1.500 millones de pesos. Debe actualizar el Catastro y la base tributaria, organizar la planta física, sistematizar sus procesos, atacar el cobro coactivo y reducir el personal. Personas cercanas a los senadores y representantes señalan que los alcaldes una vez son elegidos se creen emperadores y desconocen a quienes los apoyaron. Es también la manera más elemental de lavarse las manos y eludir las responsabilidades que les caben, porque mientras en muchas partes los funcionarios públicos guardan las apariencias, en Soledad participar en política es la regla.
Y es que todo lo imaginable en corrupción puede ocurrir en Soledad. Y no es realismo mágico.
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3.3.- “MISIÓN DE OBSERVACIÓN VIGILA PROCESO ELECTORAL”,
El Heraldo, julio 29 de 2006
http://www.elheraldo.com.co/anteriores/06-07-29/politicas/noti4.htm
Todos los ojos están puestos en Soledad, que mañana elige alcalde. Por ello, la sociedad civil, a través de la Misión de Observación Electoral, MOE, se hace presente en ese municipio para hacer una labor de acompañamiento y vigilancia del proceso y así garantizar la transparencia de la jornada.
Por ello, a mediados de esta semana llegó a Soledad el director nacional de logística de la MOE, Carlos Santana Herrera, quien visitó este diario acompañado por Adalberto Arrieta, presidente del Consejo Territorial de Soledad y Fabio Monroy, de la Fundación Foro Costa Atlántica.
?El objetivo es que la sociedad civil haga un seguimiento en la forma como se van a desarrollar las elecciones. Son bien conocidas las irregularidades que se han venido dando en el Atlántico y no queremos que esta vez suceda lo mismo, teniendo en cuenta que Soledad padece problemas de ingobernabilidad, corrupción y si no hacemos nada en esta ocasión, seguramente que lo que suceda en estas elecciones podrá perjudicar en gran medida los destinos del municipio?, dijo Adalberto Arrieta.
La Misión de Observación en Soledad estará integrada por 26 veedores, uno por cada puesto de votación, más 5 itinerantes, respaldados por Protransparencia y Foro Costa Atlántica.
La observación se hace antes de las elecciones ?de hecho ya hay veedores haciendo el acompañamiento en Soledad-, el día de las elecciones y durante la etapa de escrutinios.
Hay dos líneas habilitadas: 3602969 y 3603301, a través de las cuales la ciudadanía puede denunciar irregularidades y presiones de parte de grupos al margen de la ley que hayan invertido recursos a favor de un candidato.
Arrieta explicó que se busca evitar que cualquier irregularidad que se dé en Soledad, debido a los factores de corrupción que la rodean, derive en un proceso jurídico para cambiar al alcalde que resulte elegido, pues eso implicará que quien gane las elecciones no podrá hacer buen uso de los recursos, porque tendrá que estar defendiéndose.
A nivel nacional la MOE está compuesta por un conjunto de organizaciones no gubernamentales que tienen la finalidad de hacer acompañamiento y apoyo de los procesos electorales para que las elecciones sean transparentes.
Gozan del reconocimiento del Consejo Nacional Electoral, de allí que puedan ingresar a las zonas de votación sólo con la escarapela que los identifica.
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3.4 .- “ELEGIDO AYER NUEVO ALCALDE SOLEDAD”
El Tiempo Julio 31 de 2006
Elegido ayer nuevo alcalde de Soledad (Atlántico), el candidato de la U y Cambio Radical
Estruendosa derrota del Polo Alternativo y alta abstención electoral
Es administrador de empresas de la Universidad del Atlántico y especialista en finanzas de la Universidad del Norte, y nació en el municipio de Manatí (Atlántico), pero vive en Soledad hace 39 años.
"Trabajaré incansablemente para jalonar los recursos. Y desde hoy invito a toda la dirigencia política unirnos pasa sacar adelante y sobre todo gestionar los recursos ante el Gobierno Nacional y hacer el documento social Conpes para llevar la inversión social a los sectores más vulnerables del municipio", dijo.
Castillo Jiménez sucede en el cargo a Rosa Stella Ibáñez viuda de Castillo, a quien el Consejo de Estado le anuló la elección.
Ibáñez había recogido las banderas de su esposo, José Luis Castillo Bolívar, asesinado un mes antes de las elecciones de octubre de 2003, pero su fotografía no pudo ser reemplazada en el tarjetón y esto fue considerado por el Consejo de Estado como irregular, pues los votos, en realidad, fueron del muerto.
Para el debate electoral de este domingo, la Registraduría Municipal dispuso de 516 mesas. El potencial electoral de Soledad es de 207.937 personas, pero sólo acudieron 62.671.
Castillo, inscrito por el Partido de la U, obtuvo 31.000 votos superando a Sergio Enrique Barraza Mora, del Movimiento Alas Equipo Colombia, quien alcanzó 21.531, y a Rafael Arcángel Palmera Crespo, de Polo Democrático Alternativo, que sumó 3.518 votos
El nuevo alcalde de Soledad -municipio de 456.035 habitantes, según el último censo del Dane- ya había aspirado ese cargo en octubre del 2003 por el Partido Liberal Colombiano alcanzado 26.990 sufragios.
Lo que le espera a Castillo
Sobre los hombros de Antonio Fernando Castillo recae el reto de cambiarle la fama de municipio corrupto y violento que arrastra Soledad.
"Hoy el nombre de Soledad no es siempre orgullo para sus hijos: es mencionado a nivel nacional como estereotipo de corrupción e ineficiencia".
Así lo consigna la Fundación Protransparencia en una investigación sobre la crisis administrativa de este municipio del Atlántico de 456.035 habitantes que hace parte del área metropolitana de Barranquilla, y que además, según la Policía Nacional, es la más violento en el Departamento.
Hoy acumula un endeudamiento, según Protransparencia, de 73.000 millones de peso, aunque la ex alcaldesa Rosa Stella Ibáñez sostiene que esta no pasa de los 30.400 millones, pero sin incluir pasivos laborales y embargos. Para complemento, no hay ahorros en sus arcas, sostiene la Fundación.
En un informe del contralor municipal, Juan Carlos De Lima, asegura que el municipio cuenta con 193 cuentas bancarias, pero sólo están registradas en la contabilidad 28 de ahorros, 7 corrientes y una especial. El resto de cuentas, 157 -98 de ahorros y 59 corrientes- que suman un saldo de 1.110 millones de pesos, no están en la contabilidad del municipio.
Protransparencia sostiene que en los últimos cinco años la Procuraduría ha acumulado 240 quejas por presuntas irregularidades, pero solo se conoce de una sanción consistente en una multa a la ex alcaldesa Astrid Barraza Mora, por incumplir una resolución de la Superintendencia de Servicios Públicos.
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4. “TERROR DE ESTADO”. Por Alberto Ramos, albertoramos2005@yahoo.com
Enfoque.
Para la ciencia política el terror de estado se registra también con el uso abusivo y extralegal de las armas estatales; con el pretexto de conservar la soberanía y defender el territorio se pasa a violar el Derecho Internacional Público y del Derecho Internacional Humanitario, bombardeando sin combatir ciudades como Beirut, Tiro, Qana (Caná), para espantar a toda la población civil, utilizando armas letales como el fósforo blanco. El casus belli o hecho de combate es la excusa para desatar la guerra abierta, en vez de resolver la situación con una reclamación binacional o ante tribunales competentes, o con un contraataque proporcional. Como lo expuso Loretta Napoleón, el objetivo de Israel es bombardear ciudades y la infraestructura de las obras en el Líbano, desmantelar a los milicianos de Hezbolá (un partido armado chiíta con el apoyo de Siria e Irán), acabar con la influencia siria en la política libanesa, crear una franja de seguridad de 40 kilómetros en el sur, y recuperar las zonas de Samaria y Judea para controlar el manejo del agua del río Litani. Hábilmente el ministro Ehud Olmert, actuando como un senescal, homologa los intereses israelíes con los propósitos de la política exterior norteamericana contra el eje del mal, proclamando una lucha hostil frente a la política de Damasco, Teheran, Al Qaeda, la Yihad global y el activismo de Hezbolá.
Este desencadenamiento de ataques acelera el conflicto regional en el medio oriente, queriendo Israel frenar o contener a los partidos políticos es ascenso: Hamas y Hesbolá. Se busaca el apoyo incondicional de los EEUU y la neutralización de la ONU por el veto de los EEUU en el Consejo de Seguridad a una resolución que implique sanciones. Y se busca equivocadamente, de contera, impedir la marcha de la producción de armas nucleares en Irán al concitarlos para entrar en el conflicto que, de hacerlo Irán en cualquier momento, sería objeto de una invasión y ocupación para completar el cuadro iraquí, con la consiguiente extensión de la posesión petrolera para las corporaciones occidentales: se ocasionarían otros seísmos bélicos en el área. El error de cálculo israelí radica en creer que los EEUU pueden en esta coyuntura internacional acompañarlos hasta el final, sin prever que la encrucijada de los militares norteamericanos en Irak los hará abstenerse de invadir Irán, porque implicaría el colapso de la economía estadounidense.
El eventual ingreso del estado iraní al conflicto regional, y de darse la respuesta inmediata de los EEUU, aumentaría el cuadro de las ocupaciones militares, similares a las realizadas en Afganistán e Irak, par enfrentar a la Yihad islámica y al terrorismo global. Este nuevo ingrediente aumentaría la configuración de la tercera guerra mundial pero con carácter irregular, donde se enfrenta a un terrorismo disperso proveniente de varios países, contra el terror de estado transfronterizo, ambas partes violan hasta ahora los tratados internacionales que, según la teoría de las relaciones internacionales deben sostener el orden mundial, hoy con las transgresiones aumenta el desorden por falta de respeto a las normas aplicables. La ONU no actúa con premura para enviar un ejército multinacional de Paz o de interposición, y la OTAN lo duda también para intervenir.
La función de la ONU ante la comunidad internacional cada vez es más exigua porque no la obedecen quienes deciden utilizar a fuerza de manera ilegal, o por los intereses cruzados de países protectores de uno de los agresores.La fuerza de interposición no la tiene la ONU alistada para actuar de manera oportuna, dispone de cascos azules para ayuda humanitaria( alimentaria y hospitalaria), se necesita una fuerza de disuasión capaz de sofrenar a las partes, pero se sabe que la ONU para empezar a componerla inicia consultas y algunos países miembros tienen reparos para enviar sus efectivos militares de colaboración, o argumentan evasivas de otro orden. Como lo expresó un editorial del diario ?El País de Madrid ante la agresión israelí al Líbano: incluso los regímenes árabes más moderados encuentran progresivamente insoportable para su estabilidad la falta de iniciativas con el fin de detener el horror de esta guerra.
Para este conflicto desatado el 12 de julio 2006, Jacques Chirac propuso la conformación de una fuerza multinacional que respalde al ejército libanés a fin de retomar el control en el sur del Líbano, pero las Fuerzas Armadas de ese país tienen muchas precariedades, y la mitad de sus efectivos son chiítas, como se trata de neutralizar a las milicias de Hezbolá que también son chiítas, y las unidades de apoyo multinacional deben ser al menos unos 10000, como quiera que los EEUU, Inglaterra y otros países tienen tropas emplazadas en otros lugares de conflicto, y además se requiere la presencia de tropas sirias y de Irán para darle una fachada multilateral efectiva de apoyo , estos dos últimos países no van a estar dispuestos porque se han sentido colateralmente agredidos, así la presencia multinacional se va a dilatar.
El catedrático parisino Gilles Kepel, en su reciente columna ?las Nuevas Fronteras de Oriente Próximo?, sostuvo que EEUU se empantanaba en Irak con la insurrección Suní, mientras que en Teherán, principal sostén de los partidos religiosos chiíes, el presidente Ahmadineyad aprovechaba esta oportunidad política para proclamar sus ambiciones nucleares a la vez que llamaba a ?borrar del mapa a Israel?. Los misiles de su protegido libanés Hezbolá que están cayendo sobre Haifa son un primer aviso a ojos de la opinión israelí y demuestran que la ruta de Haifa a Tel Aviv pasa por Teherán y que Washington, ahora enredado en Bagdad, es incapaz de garantizar la seguridad de su principal aliado(?) Un desastre semejante en la política de seguridad que ha llevado a cabo EEUU no viene solo:la ingeniería democrática que debía ultimar la ?guerra contra el terror?, llevando al poder a las élites filo-occidentales de la sociedad civil, se ha traducido, en la mayoría de países en los que se han celebrado elecciones libres o semilibres, en ganancias significativas o en la victoria de partidos islamistas antioccidentales, de Irán a Palestina, pasando por Kuwait, Egipto, Arabia Saudí o Bahrein. Estos éxitos vienen motivados por el rechazo de los electores a ratificar una política unilateral americana cuya inanidad les muestran cada día las cadenas árabes por satélite?.
(*) El autor de la columna ENFOQUE se desempeña como profesor-investigador de la Universidad Santiago de Cali (USC), profesor titular de Ciencia Política de la Universidad Libre y profesor de la Universidad del Valle.
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5.- “ISRAEL”. Por Juan Diego García, jgarciam@fundaciontripartita.org
Por sus particulares circunstancias siempre es complicado entender la existencia misma de Israel y su papel en el actual panorama internacional.
En cuando a su origen, habría que indicar que la idea inicial de dar una patria al pueblo judío no tenía necesariamente a Palestina como objetivo ni la limpieza étnica entraba dentro de los planes. Se habló inclusive de comprar tierras al imperio británico en África y algunos judíos bolcheviques (un colectivo muy importante en la revolución rusa) llegaron a obtener el consentimiento de Lenin para crear una patria judía en la Unión Soviética.
Pero al final, la manera como la ONU creó el estado de Israel propició el conflicto e hizo imposible la convivencia. Las potencias de entonces crearon el nuevo estado con los mismos criterios geoestratégicos que imperaron luego en el proceso de descolonización y que han sido siempre motivo de guerras y enfrentamientos. Sencillamente dieron a la minoría judía la mayor parte del territorio, las mejores tierras y las fuentes de agua y relegaron a la mayoría palestina (árabes, cristianos, beduinos y otros) a la porción menor del territorio, las peores tierras y un disfrute muy escaso de las fuentes de agua, un motivo éste que decide la viabilidad misma de un asentamiento humano. Vinieron entonces las guerras, los desplazamientos, la limpieza étnica permanente y sistemática, el robo de tierras, las masacres, en fin, todo lo que el mundo entero presencia horrorizado en Palestina y Líbano.
Que los acontecimientos hayan trascurrido de esta manera ha dependido mucho más de razones estratégicas de las potencias occidentales que de satisfacer el viejo anhelo del pueblo judío de tener patria propia. Europa y los Estados Unidos han convertido a Israel en una gigantesca plataforma militar que les asegura los vitales suministros energéticos y les ha permitido durante la Guerra Fría mantener a raya el nacionalismo árabe y el avance soviético en la región. Israel es y ha sido siempre, un enorme portaviones de Occidente, un gendarme armado hasta los dientes y sostenido como la avanzada principal del capitalismo metropolitano en aquella región clave. Nada que ver con el ideal inicial de una patria grata para las víctimas del holocausto, que por obvias razones no deseaban seguir conviviendo con los europeos.
Del sueño primero e ingenuo de una tierra prometida convertida en realidad, Israel, por arte de estos acontecimientos históricos ha devenido en un estado militarizado y agresivo, un régimen social casi teocrático, xenófobo y racista y en instrumento ahora de la llamada guerra preventiva que inspiran ciertos círculos del gran capital estadounidense, con la complacencia o al menos con la tolerancia de los europeos.
Sobre su papel existen al menos dos grandes versiones. Hay quien sostiene que Israel es, efectivamente, un instrumento militar altamente sofisticado que sirve sobre todo a los intereses estratégicos de los Estados Unidos; otros, por el contrario, se consuelan pensando que es Israel quien utiliza a los Estados Unidos para sus propios fines y dan como prueba los desplantes que en algunas ocasiones los sionistas otorgan a las autoridades de Washington (¿el bombardeo de Qana.?)
Pero tanto por la historia reciente como por al misma evidencia de las potencialidades militares y económica de cada cual, para cualquiera es evidente que la razón la llevan quienes ven en Israel un instrumento y no al contrario.
Los actuales acontecimientos en Palestina y Líbano permiten constatar la validez de esta afirmación. Israel carece de independencia real. Tanto su ejército como su economía no podrían mantenerse sin el apoyo incondicional de los estadounidenses, quienes no lo ofrecen por un repentino sentimiento de solidaridad sino precisamente porque Israel hace aquello que resulta conveniente a los intereses generales de los Estados Unidos.
Lo mismo vale para la UE. Su adhesión real y efectiva a Israel se fundamenta en consideraciones de pura estrategia y solo aparentemente es resultado de una supuesta mala conciencia por el holocausto, del cual fueron responsables. Hay que recordar además que el sentimiento antijudío no ha sido tampoco exclusivo de los europeos, ya que en los mismos Estados Unidos –y hasta hace pocos años- quienes aparecen hoy como los grandes aliados de Israel, los cristianos fundamentalistas, eran los principales promotores del antisemitismo. Ahora solo lo practican contra los árabes (que como primos de los judíos, son igualmente semitas).
No faltan voces razonables que en el mismo Israel llaman la atención sobre este hecho. Quienes no persiguen intenciones aviesas ni racistas y proponen un estado laico donde convivan todas las etnias del lugar, sin distinción alguna (el propósito primero, valga recordar) ven con mucha preocupación que los acontecimientos conviertan a este pueblo de mártir en verdugo y de contribuidores privilegiados al humanismo en columna de invasores genocidas cuyas manos manchadas de sangre inocente reciben la condena universal. (¿alguna diferencia esencial con el Wehrmacht nazi?)
Por desgracia, quienes así ven los acontecimientos siguen siendo una exigua minoría (¿10% de la población?). La mayoría de los israelitas apoyan entusiasmados las aventuras bélicas de sus gobernantes y el orden social en el que viven. También la mayoría de la población alemana apoyó primero al nazismo y alegó después que desconocía los genocidios que se llevaban a cabo. Si antes no valió tal “argumento”, hoy en día vale mucho menos. Nadie en Israel puede ignorar lo que significa que su país sea un instrumento ciego de las políticas más agresivas del mundo rico.
Quien conserve algo de lucidez en Israel en esto momentos y tenga el suficiente valor para manifestarlo ya es víctima del señalamiento general, en una nueva prueba de hasta dónde han llegado las cosas en Israel y de hasta dónde es limitada su democracia formal. Ya hubo en Tel-Aviv una manifestación de diez mil personas protestando contra la guerra en Palestina y Líbano, apenas registrada por los medios de comunicación.
Mientras tanto, se frotarán las manos los sionistas que han preparado tan concienzudamente estas guerras de agresión. Los mismos que bombardearon la sede de la ONU y después provocaron la matanza de Qana con la evidente intención de impedir cualquier alto al fuego; los mismos que seguirán actuando de igual manera para arrastrar al conflicto a Siria y a Irán, convirtiendo toda el área en un inmenso campo de tiro de la aviación israelí, ojala con la ayuda directa de la OTAN. Los mismos que predican desde Washington la guerra preventiva como única manera de asegurar los intereses de Occidente y que no parecen haber aprendido nada después de los fiascos de Afganistán e Irak.
Pero cuando Occidente no necesite a Israel o cuando quienes hoy le apoyan consideren que el compromiso con el sionismo ha llegado demasiado lejos y que los intereses de Occidente se pueden ver perjudicados, entonces el país quedará abandonado a su suerte y recogerá los frutos de todo el odio que ha sembrado de manera tan entusiasta en todos estos años. La deseada “seguridad” será más inalcanzable que nunca y quizás entonces ya no resulte tan utópico volver a los sueños primeros de convivir en Palestina con los demás pueblos que han morado allí por milenios.
De momento, eso sí, la arrogancia de Israel está sufriendo un buen correctivo a manos de la resistencia heroica de palestinos y libaneses, aunque dada la correlación de fuerzas, con elevadísimo coste en vidas y bienes. La opinión mundial se levanta horrorizada y protesta por las masacres y los crímenes de guerra; los gobiernos europeos no saben cómo salvar tan incómodo compromiso y hasta Washington se ve impelido a promover un cese de fuego (al menos de dientes para afuera). Mientras tanto, el gobierno civil de Israel claudica clamorosamente ante los militares y éstos siguen a pié juntillas las doctrinas de los neoconservadores, los industriales de la guerra, los estrategas del Pentágono y el lobby sionista. Entre todos desean meter al mundo en una guerra generalizada de impredecibles consecuencias, con el alegre argumento de que de tal manera se llevará la democracia occidental hasta los más lejanos confines del planeta. Por fortuna, la reacción de la opinión mundial se moviliza, incluyendo a los pocos valientes que en mismo Israel no desean hacerse cómplices del crimen y el genocidio.
NB. A propósito, como informa la prensa, los soldados que Hezbolá capturó no estaban en territorio israelí: estaban en territorio libanés, concretamente en las granjas de Shebaa, territorio ocupado ilegalmente por Israel. Atacar al ocupante es legítimo y legal. Ocupar tierras ajenas no es ni lo uno ni lo otro.
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6.- “FELICIDAD SIN ESPERANZA”. Por Hernán Mira Fernández, mira@epm.net.co
El Colombiano 27 de julio de 2006
"Yo creía que la felicidad era difícil, como la belleza. Ahora creo que es fácil. Al cabo de cada día hemos estado varias veces en el Infierno y en el Cielo". Jorge Luis Borges.No es fácil creer que Colombia es el segundo país más feliz del mundo, después de la desconocida isla de Vanuatu, según el Índice de Planeta Feliz publicado hace poco.
No le cabe a uno en la cabeza que en medio de una nación llena de minas antipersona -somos el primer país del mundo en víctimas de minas-, con una inequidad en la distribución de la riqueza mayor que en países africanos, con un conflicto armado interno de los más prolongados del planeta y un índice de homicidios también en los primeros lugares, los colombianos nos sintamos así de felices.Claro que el estudio que sirvió de base para el índice, es cuestionable y puede analizarse en distintas formas. Se medía la felicidad multiplicando el bienestar por esperanza de vida y dividiéndolo por el impacto ecológico.
¿Qué tanto bienestar puede haber en Colombia con una mayoría de población en la pobreza, una buena proporción en la indigencia y sobreviviendo con dos dólares o menos de ingreso diario? ¿A quiénes les midieron el bienestar, a los grandes grupos económicos, a los estratos altos o al ciudadano común? ¿Puede ser tan pequeño el impacto ecológico para el desarrollo en un país que acaba de abrir la puerta al ingreso de basura tóxica? Queda una gran sombra de duda sobre las medidas que se utilizaron para conseguir el índice.La felicidad es de las cosas más difíciles de medir. Lo más común es relacionarla directamente con la riqueza, pero varias investigaciones han demostrado que no es así. En un estudio de Kahneman publicado en Science, se concluye, después de preguntarle a la gente sobre su estado de ánimo varias veces al día, que existe poca relación entre el ingreso y la felicidad.
La gente con más ingresos dedica más tiempo a actividades con sentimientos negativos, tensión o estrés. Con razón el mismísimo Adam Smith describía los placeres de la riqueza como "una decepción", así ésta "genere y mantenga el continuo movimiento de la industria".
Más allá de un nivel medio de ingresos no se aumenta proporcionalmente la felicidad. Para el filósofo y experto en ética Peter Singer, la felicidad del dinero se consigue con el sentido positivo que se logre darle a la vida con él. Y pone como ejemplo al multimillonario Warren Buffet, según Forbes la segunda persona más rica del mundo, después de Bill Gates, con activos de 42.000 millones de dólares, que decidió donar 37.000 millones a fundaciones benéficas. Con esa sola acción, Buffet le dio un verdadero sentido a su vida para estar hoy bien satisfecho. Eso nos recuerda que hay algo más en la felicidad que estar contento o de buen humor.Esta pretendida felicidad de los colombianos tiene que ver más con Borges y su idea de estar varias veces al día en el Cielo y el Infierno, y que sólo nos acordamos de la alegría para olvidar el sufrimiento que nos rodea. O que al estilo de Compte-Sponville, estamos felices porque ya estamos resignados y perdimos la esperanza de que esto pueda cambiar. Eso sí que sería bien triste, pero nada raro que así fuera. "La felicidad es desesperante".CODA. Después de recibir el Nobel, Amartya Sen, el gran economista ético, dijo: "Me alegro mucho, pero me da miedo ser feliz. No estaría bien, en este mundo tan desgraciado en el que vivimos".mira@epm.net.co
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7.- POLÍTICA Y CRIMEN: UN PASADO PRESENTE Y UN FUTURO DE IMPUNIDAD.
Por Hernando Llano, ellano@puj.edu.co , CALICANTO (Julio 26 de 2006)
Lo más sorprendente de las revelaciones de Virginia Vallejo es que generen estupor e indignación nacional por describir, con admirable precisión y memoria, la simbiosis entre el crimen y la política, como si ello fuera un asunto del pasado, y se olvide su denuncia de que vivimos un presente todavía mucho más descompuesto y corrupto. No sólo por haber señalado la relevante coincidencia en la primera página de “El Tiempo” de la foto de Santofimio junto al nombramiento de Samper, como embajador en Francia, sino sobre todo por la vertiginosa legitimación del crimen que Uribe lleva a cabo bajo la llamada ley de Justicia y Paz.
En efecto, desde el punto de vista de las relaciones entre la política y el crimen, nunca antes como hoy el pasado es un presente perfecto de impunidad. La mayoría de vencedores y sucesores de Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha están hoy gozando de su libertad y fortunas de ignominia, exceptuando a Don Berna, que por ahora gobierna sus huestes desde la cárcel de Envigado, como en el pasado lo hacia Escobar desde su Catedral. Es también por ello que tenemos un futuro de impunidad, reflejado en las nuevas generaciones de “paras” al servicio de una intrincada red de narcotraficantes que hoy asumen su alistamiento, como ayer lo hicieran quienes ahora, gracias a la ley de Justicia y paz, reciben de este gobierno, en forma transparente y legal, el tratamiento de sediciosos y criminales privilegiados, protegidos incluso de la extradición. La meta que jamás alcanzó Pablo Escobar, ahora la disfruta una pléyade de criminales de lesa humanidad, como generosa retribución gubernamental por su lucha contrainsurgente.
Así las cosas, lo que ha sucedido es una metamorfosis de la relación simbiótica entre el crimen y la política, que ahora aceptan y toleran como conveniente los más conspicuos miembros del Establishment y caracterizados defensores de la ética, al igual que ayer lo hacían con la nueva y generosa clase emergente, que entonces dinamizaba sus negocios legales. En menos de una década ha variado a tal extremo la “tasa de cambio moral” frente al crimen, que hoy la sociedad parece aceptar condenas de máximo ocho años como justas y adecuadas por crímenes de lesa humanidad. Definitivamente el crimen paga. Sobre todo cuando las víctimas son marginales, casi anónimas, sospechosamente pobres y peligrosamente críticas, además de rebeldes y reacias al espejismo del ascenso social y la cooptación política.
Es en ese contexto que valdría la pena examinar la responsabilidad política de los líderes, aspirantes y últimos jefes de Estado, denunciados con vehemencia por Virginia Vallejo, frente a la profunda crisis ética y la hecatombe humanitaria que hoy vivimos como sociedad. Porque la crisis ha sido y continúa siendo esencialmente política, ya que su origen se encuentra en la aceptación ciega y estúpida del prohibicionismo y su correlato de “guerra contra las drogas”, como una especie de tabú intocable y sagrado, que condena al ostracismo de los apátridas y apestados universales a quienes se atrevan a desafiarlo en la arena política de las relaciones internacionales. Más aún cuando dicho tabú favorece los intereses geopolíticos norteamericanos, sus políticas intervencionistas y su próspera economía militar, todas ellas en detrimento del fortalecimiento de un Estado colombiano con soberanía judicial, capaz de investigar y condenar sus más peligrosos y ambiciosos delincuentes, para no quedar expuesto al garrote de la extradición, el chantaje imperial y la humillación internacional, como ha venido sucediendo durante las dos últimas décadas. Y como una vez más se puso de presente en esta ocasión, cuando el mismo Fiscal general de la Nación, Mario Iguarán, se declara impotente para garantizar la seguridad de Virginia Vallejo y la entrega a Estados Unidos, claudicando así el Estado colombiano a su competencia y derecho fundamental de investigar e impartir justicia. Semejante decisión, aceptada como sensata y normal, política y judicialmente correcta, demuestra hasta que punto hemos perdido la noción de la soberanía judicial y la dignidad nacional. Queda demostrado que política, militar y judicialmente somos un protectorado de Norteamérica, antes que un Estado soberano, pues nuestros gobernantes han colocado en la extradición el hilo conductor y el nudo ciego de nuestra precaria estabilidad institucional y seguridad ciudadana. Sólo falta que gran parte de la economía y de nuestro precario bienestar dependa ahora de un TLC que todavía es un enigma y en su parte más vital, agricultura y salud, un secreto de Estado.
Pero entonces era de la aplicación o no de la extradición, como bien lo resaltó Virginia Vallejo, que dependía la vida o muerte no sólo de Luís Carlos Galán, sino de cientos de miles de colombianos, que fueron sacrificados en tan absurda vorágine de terrorismo y corrupción, que sólo amainó temporalmente con el derogado artículo 35 de la Constitución, mediante la prohibición de la extradición de colombianos por nacimiento. Pero hoy nuevamente la suerte del proceso con las AUC depende de la extradición. En una palabra, como Estado y sociedad somos rehenes de la política y las exigencias norteamericanas en este terreno. Tal es la inmensa y grave responsabilidad de todos los Presidentes, desde 1979, que no han hecho otra cosa que profundizar nuestra dependencia y postración frente a los Estados Unidos y su absurda guerra contra las drogas. Gracias a esta alianza estratégica contra el demonio del narcoterrorismo, profundizada con orgullo por Pastrana a través del Plan Colombia y ejecutada con obsesión patriótica por Uribe, nuestra política cada día es más degradada a una simbiosis perversa con el crimen, de la cual depende tanto para sobrevivir como para morir. Por eso nuestra historia política reciente, como nos lo recordó Virginia, está plagada de magnicidios y genocidios. Por eso la escriben, a múltiples manos, políticos y criminales, a tal punto que ya no es posible distinguir claramente sus identidades, siendo casi accidental si desempeñan sus roles desde el Estado o contra el Estado. Por eso han convertido nuestra portentosa biodiversidad en objeto del mayor ecocidio planetario que Estado alguno haya cometido, en forma totalmente impune, al pretender erradicar la sagrada y maravillosa hoja de coca de la faz andina, en lugar de concentrar esfuerzos en la mente y el cuerpo de los millones de consumidores de cocaína. Ya va siendo hora de tener claro que la solución del problema no depende de aplicar o no la extradición, sino más bien de contener y reducir la extra-adicción de millones de consumidores de cocaína y heroína, que no pueden vivir sin una dosis creciente de estimulación o evasión. Porque esta “guerra” en el único territorio que se debe librar, ganar o perder, es en la mente y en el cuerpo de sus consumidores. Todo depende de su capacidad de autodeterminación y no de su represión. Por eso son completamente inocuas las armas, los tribunales y las cárceles, pero absolutamente imprescindibles e irremplazables las palabras, los sentidos, los sentimientos y los abrazos. En últimas, se trata de la perenne lucha entre Thánatos y Eros, que siempre precisa más de la política que de la guerra para su civilizada convivencia, superación y creadora transformación.
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8.- “DIFICULTADES EN LAS RELACIONES COLOMBO-ECUATORIANAS”.
Por Alejo Vargas, crvargas@andinet.com *Profesor Universidad Nacional.
El Pais, Cali, jul. 28, 2006 http://www.elpais.com.co/historico/jul282006/OPN/opi6.html
El grave incidente fronterizo de la semana anterior en que murió un ciudadano ecuatoriano -hermano de un alto militar de ese país-, es uno más de las relativamente tensas relaciones bilaterales, asociadas a varios problemas, en especial el conflicto interno armado colombiano. La experiencia internacional enseña que en situaciones de conflictos internos armados hay la tendencia, por parte de los actores armados no estatales, a utilizar a los países vecinos como una especie de 'retaguardias estratégicas' -sitios de descanso o de abastecimiento-, sin que esto implique necesariamente consentimiento de dichos países. Esto se adiciona por el carácter igualmente transnacional del narcotráfico y su incidencia en la región.
Compartimos con el colega ecuatoriano Pablo Celi que no es claro que existan problemas comunes de seguridad, porque no se han definido conjuntamente, tampoco qué tipo de amenazas o riesgos comunes existen. No hay un diagnóstico común y por consiguiente no hay una agenda común de seguridad. Por ello no es previsible una acción de tipo multilateral y seguirá predominando una mirada unilateral y un enfoque de políticas en ocasiones contrapuestas, con los inevitables incidentes bilaterales, que ojalá sean manejados por los especialistas de la diplomacia.
En el Ecuador ha existido en el largo plazo una posición clara de no involucrarse en el conflicto interno armado colombiano. El gobierno de Palacios en Ecuador ha tenido cuatro ejes fundamentales en su política exterior -que responden a demandas internas de actores políticos y sociales-: respeto al principio de autodeterminación, no-intervención en el conflicto colombiano -por ello insisten en no aceptar operaciones militares ni conjuntas, ni combinadas, ni coordinadas-, rechazo a las fumigaciones en áreas fronterizas y participación y decisión de la población con relación al TLC.
Ha existido, en relación con el conflicto interno armado, una gran volatilidad en su caracterización en los distintos gobiernos colombianos, lo cual hace más difícil una mirada compartida en los países limítrofes. No hay ningún esfuerzo por llegar a caracterizaciones comunes acerca de la naturaleza del conflicto interno armado, pero el gobierno colombiano sí les pide cooperación e involucramiento a partir de una lectura unilateral del problema, lo cual suena bastante incoherente. En los últimos quince años han existido variados diagnósticos acerca del conflicto armado: de las negociaciones iniciales del gobierno Gaviria a la llamada 'guerra integral' en los últimos dieciocho meses de su mandato, pasando por los intentos de conversaciones del gobierno Samper, al diálogo con zona de despeje y gira internacional con los voceros de las Farc en el gobierno Pastrana, a la caracterización del gobierno Uribe de que se trata es de 'una amenaza terrorista' para situarlo en la guerra contra el terrorismo del gobierno Bush.
Frente a esa gran variabilidad no se le puede pedir razonablemente al gobierno vecino de Ecuador que vaya cambiando su política al ritmo de los cambios de política colombiana.
Hay fuerzas sociales y políticas en el Ecuador que no comparten -igual que en el interior del propio Colombia- la caracterización del actual gobierno colombiano y esto ya genera dificultades políticas muy grandes para cualquier estrategia de cooperación regional en materia de seguridad. Adicionalmente consideran la política del actual gobierno colombiano simplemente como la prolongación de la política antidrogas y antiterrorista del gobierno norteamericano y esto les genera gran desconfianza. Además hay otros problemas como los efectos del Plan Patriota; el desplazamiento poblacional, que al cruzar la frontera se convierte en refugio internacional, que contribuyen a crear una gran preocupación en la opinión pública ecuatoriana; igualmente el tema de las fumigaciones en áreas fronterizas, que según pobladores y autoridades ecuatorianas generan daños graves en las poblaciones y en el medio ambiente.
Por ello es muy importante el proyecto, impulsado por el Iepri de la Universidad Nacional de contribuir a mejorar las relaciones bilaterales.
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9. “MARIA CRISTINA SALAZAR”: Una Mujer que estuvo presente en la realidad, la ciencia y la pedagogía “. Por Arturo Samper Salazar.
eltiempo.com / tiempoimpreso / edicionimpresa / lecturas. Julio 26 de 2006 Fuente
FOTO: María Cristina Salazar de Fals contribuyó a la actualización de la mentalidad social colombiana.
Nacida en una de las familias más pudientes de Bogotá y Caldas, era la quinta hija de Fernando Salazar Grillo y Julia Camacho Reyes.
Su padre era el mayor de los quince hijos de don Félix Salazar, quien hizo su gran fortuna con el comercio del café y en su tienda en la esquina de la Plaza de Manizales y quien luego se trasladó a Bogotá, a donde sería también el Ministro de Hacienda del gobierno del general Reyes.
Fortuna de la que todavía quedan rastros, como la casona de la calle 63 con séptima, hoy sede del Club del Comercio, y otras casonas a lo largo de la misma séptima, las cuales construyó para sus descendientes.
La de Fernando y Julia, 'El Castillo', donde María Cristina pasó su juventud, se convertiría años después en una de las esquinas más importantes del mundo financiero bogotano. Por su parte Julia, su madre, era hija de don Salvador Camacho Roldán, importante dirigente y estadista liberal, conocido ampliamente.
Temprano, María Cristina optó por los libros, el estudio, la pintura y hasta contempló, lo que se acostumbraba en familia católica, ordenarse de monja.
De pronto también influenciada por su amigo cercano Camilo Torres Restrepo, con quien compartió muchos años de su juventud y con quien hasta de pronto debió intercambiar uno que otro ósculo.
Fue así como pasó sus años en el Gimnasio Femenino, de donde salió como una de las mejores estudiantes en la historia de ese exclusivo plantel. De allí pasó a la Universidad Católica de Washington, en donde obtuvo, Magna Cum Laude, su PhD en Sociología a los 25 años, para convertirse en la más joven y la primera Doctora en Sociología de Colombia.
Como buena católica, aterrizó a los pasillos de la Universidad Javeriana, donde se convirtió en la primera mujer decana de la Facultad de Sociología.
Pero su amistad con Camilo la llevó a conocer otras dimensiones de la sociología y fue así como se conoció y se hizo amiga de Orlando Fals*, de Eduardo Umaña Luna, de Carlos Escalante y de otros con los que fundaron la facultad de sociología de la Nacional y crearon la editorial Punta de Lanza, que les serviría de espacio para publicar sus ideas, junto, por supuesto, con la revista Alternativa.
Pero esa historia es más de Orlando Fals*, y él tendrá que dar razón de ella. Su nueva postura la acercó también a Carlos Castillo, Julio Carrizosa, Óscar Marulanda, Humberto Rojas, Azeneth Velásquez y otros, con los que fundó Oikos y junto a los que permaneció varios años, hasta que vio a muchos de ellos ir moviéndose a la derecha de sus pensamientos y posturas, lo que la hizo distanciarse a ella también.
Pero ese romance con un país en el que se podía pensar y practicar la izquierda sin importar desde qué escenario, como también lo hizo Gabriela Samper en el cine o Felisa Bursztin en el arte, en otras palabras, esos dichosos años 60 a 70, lo perdió la noche infame en que fue donde su pariente, el general Luis Carlos Camacho Leyva, a contarle que había visto por las noticias que una propiedad que ella había ayudado a un amigo suyo a adquirir de manera totalmente inocente y benefactora -que es lo que ella era en el fondo- la habían mostrado sirviendo de albergue de las armas que habían sido robadas del Cantón Norte.
A lo que el general, pensando quién sabe qué, le respondió: "No te preocupes. Por qué no vas mañana a donde tal persona en el Cantón para que le cuentes lo mismo, que yo me encargo de que ellos te ayuden a resolver eso".
Ayuda que se tradujo en quince días sin noche encerrada en un cuarto con una bombilla siempre encendida, a donde le dejaban oír los gritos de los torturados en sala vecina, entre los que, dice ella, alcanzó a escuchar los de Orlando. De donde pasó luego a un presidio de catorce meses en el Buen Pastor y finalmente, en La Picota, donde fue sometida al famoso consejo verbal de guerra, en el que no había habeas corpus por estar enmarcado en el horrendo Estatuto de Seguridad del señor Turbay y sus amigos militares y militaristas del Cono Sur.
Pero María Cristina salió avante de este proceso y con su sencillez, o suavidad, o simplemente vocación verdaderamente cristiana, pasó la página, no demandó al Estado como muchos le sugirieron y perdonó a quienes se quedaron callados y no declararon durante todos esos meses sobre que sí, que efectivamente María Cristina había colaborado con la compra de ese bien de manera inocente y que no tenía nada que ver con el robo.
Como noble cristiana, movida solo por sus pensamientos del bien al prójimo, utilizó esto para dedicarle sus mejores años a Amnistía Internacional, a la OIT, a Defensa de los Niños Internacional y, por supuesto, a sus alumnas y alumnos de la Nacional, de donde se retiró después de la labor cumplida.
Dicen los que asistieron a la misa de despedida ofrecida por el padre Giraldo que esta fue la memorable y apenas justa retribución de parte de su gente a la persona y vida de una colombiana como ninguna otra, esa que cambió las cumbres de la avenida Chile (a donde tantos quisieran llegar...) por las cumbres de San Cristóbal Norte, San Cristóbal Sur, el Alto Egipto, el Tunjuelito, en busca del niño trabajador de la ladrillera y el chircal, trabajando, ella, para que pudiera, ese niño, pasar su infancia jugando con carritos o muñecas en vez de cargando ladrillos a lomo limpio o empujando carretillas.
O por las montañas de Soatá y Tipacoque, para ayudarles a las madres que debían amamantar al tiempo que recogían la hoja o fabricaban el puro.
O por los presos políticos, los que fueron sus compañeros de carne y hueso.
A sus estudiantes, los que seguro habrían de pasar dificultades cuadrando sociología, izquierda, teología de la liberación, con este ser suave, gentil, de voz ligera, paciente y siempre de gran postura.
Yo, como familiar y ahijado de ella, tengo muchas palabras que quisiera susurrarle al oído de su cuerpo y corazón ajados.
Pero las guardo para mi próximo encuentro con ese ser que demostró con sus pensamientos y acciones que a Cristo se puede llegar de muchas maneras y que la de ella es sin duda la más noble de todas las que mis propios ojos hayan visto.
¿O es que es coincidencia que hayas muerto* en San Ignacio?
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* María Cristina Salazar de Fals murió el 10 de Julio de 2.006 . Alguna información adicional sobre ella y su relación con Orlando Pals Borda en:
PCV-10 http://ecopais-atisbos.blogspot.com/2006/07/pensamiento-crtico-virtual-pcv-no.html

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10.- “CORRUPCIÓN Y NEOPRESIDENCIALISMO”. Por Rafael Rincón, en EL YESQUERO, No 112, 25 de julio de 2006, http://elyesquero.blogspot.com/2006/07/el-yesquero-no_25.html , elyesquero@gmail.com
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11.- ARTÍCULOS Y ESPACIOS VIRTUALES RECOMENDADOS:
11.1.- “LA U: EN DEFENSA DE LA PALABRA”, en Revista Hechos del Callejón
Numero 17 Agosto de 2006 http://indh.pnud.org.co/index_.plx?f=1154646125 ,
11.2.- “BOLETIN”, Intituto de Pensamiento Liberal, No 58, Julio 31 de 2006, http://www.ipliberal.org/ alpher_r@hotmail.com , ipliberal@gmail.com ,
11.3.- “VOZ”, http://www.geocities.com/vozxcol/bogota.htm
11.4. - “CAJA DE HERRAMIENTAS”, No. 0023, 28 de julio de 2006, semanariocaja@gmail.com,
http://www.vivalaciudadania.org/cajavirtual/svc0023/ http://www.vivalaciudadania.org/caja_herramientas_todas.htm
11.5.- "LA SENTENCIA DE LA CORTE PARA NO ABOGADOS", por Leonardo GONZÁLEZ PERAFÁN, http://www.actualidadcolombiana.org/boletin.shtml?x=1517
http://www.actualidadcolombiana.org/ , actualiddcolombiana@cinep.org.co
11.6.- "PUBLIENSAYOS", Edición No 20 , Julio 2006, http://www.publiensayos.com/ ,
bmedina@publiensayos.com