jueves, agosto 17, 2006

PENSAMIENTO CRÍTICO VIRTUAL (PCV)
No. 15 AGOSTO 12-18, 2006
Una Publicación semanal de
ECOPAIS-ATISBOS ANALÍTICOS
Se actualiza todos los viernes a las 6.30 p. m

Imagen tomada de http://www.vivalaciudadania.org/cajavirtual/svc0025/

ECOPETROL una tema de trascendencia y palpitante actualidad.

Texto sugerido en esta edición (Numeral 8.2) Articulo en PDF
CONTENIDO:
1.- EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI, CONTRIBUYENDO AL DEBATE DE IDEAS, así: 1.1. “El Socialismo del Siglo XXI”, por Juan José Hernández, profesor de la Universidad Central de Caracas.
1.2. “Entrevista Con Hugo Chávez", por Manuel Cabieses, Director de la Revista “Punto Final” de Chile.
1.3. “Venezuela: Capitalismo, Latifundio y Socialismo del Siglo XXI”, por Horacio Benítez.
1.4. “La Economía en el Socialismo del Siglo XXI”, por Ramón Alvarez Piña.

2. LA DEMOCRACIA INKREIBLE, Por Roberto Gargarella
3. “SOBRE FIDEL Y CUBA”, contribuyendo al debate, así:
3.1. “La Soberanía de Cuba debe ser respetada”, por intelectuales de todo el Mundo.
3.2. “Y el Dinosaurio estaba ahí”, por Rubén Darío Acevedo, profesor de la UdeA.
3.3. “Fidel Castro: un Testimonio”, por TeothonioDos Santos, sociólogo brasileño.
3.4. “Fidel, 80 años”, por Frei Beto, sociólogo teólogo braileño.
3.5. “Fidel”, por Olmedo Beluche, olmedobeluche@yahoo.es
3.6. “Cuba” por Juan Diego García, sociólogo colombiano.
3.7. “Castro después de Castro”, por Augusto Trujillo Muñoz
4. “LA RABIA EN MÉXICO: ¿DE QUÉ DEMOCRACIA NOS HABLAN”, por Daniel Campioni
5. “MÉXICO FRAGMENTADO”, por Ignacio Ramonet.
6. “OTRA JOYA DE NUESTRA DEMOCRACIA”, por Oscar Robledo
7. ¿A QUIÉN REPRESENTA EL GOBIERNO DE URIBE?, por Rodolfo Arango
8. RECOMENDADOS:
8.1. EL YESQUERO No. 115
8.2. Caja de herramientas No. 0025
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1. “EL SOCIALISMOENEL SIGLO XXI, CONTRIBUYENDO AL DEBATE DE IDEAS
CORREOS PARA LA EMANCIPACION. Construyendo el Socialismo del Siglo XXI
Director: Fernando Bossi. Año VIII, Número 280, 27 de julio de 2006
El Socialismo del Siglo XXI
CONTRIBUYENDO AL DEBATE DE IDEAS EN EL PROYECTO EMANCIPADOR
visite nuestra página web: www.emancipacion.org
SOCIALISMO DEL SIGLO XXI: EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI EN VENEZUELA. Por Juan José Hernández.
SOCIALISMO DEL SIGLO XXI: EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI. Entrevista con Hugo Chávez, por Manuel Cabiesses.
SOCIALISMO DEL SIGLO XXI: VENEZUELA: LATIFUNDIO, CAPITALISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI. Por Horacio Benítez.
SOCIALISMO DEL SIGLO XXI: LA ECONOMÍA EN EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI. Por Ramón Alvarez Piña.
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SOCIALISMO DEL SIGLO XXI:EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI EN VENEZUELA.
Por Juan José Hernández.
Este es un debate que, por lo menos aquí, en Venezuela, salvo aisladas expresiones de círculos universitarios, de intelectuales, de investigación social, salvo eso, era prácticamente un debate inaceptable. En mi caso concreto, hace un tiempo, dos o tres años, había dado una Conferencia en Puerto La Cruz y al rato me sentía desubicado; porque justamente estábamos en un debate exclusivamente de la izquierda, y como que al debate sobre el Marxismo, el Socialismo y su vigencia, como que le faltaba contexto social o la urgencia histórica que lo demandara. Entonces, era una discusión, un poco para nosotros mismos, y bueno, para los otros espacios, los propios de la Universidad, que eran incluso más elitescos y mucho más restringidos.
La diferencia que tenemos ahora es cualitativa, en el sentido de que el debate está planteado por la urgencia histórica del proceso histórico que se está dando en Venezuela, en América Latina y en el mundo; no es lo mismo debatir sobre la vigencia del Marxismo, sobre la vigencia del Socialismo por requisitos académicos de un centro de investigación o por un grupo de intelectuales de izquierda, que discutir la vigencia del Marxismo o las tesis socialistas por la demanda, por la fuerza de la pasión, la urgencia de un proceso histórico en curso que lo demanda en todos sus espacios, incluyendo el espacio universitario; pero sobretodo los espacios más apasionados, los del pueblo y sus distintas formas de organización, la natural y la popular; en los barrios; en las asociaciones de vecinos, en las fábricas; en los campos; es distinto discutir allí esas demandas que por y para un grupo más cerrado.
Alguna vez escuché decir, que el Ché Guevara había expresado lo siguiente: "Sí, hemos discutido sobre el marxismo en otros tiempos"; él se refería al década del 50'; "sólo que ahora estamos discutiendo el Socialismo porque hemos tomado el poder y el pueblo ha tomado el poder"; se refería a la Revolución cubana.
Ahora mismo en Venezuela se está discutiendo sobre la autonomía universitaria, y a propósito del mismo tema, el Ché, en otra ocasión que fue a la Universidad de La Habana, comenzando la Revolución le hablaba al rector de la misma de que la autonomía era necesaria, y éste le respondió algo así: "Ustedes con su Revolución allá y nosotros con nuestra autonomía acá", y el Ché le contestó, más o menos parafraseando: "No señor rector, el problema es que ahora tenemos que discutir la autonomía universitaria porque hay un cambio radical en la sociedad cubana; y la Universidad no queda en Plutón ni en Saturno, esta Universidad de La Habana, esta Universidad queda en Cuba y esto que está ocurriendo, le decía irónicamente el Che, parece que usted no se ha enterado de lo que está pasando; el pueblo ha entrado contundentemente en la escena histórica y la Universidad no puede estar de espaldas, para bien o para mal; pero no puede estar de espaldas a eso que está ocurriendo, a los sonidos de la calle, a la sangre del pueblo, a los sonidos de los barrios, de la clase media, de los cafetines, a los sonidos de donde sea".
Me llega a la memoria ese planteamiento y lo ubico en la actual situación de Venezuela, claro hay diferencias obviamente, sobretodo la diferencia del tiempo; en fin; además, existía el Socialismo en Europa del Este; la misma Revolución cubana estaba en una fase primaria; pero, la idea a destacar es que lo cortés de la discusión cambia cuando el pueblo entra en escena; esa idea sí sigue siendo urgente y lo estamos viviendo en nuestro país. Y algo así también dijo Lenin en 1917, justamente en el deslinde famoso con Gueorgui Plejánov, uno de los maestros del Socialismo ruso, cuando decía: "Ahora vamos a discutir de Socialismo; porque a partir de 1917 los desarrapados hemos tomado el poder y entonces la discusión cambia de perfil y hasta de intereses".
Creo que eso es lo que estamos pidiendo ahora; por tanto, en este momento al pueblo venezolano le interesa la discusión acerca del Socialismo; ya sea con los términos de Neo-Marxismo o Neo-Socialismo; le interesa por objetivos intelectuales o le interesa porque siente que está en juego algo; pero evidentemente las condiciones de la discusión son distintas. Hay otra ventaja, cada palabra que se diga, cada concepto que se emita, cada enunciado que se haga tiene la relación de impacto social e histórico, que se expresa más o menos así: "Bueno, muy bien, esto que usted dice hacia dónde nos conduce, en términos de la suerte de nuestro pueblo"; y eso es porque el pueblo pregunta; y esa entre otras cosas, es una interpelación es profundamente antialienante.
Bien, hemos retomado una vieja confrontación, dada ya en otras circunstancias; y que hoy día tiene otras peculiaridades; y es que en este debate sobre el Socialismo del Siglo XXI nadie puede venir a pontificar, nadie puede venir a decir ésta es la última palabra; todo aquí se está refundando; ya no tenemos el espíritu de la Iglesia y eso hay que aplaudirlo; ese espíritu de que "esta es la palabra sagrada" como se decía en un tiempo de tal o cual concepto de la teoría comunista; sino que ahora estamos en un debate y esa es la mejor condición de la creación.
Lo primero que hay que señalar en que en ningún debate sobre Neo-Marxismo o Neo-Socialismo y su vigencia, aquí en Venezuela, en América Latina o en cualquier parte del mundo, puede saltarse la requisitoria o la crítica estructural a la experiencia del Socialismo real; estamos de alguna manera arropados en nuestra historia por esa experiencia del Socialismo real; arropados en el sentido de que no es que estamos maniatados, no es que no podamos decir nada nuevo porque esa historia nos va a pesar; sino, que no sería completo el análisis sino hacemos esa requisitoria, esa crítica estructural a lo que ha pasado, y no digo solamente en el siglo XX, digo asimismo cuando entra en escena el movimiento obrero; incluso, antes de que apareciera el materialismo histórico, el socialismo científico, como le decía Friederich Engels, el soc ialismo utópico.
Reubiquémonos en las postrimerías del siglo XVIII principios del XIX; tenemos que señalar el impacto intelectual y civilizatorio tremendo que tuvo la Revolución Francesa, no fue cualquier Revolución; ésta marcó un hito en la medida en que entra en crisis el Estado absolutista; la Revolución Francesa arremete contra el Estado absolutista y también contra una sociedad moldeada, que vive todavía el espectro de todo lo que significó la sociedad medieval y el espíritu medieval; la expresión política de ellos fue la de un Estado absolutista y esta Revolución, que significaba la hegemonía absoluta del poder para los pobres, era como la cuadratura del círculo.
Por supuesto, esta fue una Revolución burguesa con impacto en 1789, por las condiciones en que se produce la Revolución y por las pasiones que desata en el cambio intelectual; no podemos obviar lo que están diciendo en su momento Maximilien de Robespierre, Georges Dantón, entre otros, quienes estaban inspirados, no casualmente, por los mismos que iluminaron a los libertadores de América Latina; ahí están Charles-Louis de Montesquieu, Denis Diderot, Jean le Rond D'Alembert, Jean-Jacques Rousseau; discutiendo sobre los mismos temas pero con distintos matices: la igualdad de los derechos del hombre, el problema de la democracia, el planteamiento del sujeto soberano, la libertad, la fraternidad, los principios de la Revolución Francesa; entonces, desde allí comienzan las contradiciones; hay un espíritu de qué es lo que se sient e, qué se dice, qué se piensa, cómo se perfila al pueblo soberano; y eso representa una ruptura histórica y por eso la Revolución Francesa tuvo una cobertura universal.
Luego vinieron los impactos desde el punto de vista teórico; que recoge igual o inmediatamente el Positivismo como una ideología de Estado y como filosofía. Como sociología el Positivismo empieza a temer a los impactos de la Revolución, y lo dicen explícitamente Herbert Spencer, Augusto Comte: "le tememos a los impactos, no solamente en Francia, sino en Europa; le tememos al caos político, al desorden"; así lo llamaron.
La Revolución es el sinónimo o el símbolo emblemático de lo que ellos llamaron en su momento el desorden político o caos político; y los conceptos que comienzan a proponer; que son los conceptos, por cierto, en los que empiezan a trabajar sistemáticamente las Ciencias Sociales; la Sociología concretamente; conceptos como comunidad, nación, jerarquía, fe, propiedad, son concebidos en el sentido burgués positivista del término, como la manera de decir, creemos y queremos el cambio pero en el sentido de la evolución no en el sentido de la Revolución; ahí comienza la porfía que sigue hasta nuestros días: Si queremos Reforma o si queremos una Revolución moderada donde se mantengan los privilegios, o si queremos Revolución como ruptura; porque ahí está el sober ano como sujeto de poder y por tanto, como sujeto histórico. Bien, se establece una ideología de Estado y comienza una confrontación interesante que se desarrolla a largo del siglo XIX.
Es muy importante luego, por supuesto el Socialismo utópico, porque los escritos de Charles Fourier, los falansterios, por ejemplo, lo único que dicen es la relación utópica ante algo que ven demasiado destructivo para la naturaleza humana; ante algo que ellos ven como muy destructivo, como demasiado egoísta para la realeza humana; pero sin una observación de lado, que utopía tenía una carga, una relación con la filosofía que es interesante.
Luego, precisamente el Positivismo le da a la utopía un sinónimo de quimera, de algo lejano, de algo que es imposible; enmarcado en la perspectiva de una dialéctica negativa, que negaba el orden dominante; la utopía era entonces la posibilidad de soñar con un mundo nuevo y distinto como evidentemente lo demostró luego el Marxismo: era un sueño, era algo que se quería, algo que se deseaba; y es allí donde comenzó aquella ruptura clara, de materialismo histórico como sinónimo de cientificidad.
Pero no es un deslinde con la filosofía hegeliana, era también un deslinde con los que ya habían usado la idea del socialismo, a los que ellos consideraban todavía encerrados en el socialismo utópico; incluso, como sabemos, el mismo hegelianismo tuvo su segmentación y así como hubo un hegelianismo que fue aprovechado en la condición de la restauración de una idea de Estado burgués como sinónimo de razón histórica, idea de la fenomenología del espíritu; también hubo un hegelianismo de izquierda, en donde destaca entre otros Bruno Bauer; con el materialismo filosófico que todavía Carlos Marx consideraba un poco mecanicista y al que él, Marx, por el contrario, estaba diciendo en un no de doble línea, tanto a Ludwig Feuerbach como a Georg Wilhelm Friedrich Hegel, qu e la dialéctica que él está proponiendo no es una dialéctica del movimiento de las ideas, o mejor, la fenomenología del espíritu, como movimiento del espíritu; sino que la dialéctica sobre la cual él está hablando es una Dialéctica Materialista, que no se salta el conflicto histórico ni la contradicción histórica; la que asume en el curso de ese momento la entrada y desarrollo en escena de un nuevo sujeto histórico que es el proletariado.
Marx está pensando en que este no es un movimiento dialéctico del espíritu, porque además, se tienen los datos históricos incontrovertibles de la entrada en escena del nuevo sujeto histórico que es la clase obrera; así lo denotan las famosas cartas que le manda Engels a Marx desde Manchester: "se ven alrededor de la fábricas amplias zonas de barrios obreros, pero allí hay un nuevo sujeto"; las que le manda a su vez Marx desde Londres; en fin, lo que están viendo entonces les dice que esta dialéctica es materialista, pensada en términos de la historia. La famosa Tesis Nº 11 sobre Feurbach que reza: "hasta ahora la filosofía lo que ha hecho es interpretar al mundo, de lo que se trata ahora es de transformarlo".
Allí podemos ver cómo esta doble tensión en la que nace el Marxismo es por un lado una tensión filosófica-profesional, y digo profesional porque Marx era un filósofo profesional, Doctor en filosofía en la Universidad de Gena; candidato prácticamente a entrar de profesor en las Universidades de Berlín, sus ideas comunistas, por supuesto, se lo impidieron; era muy difícil en ese tiempo, con ideas socialistas y comunistas entrar a dar clases en las Universidades; así era la cosa de cerrada y así era el poder absoluto del Estado burgués; y todavía la reminiscencia por supuesto de la estructura medieval pesaba en las universidades.
Marx era un hombre que estaba en doble tensión, sus primeros escritos, apenas a los veintiséis años, en 1844, se llaman Los Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844, aquel hombre que está inmerso en los Manuscritos de París en 1841; aquel hombre que está haciendo ajustes en la teoría de la alineación; que está hablando todavía de substancia y esencia y de la fenomenología en un lenguaje que estaba a medio camino; entre la apertura de un materialismo histórico y todavía nadando en las aguas de la terminología y la conceptualización hegeliana; apenas un muchacho de 26 años; y muy distinto al Marx que escribe el primer tomo de El Capital; un hombre que ha pasado los cincuenta años; que tiene claro el panorama y esa doble tensión es muy importante, porque es la doble tensión de un intelectual, de un Doctor en Filosofía al que le preocupa, por tanto, el problema de ajuste de cuenta con el sector de la filosofía; pero, que también sabe perfectamente; que las relaciones históricas concretas han cambiado; de que hay un nuevo sujeto histórico que implica una modificación de la sociedad, una ruptura profunda en la estructuración demográfica de las ciudades, del transporte. Siempre tuvo Carlos Marx un fino olfato para darse cuenta de la entrada en escena de nuevas variables históricas y substantivas.
Luego, tenemos que empieza ya la expresión política y en 1864 comienza ya el debate en el seno del movimiento obrero, para resumirlo en el famoso libro: Bakunin, Marx. Sombra y Luz, 1864. Primer Congreso Internacional de los Trabajadores. La I Internacional comienza a discutir sobre el perfil de la Revolución; sobre cuál es la característica del perfil socialista de este movimiento obrero. ¿Cómo el movimiento obrero se plantea tareas objetivas, que reúna también a otros sectores sociales no obreros, pero que tienen conciencia socialista? Y, sobre la forma de organización del proletariado también se comienza a debatir.
El problema de cómo al proletariado le llega la conciencia de clase es una discusión que llega hasta 1923, recogido en La Historia de la Conciencia de Clase de Luckacs. ¿De dónde llega la conciencia de clase al proletariado? Clase obrera o proletariado, parece un juego de términos, pero en el sentido filosófico en el que él lo está diciendo tiene una implicación política. Con el término de clase obrera se designa al obrero que sufre explotación; pero el proletariado es ese mismo obrero que ha tomado conciencia de su explotación; y por tanto, tiene capacidad de organización, de liderazgo y de entrada en escena, y ese es el nuevo sujeto histórico de la Revolución.
Fíjense ustedes, sigue la discusión de la filosofía y las ciencias políticas, aparece la II Internacional, que planteaba un deslinde importante entre socialdemocracia, parlamentarismo y el problema del desarrollo de las ideas revolucionarias, lo vemos claramente en las posiciones o planteamientos de Karl Kautsky y también en Eduard Bernstein; en esto Wladímir Ilich Lenin apostaba duro y se dio cuenta otra vez, y esa es la diferencia del intelectual que está muy allá con las ideas y del intelectual que está, como dice un amigo: "con el sonido en la calle; con el oído en la calle"; porque el que tiene el oído en los sonidos de la calle se da cuenta de las tendencias históricas y sabe y busca la manera de ver cómo sus ideas tienen puntos de arranque o concatenación con lo que está viendo; y es Lenin quien se da cuenta de que hay que apostar duro a la realidad política de su momento, sabe que el debate de fondo es ¿Reforma o Revolución?. Los hechos históricos le dieron la razón a Lenin y esa controversia, todavía, hoy día, tiene expresión.
Es importante, en este sentido tener en mente que ese desarrollo fue muy nutriente desde el punto de vista de la confrontación de las ideas; lo fue en el pasado y lo es ahora en el presente, porque estamos seguros de que muchos compañeros y compañeras en diversas partes del país están tratando de hacer lo mismo; es una polémica que hay que gritarla a viva voz; importa por los intereses teóricos y por los intereses históricos; y porque al hacerlo se está tratando de recoger el guante que ha lanzado Teodoro Petkoff cuando le dijo sarcásticamente al Presidente Chávez: "Bueno, cuando tengan lista la maqueta del Socialismo del Siglo XXI, me la traen para revisarla, para ver si dieron en el clavo"; así como diciendo que ya ese debate se dio y ya está cerrado.
Ahora, nosotros tenemos que decirle a Petkoff y a todos los que piensen como él que el debate nunca se ha cerrado; que no se cerró ni siquiera con la caída del Muro de Berlín; ni siquiera con la caída del Socialismo de Europa del Este o del Socialismo real; porque no nos vamos a dejar llevar por la alienación ni por la invasión espantosa de las imágenes massmediáticas.
Tenemos modelos para seguir, podemos citar algunos casos, como la Revolución Libia, en septiembre de 1969, que motivó a una interesante forma de pensar el Socialismo en el Tercer Mundo resaltando la forma del poder popular; la expresión Yamahiria no sólo quiere decir poder popular revolucionario de base, sino también quiere decir relaciones culturales.
Luego tenemos el caso de la lucha del pueblo palestino que había sido despojado de sus tierras, y entra en escena de forma organizada con la OLP como Frente Nacional, fundado el líder Yasir Arafat junto a otras expresiones políticas. Palestina fue una manera de decir todavía, aquí en el pueblo árabe podemos recoger las banderas del anticolonialismo y en parte las ideas del Socialismo; jalonadas también por las ideas del antirracismo; fue como un gran rayo de luz cuando apareció en el año 64 y todo lo que dejó.
Está el mensaje de La Tricontinental, que representa la organización, el programa político que aglutinaba y sintetizaba la voluntad de los pueblos de Asia, África y América Latina; y por supuesto, el prestigio de una figura de magnitud mundial como la del Che Guevara que la expandió. Fíjense ustedes, estamos recordando todos estos antecedentes de la descolonización porque nosotros sabemos que aquí en América Latina está el futuro.
Los hechos, incluso después de la caída del Muro de Berlín, han ido demostrando que en este terreno, el llamado Tercer Mundo, integrado por los pueblos de Asia, África y América Latina, es donde se ha repotenciado históricamente otra vez la idea del Socialismo. Es por acá donde ha sonado de nuevo la convocatoria, no sólo intelectual, también para aquellos que tienen la urgencia de construir en la perspectiva de un programa socialista enmarcado en lo filosófico y en lo histórico, aquí en América Latina, África y Asia está la nueva inspiración.
Hagamos mención también del Mayo Francés, representó la gran contestación contra las formas burguesas de la vida y dejó una gran impresión de cómo la cultura jugaba un papel crítico antialienante, aparte de que mostró la capacidad de un nuevo sujeto histórico para la transformación, el movimiento estudiantil, al que la gente despreciaba diciendo que eran sectores de pequeños burgueses radicalizados, pero, ese movimiento estudiantil, el del Mayo Francés fue tan contundente que después de que sacó aquella famosa manifestación de más de un millón de personas en París, el General Charles de Gaulle pensó en llamar a las fuerzas de la OTAN que estaban en Alemania porque sentía que la situación se le estaba escapando de las manos; esto lo cito sola mente para reivindicar a un sujeto importante de los procesos revolucionarios del pasado y presente como lo es el movimiento estudiantil y con ello replantear el papel que juega la universidad en toda sociedad en transición.
Bueno, ese fue el contexto del socialismo real, hablamos de la existencia y forma del Estado socialista en Europa del Este; de la existencia y defensa de las revoluciones populares; de la emergencia de luchas anticolonialistas y antiimperialistas; de la existencia del programa del internacionalismo proletario, ese es el contexto que nos encontramos una vez caído el Muro de Berlín, podemos asegurar que ahora nos encontramos en un contexto mucho más interesante.
Estamos ante algo nuevo que emerge y eso tenemos que reconocerlo todos los que estamos todavía del lado del marxismo; bueno, también hay que ser autocríticos, analíticos y tomar posición ante los hechos históricos, políticos y sociales que se dan a nuestro alrededor, es parte del salto que tenemos que dar; porque no fue precisamente entender la importancia de esos procesos culturales lo que caracterizó o hizo que se afianzara el marxismo, salvo casos aislados.
Por ejemplo, analicemos ¿Quién le está dando la pelea hoy al imperio norteamericano en Iraq? El islamismo revolucionario, no el que quedó de Saddam Hussein, lo que él representaba no nos interesa, lo que sí nos importa señalar es que hoy en Iraq el islamismo revolucionario representado por el pueblo iraquí, son quienes están en resistencia, las fuerza de ellos es la que está en las calles de Bagdad dando la pelea contra el imperio; a propósito de ello en estos días escuché una imagen, por cierto en otra Conferencia, una imagen bien interesante que decía: "El imperio salió de Vietnam con el rabo entre las piernas, pero de Iraq va a salir sin rabo" (Aplausos).
Por qué esta imagen es importante? Y me perdonan que haya traído a colación esta imagen escatológica; pero es que es una buena representación porque esta derrota del imperio va a ser más contundente; porque podemos decir que el imperio en su lucha contra Vietnam tenía aliados y uno de ellos era la opinión pública mundial, incluso dentro de los Estados Unidos había un equilibrio de fuerzas, existía la OTAN, pero en contraposición existía el Pacto de Varsovia; en el marco de la Guerra Fría el Pentágono hablaba duro y el Pacto de Varsovia hablaba duro; los norteamericanos tiraban sus desfiles y hablaban de la ojiva nuclear y en la Plaza de Roja de Moscú venían los desfiles y les mostraban también las ojivas nucleares; así como diciendo "un momento la cosa va a ser pe leada, en caso de que ustedes se pongan locos y más imperialistas de lo que son"; pero, ahora el asunto es que estamos ante un país imperialista en un mundo unipolar, globalizado, envalentonado, porque tiene razones estar envalentonado después del año 89; tiene más de diez años envalentonado así como diciendo "yo soy el único gallo de plaza, ahora sí que no tengo contendores en el plano del proyecto político de sociedad", aprovecharon para expandir y potenciar exponencialmente en los medios de comunicación de masas la idea: "allí está, se cayeron 70 años de Socialismo".
Mas mediáticamente este trabajo duro de todos los días, desde el 89, logró el ablandamiento de algunos partidos de izquierda; la desmoralización fue terrible; en ese terreno ya tenían ganado un cincuenta por ciento, todo lo planteado por Reagan a partir del famoso documento de Santa Fe se potenció; luego aparece Bush padre, y ahora este segundo W. Bush que ha llegado a situaciones de grosería mundial; por eso es que esa derrota va a ser más terrible. Porque una manera de demostrarlo, ni que tengan las ojivas nucleares que tengan, ni que tengan CNN en español y en todos los idiomas las 24 horas del día, no van a convencer a nadie de que no están perdiendo la guerra y no van a convencer a nadie de que esa guerra no fue inmoral. Vean y hagan seguimiento de los datos.
Cuántas bajas dice el imperio norteamericano que llevan? ¿Cuántos dicen los reportes de la resistencia? Que además tienen su periódico y tienen su manera de llegar a la red, a la guerra de redes como decía el Subcomandante Marcos, dando al mundo una información veraz de lo que allí acontece. Aparte de las bajas hay que subrayar que muchos de los soldados enviados por el imperio se suicidan porque no aguantan pelear con un pueblo pleno en resistencia, y que aún sigue luchando.
No han podido desarrollar los diez objetivos que se plantearon, no lo han logrado. No han podido sacar ni una sola gota de petróleo, y no la van a poder sacar con esa inestabilidad política. Por eso es que el fin está próximo para ellos, y el costo económico de esta guerra contribuirá a la debacle de este país. Pidieron más de doscientos millones de dólares y no se los aprobaron pues dicen en el Congreso ¿Y si esta guerra se nos convierte en un segundo Vietnam?
Entonces, estoy diciendo que este debate sobre el Socialismo del Siglo XXI, en Venezuela se mete por el lado de la filosofía; por eso echamos este cuento sobre el hegelianismo; el marxismo; la historia del socialismo mundial; de allí el cuento de la revolución bolchevique; la 1º y 2ª Internacional; hablamos de la descolonización para señalar la emergencia histórica del Tercer Mundo. Fue una síntesis muy apretada por razones de tiempo. Pero, vimos los terrenos en los que se cuela y confronta el debate sobre el Neo-Marxismo y Neo-Socialismo; así que están muy equivocados los que nos lleven a discutir acerca del Socialismo del Siglo XXI en un terreno abstracto, porque hoy como en el pasado el debate debe darse a partir de casos concretos.
Si me lo permiten quisiera complementar con la experiencia de América Latina; comencemos por México. Una guerrilla que dice expresamente "nuestro problema no es tomar el poder" y aquí tenemos que considerar la enseñanza y la importancia de que existiera Chiapas; cuando ellos ya estaban celebrando el TLC; México, Estados Unidos y Canadá decían: México ejemplo de esto... y el PRI para allá, el PRI para acá.
Habían llegado al non plus ultra del equilibrio político, según ellos: Bueno, y entonces les revienta una guerrilla que impactó y les quitó la imagen de hegemonía, paz y equilibrio a la manera del PRI. Se acabó el cuento del México lindo y querido porque apareció el Frente Zapatista, la guerrilla y otra vez con el problema: tierra, otra vez el problema del reconocimiento de los derechos de los indígenas; pero esta vez con las armas en las manos; otra vez y en pleno 1994.
En enero, y después arranca todo lo que significa esto: una guerrilla que no pelea, decían muchos marxistas irónicamente: "pero esa guerrilla si que es extraña es una guerrilla que no pelea; esa guerrilla lo que hace es hablar por una red de redes; están ganando la guerra en las redes y cuál es la importancia?" Pues, la importancia de esta guerrilla estuvo en que se atrevieron a hablar lo que no quería la clase dominante de México. Ahora tenían de qué hablar y más allá de México; se les cayó la imagen de que todos estaban de acuerdo, de que existía un gran consenso; eso se acabó y hasta gente como Carlos Fuentes, el escritor mexicano dijo: "porque es verdad, hasta en Chiapas hasta las piedras hablan de lo que es la miseria, el atraso, la explotación, el olvido en el q ue están los indígenas".
Por tanto, se rompió la visión hegemónica del bloque dominante mexicano. Observamos el zapatour: las zapatistas atravesando todo México hasta llegar a la Plaza del Zócalo ante trescientas mil personas en silencio, escuchando aquel bellísimo discurso poético del Subcomandante Marcos; como diciéndoles a México y al mundo: esto es lo que el PRI les ocultó durante más de 50 años; aquí está la otra cara de la moneda. Otro caso es el de Ecuador con el movimiento Pachakutik; expresión de la entrada en escena del movimiento indígena como dato etnológico o cultural otra vez entrelazado fuertemente con el proyecto político. También esta Colombia con su derramamiento de sangre por más de 40 años, con la característica ahora del Plan Colombia, que es una maner a de emergencia del Comando Sur, del pentágono y del Imperio de decir cómo paramos esto. Y no van a parar nada. El Plan Colombia, tal como decía un sociólogo colombiano: "no está pensado para Colombia sino para Venezuela, la idea es instalar una base militar con una gran logística de combate para ver como detenemos el ejemplo Venezuela; pues la Revolución Bolivariana no estaba en su agenda".
La Revolución Bolivariana se ha ido expandiendo como ejemplo y conciencia de los pueblos; entonces, el Plan Colombia es un contrapeso de emergencia desesperado; sino, cómo se justifica una agenda de más de 20 mil millones de dólares? Hay que ver lo que significa esa cifra en términos de logística militar pensada continentalmente; sin embargo se les ha enredado el papagayo porque ahora arrancaron Bolivia y Uruguay con sus luchas y gobierno por y para el pueblo; entonces el Plan Colombia tendrá que ser el Plan América Latina porque ya la conciencia de lucha y de clase se expandió y la situación se les fue de las manos. Bien compañeros y compañeras quisiera explicarles otras particularidades de los procesos políticos de la región pero, ahora es cuando tenemos tiempo; pues este debate sobre el Socialismo de l Siglo XXI en Venezuela apenas comienza.
Ponencia para el seminario ¿Cuál socialismo para Venezuela? de organizaciones de base de la región carabobeña.
Juan José Hernández, Catedrático en Sociología de la Universidad Central de Venezuela
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SOCIALISMO DEL SIGLO XXI: EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI.
Entrevista con Hugo Chávez, por Manuel Cabiesses.
"¿Cuarenta años cumple Punto Final, Manuel?"
Cuarenta años, presidente. Claro, hubo un largo intervalo: 17 años de dictadura militar. La revista estuvo clausurada desde el 11 de septiembre de 1973 hasta agosto de 1989. Durante un tiempo apareció en México bajo la dirección de Mario Díaz, un periodista chileno que vivió parte de su exilio aquí, en Venezuela.
"Pero lo que ustedes rescatan es el año de su nacimiento... En 1965".
En efecto: el tiempo perdido es un tiempo que también nos pertenece...
"¿Y el nombre Punto Final de dónde salió?"
De una conversación con Mario Díaz, mi camarada en esta aventura. La idea era poner punto final a un tema, es decir agotarlo. Sobre todo aquellos asuntos censurados por la publicidad comercial, la restricción del espacio u otras formas de censura que limitan la libertad de expresión de los periodistas.
"O sea, llegar al fondo de un asunto, sin limitaciones, sin mordaza...".
En efecto, esa era la idea y sigue siéndola.
("Pasa, pasa compadre, siéntate aquí -se dirige al fotógrafo Marcelo García-. Pero esta foto así, separados por una mesa, no me gusta... Vamos a conversar allá". Chávez indica el pequeño jardín vecino. Terminadas las fotos, entramos en tierra derecha en la entrevista).
Presidente: lo primero que quiero plantearle es el interés por conocer algunas ideas sobre una discusión que usted mismo ha provocado, tanto en Venezuela como en América Latina. Me refiero al socialismo del siglo XXI. El tema es muy atractivo para los lectores de "Punto Final" y para la Izquierda en general en muchos países. Imaginar un nuevo socialismo es todo un desafío, no sólo intelectual sino político. Me parece que su intención es que un conjunto de ideas sean elaboradas por amplios sectores sociales y políticos, no esperar la receta de un Carlos Marx que nos ilumine sobre lo que hay que hacer. Sin embargo, usted puede estimular esta discusión con algunas ideas y propuestas de lo que considera debería ser el socialismo del siglo XXI.
"Mira, Manuel, lo primero -permíteme- es felicitar a Punto Final por sus cuarenta años de batalla, sembrando ideas revolucionarias y abriendo las anchas alamedas de que habló nuestro compañero presidente Salvador Allende. Y también saludar por intermedio de PF al pueblo chileno y a todos los pueblos latinoamericanos.
Ahora entremos al tema del socialismo del siglo XXI. Primero, en lo personal se trata de un asunto de conciencia. ¿Por qué? Porque uno viene evolucionando en su pensamiento. En mi caso he venido adquiriendo experiencia y recogiendo ideas producto de esa dialéctica que se reproduce entre la teoría, los debates, las discusiones y la práxis de lo que está ocurriendo en Venezuela. Estos seis años, Manuel, han sido muy ricos, nos han nutrido desde el punto de vista de las ideas. Han alimentado nuestro pensamiento. Como sabes, estoy pronto a cumplir 51 años (al día siguiente de esta entrevista. N. de PF). Comencé en esta lucha allá por los años 80. Recordaba hace un rato con Beto Almeida (dirigente social brasileño. N. de PF), que poco antes de los 80 comenzamos a formar en el seno del ejército una corriente bolivariana y nacionalista que ni siquiera se planteaba una revolución. A mediados de los 80 propuse a mis compañeros militares agregar la letra R -de revolución- a la sigla de nuestro movimiento que se llamaba EB-200 -Ejército Bolivariano 200 porque en 1983 era el bicentenario del nacimiento de Bolívar-. El movimiento nació en 1982 en un acto simbólico. En realidad, era una pequeña célula clandestina. Por el año 87, dimos una discusión que fue dura. El movimiento había crecido pero todavía éramos pequeños grupos, que al fin nos definimos como un movimiento bolivariano revolucionario. Lo que perseguíamos era eso, una revolución, una transformación política, social, económica y cultural inspirada en el planteamiento de Bolívar. Diseñamos así lo que hemos llamado el 'árbol de las tres raíces', que es nues! tra fuente ideológica. Consiste en la raíz bolivariana (su planteamiento de igualdad y libertad, y su visión geopolítica de integración de América Latina); la raíz zamorana (por Ezequiel Zamora, el general del pueblo soberano y de la unidad cívico-militar) y la raíz robinsoniana (por Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, el Robinson, el sabio de la educación popular, la libertad y la igualdad). Este 'árbol de las tres raíces' dio sustancia ideológica a nuestro movimiento...".
REVOLUCION ANTIIMPERIALISTA
¿Pero entre ustedes había militares con formación marxista?
"Sí, los había. Mis primeros contactos con el mundo político, por ejemplo, fueron con un ex guerrillero venezolano a quien respeto mucho, Douglas Bravo. Me reuní con él varias veces, incluso antes que naciera nuestro movimiento.
Douglas dirigía el movimiento Ruptura, que tenía una revista del mismo nombre. (Bravo procedía del PCV y fue comandante de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional -Faln- en los años 60. N. de PF). Luego me reuní también con la Causa R originaria, aquel movimiento que fundó Alfredo Maneiro, de claro planteamiento marxista. Sin embargo, eran los años en que comenzaba a resquebrajarse la Unión Soviética. Vimos cómo el planteamiento socialista fue desapareciendo, incluso en los círculos y publicaciones que venían del marxismo, y algunos hasta de la lucha armada. Luego vino en Venezuela la rebelión militar del 4 de febrero de 1992. Pero este movimiento bolivariano no tenía un planteamiento socialista. Si revisas declaraciones mías de esos años, cuando nos preguntaban si é ;ramos de Izquierda o derecha contestábamos: 'No, no, esa división no existe'. Era una posición neutra, desconectada de la realidad pero muy influida por todo aquello del 'fin de la historia', la caída de la URSS, etc. Luego viene la fase actual: llegamos al gobierno en 1999 y se formula el planteamiento de la revolución bolivariana que da un salto -como debes recordar- después del golpe de Estado de abril de 2002. Es entonces cuando esta revolución se declara antiimperialista. Nunca lo habíamos asumido así. Fue la respuesta que dimos al golpe y nuestro pueblo lo asumió con mucho vigor".
¿Una réplica a la intervención imperialista en el golpe?
"Exactamente. Fue una respuesta a lo que estábamos viviendo. Quizás, Manuel, en los primeros años de nuestro gobierno -y te confieso que yo lo viví aunque por poco tiempo- hubo la ilusión de que podíamos estar bien con Dios y con el diablo. Alguna gente que se me acercó y que hasta cierto punto me rodeó en este palacio -tu sabes que en torno al poder y a quienes personificamos parte del poder, se van generando anillos de influencia-, llegó con un discurso de 'no hay que buscar conflictos, hay que buscar consensos'. Me dejé llevar por esa línea en los primeros años. Eran los días de mis reuniones con Clinton y con altos empresarios estadounidenses. Fui al Fondo Monetario Internacional, estuve en la Bolsa de Nueva York y toqué el martillo ése... Pero llegué a descubrir, Manuel, porque s oy del monte y el montuno desarrolla un instinto especial, que me tenían cercado. Una madrugada me metí a la central telefónica de palacio y descubrí que allí tenían instrucciones de no pasarme ciertas llamadas. Por ejemplo las llamadas de Fidel Castro estaban anotadas en el libro, pero no me las pasaban. Porque en el grupo que me rodeaba había la tesis que la relación con Fidel Castro no era positiva ni necesaria".
NO HAY "TERCERA VIA"
¿Y esa gente tenía autoridad para dar ese tipo de instrucciones a la central telefónica?
"Pero claro. ¿Tú no recuerdas que tuve de ministro del Interior a Luis Miquilena, por ejemplo? El fue uno de los que articuló un férreo cerco en torno mío... Y tuve de ministro en la Secretaría de Gobierno nada menos que a Alfredo Peña. Y aquí venía Cisneros a almorzar con Peña. Hasta que me fui dando cuenta que me habían montado un cerco. Entonces yo era un muchacho, pero uno va madurando. Un general amigo, un sabio, el general Pérez Arcay, me dijo: 'Hugo, tienes que graduarte de viejo. Aunque tengas 40 años debes ser un viejo, tienes que aprender rápido, no puedes esperar llegar a viejo, madura ahora'. El me ayudó a abrir los ojos.
Perdona, Manuel, que tienda a alargar las respuestas, pero este tema de la ideología nunca lo había analizado como ahora, desde una perspectiva lejana. Bueno, ¿qué produjo todo esto? Golpe el 2002, paro patronal, sabotaje petrolero, contragolpe, discusiones y lecturas. Llegué a la conclusión -asumo la responsabilidad porque no lo discutí con nadie al hacerlo público en el Foro Social Mundial de Porto Alegre- que el único camino para salir de la pobreza es el socialismo.
En una época llegué a pensar en la tercera vía. Andaba en problemas para interpretar el mundo. Estaba confundido, hacía lecturas equivocadas, tenía unos asesores que me confundían todavía más. Llegué a proponer un foro en Venezuela sobre la tercera vía de Tony Blair. Hablé y escribí mucho sobre un 'capitalismo humano'. Hoy estoy convencido que es imposible. Pero esto ha sido producto de seis años de dura brega y de aprender de mucha gente. Me convencí de que el socialismo es el camino y así lo dije en Porto Alegre y después aquí, ante la Asamblea Nacional. He invitado al país a un debate. Creo que debe ser un socialismo nuevo, con planteamientos frescos, acoplado con una nueva era que apenas está comenzando. Por eso me atreví a llamarlo 'socialismo del siglo XXI ', como proyecto. Creo que es un reto, un desafío. Pero me da mucho gusto ver cómo el llamado no ha caído en tierra infértil. Por el contrario, ya han aparecido hasta libros sobre el tema. En Venezuela hay un debate que va extendiéndose. El general Alberto Müller Rojas (ex embajador en Chile. N. de PF) invitó el 5 de julio en la Asamblea Nacional, el día de la patria, a que hagamos el Manifiesto Socialista del siglo XXI. Por ahora lo que estamos haciendo es un llamado a discutir ideas nuevas y viejas experiencias para delinear ese nuevo socialismo. Por ejemplo, yo quiero aportar algunas ideas. Una es afirmar que el primer socialista de nuestra era fue Cristo. Soy cristiano y pienso que el socialismo debe nutrirse de las corrientes más auténticas del cristianismo. Tampoco se trata de andar buscando a un iluminado, como tú decías, para que nos haga un modelo que vamos a copiar todos. Sería! absurdo. Vamos a hacer el socialismo desde nuestras propias raíces, desde nuestros aborígenes, desde las comunas en Paraguay y Brasil, desde el socialismo utópico que representó Simón Rodríguez, desde el planteamiento de Bolívar de libertad e igualdad, desde el planteamiento de Artigas, el gran uruguayo, de que hay que invertir el orden de la justicia, eliminando los privilegios. Creo que estamos comenzando esta tarea".
ES EL MOMENTO DE AVANZAR
¿No cree, presidente, que declarar sus intenciones socialistas es algo prematuro en la actual situación venezolana y latinoamericana en general? ¿No es una apuesta política muy alta?
"Es posible que lo sea, no me creo dueño de la verdad. Pero mi instinto político me dice que es el momento de formular este planteamiento. Desde el punto de vista del cálculo electoral algunos buenos amigos y compañeros me han dicho que no era oportuno. Que mejor habría sido esperar las elecciones de 2006 y después de ganarlas, hacer ese planteamiento. Pero yo no veo la situación de esa manera. Los tiempos políticos no coinciden necesariamente con los tiempos electorales. De aquí a un año hay un siglo. El tiempo es relativo, ya lo demostró Einstein. Creo que es el momento. Cuando ves reverdecer los campos, es el momento de abonar para que broten las sementeras. Cuando vemos lo que está ocurriendo en América Latina, sobre todo en América del Sur, el gran debate que hay en Brasil, en Uruguay, y los g obiernos que impulsan cosas nuevas, cuando se mira lo que ha pasado en Ecuador y en Bolivia, también en Venezuela por supuesto, en Centroamérica y el Caribe... Pero el epicentro está en América del Sur. A este rebrote popular y democrático hay que darle sustancia ideológica. ¿Y cuál es? Yo respondo, desde mi conciencia política, que es la vía socialista. En Venezuela lo he puesto de la siguiente manera: estamos en una transición y como decía Gramsci, que muera lo que tiene que morir y que nazca lo que tiene que nacer. Una transición que me atrevo a llamar 'democracia revolucionaria', un término que tampoco es mío sino del poeta cubano Roberto Fernández Retamar. Habla de eso en una entrevista de 1992 que leí -cuando estaba preso- en un libro, América Latina, marca registrada, del chileno Sergio Marras. Fernández Retamar habla del bolivarianismo ! y la democracia revolucionaria. He retomado ese término para caracterizar el tipo de democracia que empuja como una caballería, que abre puertas y se impregna de pueblo. Es una fase de transición hacia el socialismo. Esta dirección está mucho más clara en Venezuela. Si hace cuatro años me hubieras preguntado: ¿Chávez, hacia dónde vamos?, quizás mi respuesta no habría sido tan precisa, aun cuando a la que estoy dándote todavía le falta muchísima precisión. Te habría dicho, como tantas veces lo dije: aquí está la Constitución Bolivariana, este es el proyecto. Ahora creo que vamos rumbo al socialismo. La democracia revolucionaria hay que irla orientando hacia el socialismo.
Eso ha generado aquí una dinámica por abajo, muy interesante. Pdvsa (Petróleos de Venezuela S.A.), por ejemplo, está discutiendo ese tema al interior de la empresa con ese líder extraordinario que es el ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, un muchacho que fue formado en ese movimiento Ruptura del que te hablé. Pero los funcionarios de mi gobierno con formación marxista no se atrevían a hablar de socialismo. Yo les he dado luz verde. Ahora hasta la Asamblea Nacional habla de socialismo. Ha sido como una liberación, se vuelve a hablar de un tema tabú. El chantaje mediático era muy pesado: si te declarabas socialista, te decían trasnochado, troglodita, dinosaurio. Ahora no, el socialismo anda en la calle y hasta algunos empresarios declaran que no les asusta. ¡Magnífico! Habr á que oir sus razones, respetarlas y discutirlas. Los militares hablan de revolución y socialismo, y discuten esos temas. Creo que es muy positivo. Y yo asumo la responsabilidad que me cabe en este proceso. Tenemos que estudiar y debatir mucho. Ojalá podamos hacer pronto un evento internacional sobre socialismo y conocer así distintas opiniones y experiencias".
VIEJO Y NUEVO SOCIALISMO
Hay cosas del viejo socialismo, presidente, que fracasaron. Por ejemplo, la concepción de partido, la ausencia de participación real del pueblo en las decisiones, la falta de pluralismo, el estatismo absoluto de la economía, el bajo perfil de los derechos humanos, de las libertades públicas y de la libertad de expresión, etc. ¿Qué diferenciaría al socialismo del siglo XXI de aquel socialismo que se derrumbó?
"Tienes razón, alguien dijo que en realidad nunca hubo socialismo... Circulaba un chiste sobre Breznev u otro líder soviético que confidenciaba a un amigo: ojalá que aquí no llegue nunca el socialismo.
Ahora bien, entre los elementos que pudieran definir el socialismo del siglo XXI yo diría que el primer rasgo es el moral. Hay que comenzar por ahí, por la conciencia, por la ética. El Che escribió mucho de la moral socialista. Desde la visión del mundo que cada cual tenga, debemos recuperar el sentido ético de la vida. Sin duda lo que digo tiene mucho de cristianismo: 'Amaos los unos a los otros' o 'Ama a tu prójimo como a ti mismo'. En realidad se trata de eso: de la solidaridad con el hermano. Luchar contra los demonios que sembró el capitalismo: individualismo, egoísmo, odio, privilegios. Creo que por ahí habría que comenzar. Es un trabajo de todos los días, una tarea cultural y educativa de largo aliento. En Venezuela hemos comenzado a debatir ese aspecto y es muy positivo. Es un arma en la lucha contra la corru pción, un mal que es propio del capitalismo. Empresas y empresarios corrompidos, negocios oscuros, funcionarios corruptos, movidos sólo por la ambición. Aunque también la corrupción se ha dado en el socialismo ese fenómeno tiene una raíz capitalista, es la ambición de riqueza. El socialismo debe defender la ética, la generosidad. Bolívar fue un ejemplo: abandonó todo por ser útil a su país. Hay que recordar también a Cristo y lo que dijo al hombre rico que quería ir al cielo: vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres. El hombre se puso a llorar porque no era capaz de hacer eso. Fue entonces cuando Cristo lanzó aquella frase 'será más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos'.
En la línea política uno de los factores determinantes del socialismo del siglo XXI debe ser la democracia participativa y protagónica. El poder popular. Esto es un elemento político definitorio que contrasta con aquello del partido único o centrar todas las decisiones en el partido. Hay que centrar todo en el pueblo, el partido debe estar subordinado al pueblo. No al revés".
PLURALISMO POLITICO
¿Un sistema político pluralista que permita participar a diferentes sectores? ¿Un poder popular real?
"Claro que sí, una democracia participativa y abierta.
En lo social, el socialismo debe conjugar igualdad con libertad. Una sociedad de incluidos, de iguales, sin privilegios, sin esta abismal diferencia entre extrema riqueza y extrema pobreza. En lo económico: un cambio del sistema de funcionamiento metabólico del capital. Este es un tema complejo de tratar. Aquí hemos iniciado experimentos como el impulso al cooperativismo y al asociativismo, a la propiedad colectiva, a la banca popular y núcleos de desarrollo endógeno, etc. Se trata de dejar atrás la lógica de funcionamiento perverso del capitalismo. Son válidas muchas experiencias como la autogestión y cogestión, la propiedad cooperativa y colectiva, etc. Estamos poniendo en marcha un ensayo de empresas de producción social y unidades de producción comunitaria. Eso está recién naciendo pero ayudar&aacut e; a definir un modelo teórico. Le da también una connotación especial: no se trata de un grupo de intelectuales escribiendo un libro de dos mil páginas. Práctica y teoría deben marchar en paralelo".
VISION DE AMERICA LATINA
¿Cómo analiza usted la situación actual en América Latina? ¿Cree que el imperio tratará de generar conflictos para desestabilizar gobiernos rebeldes como el suyo?
"Estábamos preparados para la reacción internacional que ahora estamos sintiendo. Ya no sólo en el caso de Venezuela, sino también de Brasil. El caso de ese país y el escándalo que se ha desatado por la corrupción, sin que esto suponga benevolencia con la corrupción, me huele que no tiene sino un objetivo: debilitar al gobierno de Lula, tratar de chantajearlo. Tengo mucha fe en que Lula, un extraordinario líder, va a salir de esta situación tan difícil. Está la posibilidad de que Brasil se sume de manera determinante al nuevo camino que hoy necesitan los pueblos de América Latina. En Argentina también vemos un proceso complejo: permanentes ataques de sectores de la oligarquía criolla al gobierno, ataques internacionales, etc. Vemos lo que pasa en Bolivia, en Ecuador, en Uruguay. En fin, en e ste enfoque sobre la situación latinoamericana, que ni siquiera pretende ser un análisis, diría que tenemos razones para estar optimistas. Lo que pasa en México y las perspectivas de un gobierno distinto se suma a esa visión. Los que estamos al frente de algunos procesos en América Latina, ya sea desde el gobierno o de movimientos políticos y sociales, debemos diseñar el mapa no sólo estratégico sino también táctico y de trabajo. En esto tenemos un vacío y creo que es necesario que con pensadores y líderes de distintos países conformemos un equipo con capacidad de hacer propuestas que impacten esta realidad. Como seguir impulsando TeleSur, por ejemplo. Petrosur, Petroamérica, el Banco del Sur, la Universidad del Sur, proyectos de integración que no pueden quedar sólo a nivel de gobiernos. Si no les damos contenido de participación popular, ser&! iacute;an, como decía Bolívar, 'repúblicas aéreas', castillos en el aire".
La suya, presidente, es una visión optimista sobre el futuro de América Latina.
"Sí, es optimista y te digo el porqué. Uno tiene varios años, bueno tu tienes más que yo, Manuel..."
Sí, pero yo no he gobernado...
"...Yo he tenido esa oportunidad desde hace seis años y medio. Y uno puede comparar. Han ocurrido muchas cosas no sólo en América Latina. Si vas a la India, ves algo distinto a lo que había hace cinco años. Vas por Europa y hay cosas nuevas que están ocurriendo. Son señales que indican nuevos tiempos. No puede ser una casualidad que se enciendan estas señales en Europa, en Asia, en América Latina. En Africa también. He leído una noticia que revela la preocupación del imperio norteamericano: un plan de apoyo militar a países africanos. Mira lo que está pasando en Iraq... Son señales muy alentadoras a pesar de que acepto lo que dices. Las batallas que vendrán serán muy duras. Pero si en alguna ocasión hubo una oportunidad de avanzar y alcanzar importantes victorias en la d irección histórica que nos hemos fijado, si en algún momento fue oportuno avanzar, es ahora, ahora y aquí. Punto Final, que ha pasado 40 años en esta batalla, tendrá otros 40 años más para luchar y ojalá publicar lo que aquí estamos intuyendo y soñando"
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SOCIALISMO DEL SIGLO XXI:VENEZUELA: LATIFUNDIO, CAPITALISMO Y SOCIALISMO DEL SIGLO XXI.
Por Horacio Benítez.
En la transición hacia el Socialismo del siglo XXI, las medidas de reforma agraria implementadas por el Presidente Chávez no pueden asimilarse con acciones radicales para extirpar relaciones sociales de producción donde aún permanecen formas de apropiación de plusvalía por la explotación del trabajo asalariado, como lo quiere hacer ver la oligarquía terrateniente y el imperialismo en la campaña mediática orquestada a propósito de la estrategia agraria gubernamental.
La vigorosa decisión del Presidente Hugo Chávez de profundizar la revolución bolivariana mediante el combate franco al latifundio para hacer efectiva la reforma agraria en favor de millones de campesinos, está siendo aprovechada por los adversarios del proceso de cambios para perfilar otro escenario de ataques y acciones contrarrevolucionarias. Tanto el imperialismo como la oligarquía aliada, agitan la bandera de la defensa de la propiedad privada para orquestar otra infame campaña de descrédito y desestabilización del Gobierno Nacional. Es en efecto lo que ya está ocurriendo. Eso era inevitable y el combativo discurso del Primer Mandatario el domingo 25 de septiembre de 2005, en el recuperado Hato La Marqueseña ?con un 80% de su extensión improductiva-, en el municipio Alberto Arvelo Torrealba, refleja la intensidad de la pulsión social implicada en la guerra contra el latifundio improductivo.
Las palabras del Presidente Chávez han sido contundentes: ?el latifundio debe desaparecer del país, ya que es un problema latente que afecta en proporciones notorias a la producción nacional?.
Pidió igualmente, imprimirle celeridad a los procedimientos legales que el Gobierno Nacional desarrolla para recuperar tierras ociosas. En tal sentido expuso que aspira que antes de culminar el año se haya rescatado por lo menos medio millón de tierras, de manera que instó ?a apurar el paso, rumbo al 2006?.
Con la Constitución en la mano citó el artículo 115 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela el cual señala que ?toda persona tiene derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La propiedad estará sometida a las contribuciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o de interés social, mediante sentencia firme y pago oportuno y justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase de bienes?. Igualmente evocó el Artículo 82 de la Ley de Tierras que señala textualmente: ?El Inti tiene derecho a rescatar las tierras de su propiedad o que estén bajo su disposición, que se encuentren ocupadas ilegal o ilícitamente. A esos fines iniciará de oficio o por denuncia el procedimiento o rescate correspondiente. El procedimiento previsto en el presente capítulo no se aplicará a las tierras que se encuentren en condiciones de óptima producción?.
Son las normas superiores que gozan de toda la legitimidad y sirven de soporte a la estrategia estatal que favorece el interés general de toda la nación, por encima de la mezquindad y el egoísmo de un grupúsculo social de terratenientes y parásito sociales.
El cuadro de la concentración de la propiedad agraria en nuestra nación es aberrante y dramático. Antisocial y antihistórico. Es una verdadera vergüenza y una afrenta a la civilización moderna.
Aquí tenemos un promedio de 24 millones de hectáreas como latifundio, según el censo agrícola de 1998. Han sido detectados 317 fundos con las características de latifundio, de los cuales hay 3 millones 700 mil hectáreas que lo conforman. En Apure se han declarado latifundios a los predios ?La Bendición Ramera?, ?Los Cocos?, ?El Frío?, ?San Pablo Paello? y ?Jobito? y en Cojedes: ?Paraima? (con la media bobada de 52.000 hectáreas), ?Piñero?, ?El Charcote?, ?La Yeguera?, ?Guamontey-Altos de Buena Vista?, ?San Inacio? y ?Borges?.
En la transición hacia el Socialismo del siglo XXI, las medidas de reforma agraria implementadas por el Presidente Chávez no pueden asimilarse con acciones radicales para extirpar relaciones sociales de producción donde aún permanecen formas de apropiación de plusvalía por la explotación del trabajo asalariado, como lo quiere hacer ver la oligarquía terrateniente y el imperialismo en la campaña mediática orquestada a propósito de la estrategia agraria gubernamental. Eso es una falacia y un acto demagógico que pretende generar la histeria entre las clases intermedias de la sociedad para inducir un comportamiento político conservador y reaccionario.
Aceptada la coexistencia con relaciones capitalistas de producción en el actual periodo de transición, lo cierto es que las acciones emprendidas en el campo agrario van a favorecer, en el corto y mediano plazo, las estructuras económicas entramadas con el capitalismo, gracias al incremento de la producción de alimentos y al abaratamiento de la canasta familiar por la mayor disponibilidad de productos con origen agrario. La reforma agraria va a mejorar sustancialmente la capacidad adquisitiva de los salarios y el incremento de la productividad en la propia empresa capitalista. Esa es la realidad. Por eso es tan aberrante la supervivencia del latifundio y los terratenientes, con toda la parafernalia política, ideológica y cultural que le acompaña.
Esa es una verdad tan vieja como el capitalismo. Basta con mirar la historia de los Estados Unidos o la de Alemania o la de China para llegar a tal conclusión.
Por supuesto que en nuestro caso lo ocurrido en el campo agrario no está disociado del objetivo del Socialismo como forma superior de organización económica, social y política.
El hecho de que tengamos que convivir con relaciones capitalistas y hasta feudales de producción, no le resta fuerza a la capacidad transformadora del proyecto bolivariano que lidera el Presidente Chávez en la perspectiva del Socialismo del Siglo XXI.
El SSXXI es una meta, es un norte que tenemos que alcanzar pero procediendo con inteligencia y método. No es a las patadas y sin un campo adecuado de racionalidad. Para decirlo con palabras de Lenin, cada paso que se avance debe considerar siempre las correlaciones de fuerza y los contextos sociales nacionales e internacionales. Proceder de otra manera es poner a nuestro pueblo a merced de las viejas oligarquías y el imperialismo, que viven al acecho para aplastar nuestra marcha revolucionaria.
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SOCIALISMO DEL SIGLO XXI:LA ECONOMÍA EN EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI.
Por Ramón Alvarez Piña.
La economía que ha de caracterizar el socialismo del Siglo XXI instituye humanidad con grande riqueza espiritual y conocimiento, trasciende hacia un universo social, donde los protagonistas productivos, de distribución y consumo de riqueza van asumiendo personalidad multidimensional, y, entrejunto, recrean existencias plenas y concientes desde el propio núcleo de la pareja hasta cubrir la congregación en su totalidad.
El socialismo de los nuevos tiempos derrumba viejas barreras institucionales autoritarias que limita la vida económica o coacciona los procesos vivos colectivos, subvierte toda reposición del amo, el Estado, capital, partidos, sindicatos por ser factores instituyentes de la inhumanidad, principales mecanismos obstaculizadores para un desarrollo integral de la individualidad singular asociativa.
El socialismo Siglo XXI se sustenta en la autogestión, es decir sobre la plenitud de las iniciativas de autoliberación de los colectivos humanos, en la autoliberación de los oprimidos; como tal, se encuentra en permanente estado de revolución social, movimiento constante para no ceder o delegar su capacidad de gestión, enfrentado en revolución permanente a cualquier forma de burocracia (partidistas, sindicales, estatales) que lleguen a infiltrarse en los procesos libertarios y humanistas del pueblo, que lleguen a contaminar el florecimiento de los árboles sociales, que, con múltiples raíces, autogestionan directamente las unidades de producción, consumo de bienes y servicios.
Porque más que una forma institucional política, de administración burocrática, la revolución humanista autogestionaría deviene como manifestación de los flujos de energías vitales en libertad, en ella se revindica el socialismo como vida, con otros ñprincipios de existencia económico-social-espiritual-político basado en el apoyo mutuo y no en la competencia capitalista.
Asumimos el socialismo del Siglo XXI como un modo de vida inédito, donde se ha de iniciar procesos orgánicos de abolición del Estado y capital, donde no se rescata absolutamente nada del sistema de "socialismo estatal", que resultó con el nacional socialismo el ensayo inhumano más abierto y catastrófico del capitalismo como sistema de relaciones, cuyo fundamento se encuentra en el Estado.
Se hace pertinente señalar que cuando hablamos del capital, más que como fenómeno estrictamente económico, se convierte en el transcurrir de dos mil y tantos años en proceso global que afecta la existencia humana, devino en una catástrofe del género humano que lo alienan y convierten en personas productoras de miserias que se revierte en la estructura síquica humana, unidimensional e incapacitados de reconocerse el proceso de formación de riqueza directamente realizado por ellos.
Y la permanencia del capital se encuentra íntimamente ligado al trabajo asalariado, unidad dialéctica, se conjugan y no puede ser asumida inexorablemente separado el capital-trabajo asalariado, siendo complejo desentrañar tamaña urdimbre social por la naturaleza que asume la apropiación del trabajo humano ajeno en la sociedad, que una vez Adam Smitt calificó de "sociedad de comerciante", donde conviven personas libres de ataduras materiales, jurídicamente capaces de negociar, comprar y vender mercancías cualquiera que fueren, con peculiar demanda sobre aquella contenida por la corporeidad humana, poseedora de las energías creadoras de valores de cambios.
Consecuencia del proceso de autonegación de la vida, se forja una clase de comerciante que comercia vida social, energías vitales productivas; y otra que se disocian como individualidad productora y autovenden como asalariados para su posterior consumo en los centros fabriles y convertido en humanos unidimensionales, reproductores de una existencia inhumana, al interno de esa relación se va forjando fuerzas antisociales que consagran la represión hasta el punto de reproducir al cuerpo humano como mero instrumento de trabajo.
En el proceso de producción de mercancías van perdiendo identidad como individualidad singular asociativa frente al dominio del capital, Estado, partidos, sindicatos, rectores de aparatos exógenos que dominan la conciencia de los hombres y mujeres en nombre del progreso de la civilización, lo interesante de la relación es que se asume como natural, tanto por los asalariados como para los propietarios de las condiciones materiales de producción.
Del síndrome del amo y esclavo, donde ambos se necesitan, los asalariados perciben del capitalista y el Estado una solidaridad externa, caritativa, que ocurre una vez que las actividades de generar valor de cambio han cumplido el ciclo y ha realizado el producto, podemos señalar la solidaridad de los "programas sociales compensatorios", que cual ambulancia va curando a los heridos y recogiendo los muertos que ha dejado la política económica que instituyen la dominación del capital.
Surgen formas más sutiles de limitación de la individualidad singular asociativa desde el propio seno de los asalariados, como son los sindicatos, casas comerciales que negocian capacidad de trabajo, estipulando "el cuánto, cómo", los modos de hacer jornadas laborales, la percepción de salario o sueldo que por determinado monto, entre ellos y el capital han convenido, la organización sindical por su origen y función representa otra instituyente de la inhumanidad, proactivas en el sometimiento de la conciencia libertaria y revolucionaria de los seres humanos, la perpetuación del trabajo asalariado.
Esta propuesta de socialismo del Siglo XXI conduce a caminar sin huellas los procesos de irrupciones sociales autogestionarias, libertarios, humanistas, y como tal llega a diferenciarse de aquellos procesos con hegemonía del Estado, partidistas, sindicales, capitalistas.
El socialismo del Siglo XXI se convierte en la gran insurgencia de los colectivos humanos, actores protagónicos de una transformación y superación cualitativa de la realidad, a conciencia van plenamente generando una revolución de revoluciones que logra en la historia desaparecer el "comercio de vida social", la esclavitud salarial y todo mecanismo instituyente de inhumanidad, así de los proyectos contra la naturaleza y la condición humana, desplegando las fuerzas de las grandes iniciativas y creatividad humana.
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2. “La Democracia increíble”, por el abogado sociólogo Roberto Gargarellla, info@argenpress.org
Opinión Roberto Gargarella y la actualidad La democracia inkreíble
Por: LAVACA (Fecha publicación:11/08/2006)
“No hay que creerle nada a este gobierno” dice el autor de “El derecho a la protesta: el primer derecho”, quien fue consultado por la Cancillería para defender internacionalmente la actitud oficial ante los cortes en Gualeguaychú. Roberto Gargarella estima que el gobierno manipula y carece de principios. Además, explica la “espantosa” relación entre la libertad de expresión y el dinero, y cómo el periodismo convencional se tapa los ojos. La justicia degradada por conservadurismo y mala formación. Las alianzas de la política con el establishment. Y cómo son la democracia y la ciudadanía cuando las ejerce la comunidad.Roberto Gargarella es el autor de El derecho a la protesta, el primer derecho. Abogado, sociólogo y profesor de Derecho Constitucional en la UBA y en la Universidad Di Tella, suma a esa presentación sus cátedras en universidades de Nueva York, Barcelona y Oslo. Con tales antecedentes, fue consultado por la Cancillería para elaborar la defensa internacional ante la acusación del Uruguay contra el gobierno argentino, de haber omitido actuar frente a los cortes de ruta realizados por los asambleístas de Gualeguaychú.Sin embargo, Gargarella relató sus fuertes críticas a la presentación que efectuó la Cancillería ante el Mercosur. A pesar de ser uno de los principales juristas que reivindicó los piquetes como defensa del derecho a la libertad de expresión dice que, en este caso, el argumento fue trivializado por las autoridades. Descree de las razones que esgrime el oficialismo cuando convoca a los abogados de los vecinos entrerrianos a participar de la estrategia jurídica y acusa al gobierno de manipulación.Además habla de cómo la única libertad de expresión garantizada es la de quienes tienen dinero y poder, de cómo el periodismo convencional se tapa los ojos frente al abismo que hay entre los ciudadanos y los representantes. La justicia degradada por el conservadurismo y la mala formación de sus integrantes. Las alianzas de la política con el establishment del momento. Y cómo son la democracia y la ciudadanía cuando las ejerce la comunidad. Los casos del Riachuelo y el juicio por los incidentes de la Legislatura: “Esa causa es una barbaridad”, subraya.-¿Tuvo acceso al documento oficial donde el gobierno defendía los cortes de ruta en Gualeguaychú en nombre la libertad de expresión?-Conversé con gente de Cancillería que tuvo la responsabilidad de la redacción del documento. En el primer encuentro les dije que me parecía que el gobierno no debería identificar lo sucedido en Gualeguaychú con lo que ocurre en otro tipo de cortes, como los de los piqueteros.-¿Por qué?-Me parece que es un error fetichizar el procedimiento del corte. No porque distintos grupos recurran a un mismo instrumento deben ser tratados del mismo modo, cuando lo que hay son necesidades distintas, agravios a derechos de tonalidades diferentes, de gravedad diferente y alternativas diferentes. El punto sería no mezclar indebidamente, por el hecho de que se recurra al mismo instrumento. Si un día la gente del agro decide cortar la ruta no merece el mismo tratamiento, por el solo hecho de emplear la misma metodología. El argumento de la libertad de expresión no debe ser trivializado. El gobierno tenía otras cosas para decir en defensa de los vecinos de Gualeguaychú.-¿Usted qué sugería decir?-El gobierno, se lo comenté a la gente de Cancillería, tenía algo importante para decir en contra de los argumentos de las autoridades uruguayas que estaban reclamando la omisión argentina, el hecho de no actuar. Esa queja implica asumir que la única respuesta imponible en manos de un gobierno ante una situación de protesta es la del Código Penal y la de los caballos: todas salidas represivas. El gobierno tenía todo el derecho del mundo de decir –con todas las críticas que yo le hago- que ha tendido a abrir algún camino alternativo a la salida represiva, que ha sido la respuesta habitual en la Argentina a este tipo de situaciones. Podría haber dicho que esto no era una omisión, sino la búsqueda de un camino que tuviera que ver con el diálogo, con las mediaciones. Esa creo que era una argumentación con parte de cierto, e interesante para abrir esta posibilidad, que muchos no tienen en mente. Hay diversas maneras de resolver conflictos que no pasan por el aparato represivo. Me parece que se trivializó el argumento de la libertad de expresión cuando la Cancillería se expone inútilmente a los cachetazos.¿Libertad de expresión, o dinero?-Pero usted fue el primero en vincular el piquete con el derecho a la libertad expresión.-A mí me interesó vincular la libertad de expresión con algunos grupos piqueteros porque me parece que existen todas las razones para sostener que a ellos se los ha marginado del foro público, que no se les ha dejado ninguna alternativa sensata de expresión. No solamente resultan agraviados sus derechos más importantes, sino que además tienen muy buenas razones para decir que hasta se les ha limitado la posibilidad de la queja. La idea de libertad de expresión se torna privilegiada cuando a uno lo han desplazado de un acceso razonable del foro público, típica situación de los sectores empobrecidos. Para ser más claro lo pongo en un ejemplo contrario: hay gente que, por su capacidad económica, tiene bajo su control una enorme posibilidad de expresarse en público, de hacerse escuchar por los demás y de hacerse atender por las autoridades. Esto es por el espantoso vínculo que hay en la Argentina entre dinero y palabra. No es que no pueda utilizarse en otros casos el argumento de la libertad de expresión, pero debe ser subordinado. Mientras que en el caso de gente sin recursos debe ser primordial, porque el Estado ha creado un sistema de comunicación pública, donde para poder tener acceso a los demás hay que tener dinero. En el caso de Gualeguaychú la cuestión de libertad de expresión está, pero no la pondría en el primer lugar.-Supongamos que los vecinos de Gualeguaychú, que tienen más recursos que los piqueteros, en vez de cortar la ruta hubieran hecho una vaquita y se hubiesen limitado a publicar solicitadas en los diarios. O, como sugerían los escribas del diario La Nación, hubieran repartido volantes a los costados de la ruta. ¿Usted cree que el gobierno los habría escuchado?-No. Estos periodistas también trivializan lo que está en juego y se tapan los ojos ante el desvínculo que existe entre ciudadanos y representantes, que no es azaroso, sino que tiene que ver con el modo en que organizamos el sistema institucional. Entonces, por este tipo de sospechas razonables, frente a la distancia que hay con los representantes y a la amenaza grave de violación de derechos constitucionales, hay mucho que justifica el accionar de los vecinos. Pero me dolía el argumento de la libertad de expresión, que es muy potente para gente que no tiene recursos. Obviamente que acá también sirve, pero como dije, yo les daría protección con otros argumentos.-¿Por qué cree que no se criminalizó la protesta de Gualeguaychú como ocurrió en la Legislatura, en Caleta Olivia o en Las Heras?-Esto tiene que ver con un tipo de avivada del gobierno, con una manipulación. Ahora que usó este argumento, que se haga responsable del uso que se haga en el futuro para casos como los que usted menciona. Pero yo no le creo nada al gobierno. Esto tiene que ver con la ausencia de una actitud principista del poder político. Uno a lo mejor es ingenuo si le pide principios a la clase política, pero no existe un compromiso real con ideales de verdad y justicia. Es, digámoslo, cualunquismo argumentativo: posiciones tomadas por intereses. Cualquier argumento puede ser utilizado en defensa de ciertos intereses.-Pero aún así ¿no es mejor que utilicen estos argumentos y no los que criminalizan la protesta social?-No celebraría el uso manipulativo de los argumentos el día que tocan a mi favor. En todo caso, lo utilizaría cuando correspondiera o hiciera falta.-¿Esta presentación sienta un precedente jurídico?-Si yo fuera un juez, tomaría en cuenta que el gobierno, a través de una de sus voces más sofisticadas, como la Cancillería, ha asignado ciertas cosas. Si bien no sienta precedentes, en una argumentación jurídica utilizaría el documento.-¿El poder judicial argentino es permeable a este tipo de discursos?-La Justicia está muy degradada, la mayoría de los jueces primero ve ideológicamente cuál es el compromiso que quiere tomar y después busca argumentos que lo justifiquen. Entonces, los que quieran justificar las manifestaciones piqueteras van a tener el argumento a mano y razonablemente lo van a poder usar. Pero me parece que hay un uso manipulativo del asunto.La calidad democrática y los sobornos-¿Cómo evalúa usted el accionar ciudadano que se desarrolló en Gualeguaychú?-Primero diría que en Gualeguaychú hay derechos constitucionales en juego, por lo que la cuestión se torna preocupante. Aún cuando no se estén violando hoy, es previsible que se pongan en crisis. Los vecinos tienen razones para ponerse de pie y quejarse. La Constitución está muy comprometida con el medio ambiente. Y este no es un simple reclamo por el pasto verde, se trata de calidad de vida básica. Puede estar en riesgo la subsistencia biológica, no sólo se trata de las generaciones por venir -que sería también un reclamo digno- sino una cuestión muy actual. También destacaría algo que en otros casos no vi: el grado de reflexión, motivación, deliberación, consenso, que rodeó todas las decisiones que se tomaron. Creo que tienen una calidad democrática como pocas se pueden reconocer en la Argentina. Es notable, ver circular la palabra en asambleas masivas, escuchándose unos a otros. Eso le da un grado de legitimidad democrática a las decisiones que tomaron muy especial. Sospechando, como podían sospechar, que el poder político estaba movilizado por preocupaciones que marginaban la cuestión de sus derechos, hicieron algo políticamente importante y constitucionalmente defendible.-¿El hecho de que el canciller haya tenido que ir a la asamblea de vecinos a contestar preguntas y que cuatro abogados de esa organización hayan sido invitados a trabajar en la redacción de los documentos para los tribunales internacionales mejora la calidad de la democracia?-Tiene que pasar mucho para que uno vea compromisos con principios y valores defendibles. Lo que ha venido haciendo el gobierno en los últimos meses es muy consistente en una línea muy cuestionable en términos políticos, jurídicos y morales.-¿A qué se refiere?-El centro de la cuestión está muy claro en estas leyes: la reforma al Consejo de la Magistratura, la ley de Superpoderes y la de los Decretos de Necesidad y Urgencia. Marcan una línea constante, sorpresiva y dolorosa. Es una línea muy clara, muestra por un lado un desprecio absoluto por los procedimientos, una aprensión democrática, y abuso de la fuerza del número. Va todo en la dirección de restringir el ámbito de la democracia.-¿Y cómo se conjugan esas restricciones con lo que sucede en Gualeguaychú?-Esos caminos le servirán al gobierno en batallas pequeñas. En algunos casos sus intereses coincidirán con reclamos de justicia. Pero hasta que no haya pruebas en contrario, no hay que creerle nada a este gobierno. Me parece que con los planes reeleccionistas hay una tendencia –que en principio no está mal- de tratar que no haya conflictos o cuestionamientos que lo puedan enlodar. El gobierno suele resolver esto de cualquier modo. En el caso de Gualeguaychú ve el nivel de masividad y compromiso de esta gente y accede a formas de diálogo. Pero si tuviera posibilidad de resolver esto por los peores mecanismos económicos, lo haría. Pero encuentra que en Gualeguaychú son demasiados y no son sobornables.La alianza con el establishment-Además de cuestionar la justificación de los cortes de ruta con el argumento de la libertad de expresión, los medios convencionales se indignaron porque un grupo de vecinos le marcaba la política internacional al gobierno. ¿Eso le parece condenable?-Lo contesto separado del gobierno, en quien no confío. Me parece razonable, sensato, saludable, que se tomen en serio cuáles son los motivos de la queja, que se preocupen por ver cuáles son los derechos afectados, y se tomen como prioridad. Me parece que forma parte de la esencia de un gobierno democrático que privilegie a las quejas que se presentan, sobretodo, cuando están atadas a violaciones de derechos. Si esto favorece o desfavorece a la política internacional tiene que quedar en segundo plano, aún cuando esto en general se plantee al revés: primero hay que cuidar la imagen del país.-¿Se toleraría un reclamo del mismo tenor para un conflicto puertas adentro?-El gobierno lo que no quiere es tener problemas, lo va a resolver del modo que sea: haciendo justicia o no. Lo que menor costo político le ocasione. Creo que el gobierno hace tiempo entró en una etapa que suele repetirse en la Argentina. Hay un parámetro de gobierno con apertura democrática que demuestra sensibilidad y tener apoyo de la ciudadanía, pero luego va virando hacia la preocupación por la estabilidad y el temor a que ese apoyo ciudadano se evapore. Entonces, se ve llevado a una alianza con el establishment del momento. Creo que el gobierno entró en esta segunda dinámica, que es constante en la Argentina. Llega un punto donde se tiende a privilegiar la estabilidad con la certeza de que el apoyo ciudadano no es suficiente para mantenerla. El gobierno vuelve a repetir una forma de acción que es regla en nuestra historia. La mala noticia es que esto siempre termina mal. Le da estabilidad y respiro por un tiempo. El primer viento de cambio termina sacándolo del mando.-Haber incluido a los damnificados en la búsqueda de una solución, ¿no debería obligar al gobierno a realizar lo mismo en futuros conflictos?-Si fuera una regla general sería excelente. Pero el gobierno ha dicho cualquier cosa en cualquier momento. La posición de Cristina Kirchner sobre los decretos de necesidad y urgencia, en ese sentido, es extraordinaria. Muestra que una posición escrita, firmada, explícita, no sirve para nada cuando la situación cambia. Los antecedentes no sirven para nada, y como gobierno, demuestro que hago cualquier cosa, cuando quiero.Causa Legislatura: insensatez y poca seriedad-En menos de dos meses comienza el juicio oral y público a las personas que fueron detenidas por protestar contra el Código Contravencional frente a la Legislatura porteña. El contrasentido con la presentación por los cortes de Gualeguaychú parecen darle la razón a su incredulidad.-Ese juicio me parece una barbaridad. Hay modos distintos de protestar y modos distintos para que el Estado reproche conductas. En la Legislatura hubo muchas cosas, entre ellas también conductas reprochables. En un buen sistema democrático no se debe aceptar como natural que alguien derribe la puerta de una Legislatura. Pero me parece que el tipo de respuestas que dio el poder político y el Poder Judicial fue el peor tipo de respuesta, el de responder golpe por golpe. Como tiene el control del aparato coercitivo dio la peor respuesta posible.-Pero en este caso los acusados ni siquiera son los que derribaron la puerta.-No, claro. Obviamente eso hace todo mucho más escandaloso. Pero si tomamos el tema de la puerta, que sería el más complicado: aún frente a ese caso extremo, uno podría decir que el Estado puede hacer miles de cosas: buscar conciliación, tareas comunitarias, multas, formas de diálogo. Miles de respuestas que no tienen que ver con la respuesta penal. Esa reforma al Código Contravencional era muy cuestionable, lo que hacía entendible y justificable una crítica fuerte frente a la Legislatura. Pero aún si fuera una respuesta violenta, el Estado tiene capacidad para empujar a respuestas más respetuosas.-¿Qué opina de los cargos de privación ilegítima de la libertad y coacción agravada que les imputan a los acusados?-No es serio. Y ponerse a argumentar sobre eso sería como darle algo de seriedad o sensatez a esa acusación. En el juicio habrá que salir a contradecirla, pero yo prefiero no darle entidad.-Mientras en los tribunales inferiores se judicializa la protesta, la Corte Suprema sale a defender los derechos sociales de los presos bonaerenses y de los habitantes lindantes al Riachuelo, ¿qué le parece ese rol de la Justicia?-Es muy importante, la Corte se involucra y declara que la situación es inconstitucional. Pero sin imponer una solución alternativa. Certifica la inconstitucionalidad pero al mismo tiempo reconoce que no tiene la legitimidad democrática como para determinar cuál es la solución. Por eso convoca a una comisión que en determinado tiempo tiene la obligación de decirnos cómo hay que actuar. En estos casos la Corte mostró una forma de pensar bastante atractiva.-¿Cuál cree que será el impacto de esos fallos?-Todos sabemos que en la Argentina si no hay sanciones precisas sobre funcionarios públicos es difícil que los remedios se implementen. Es muy probable, incluso, que si pusiesen costos económicos hasta estarían dispuestos a aceptarlos, porque total pagan otros.Derechos sociales sin jueces-¿Por qué hay ciertos derechos que en la Argentina son de ejercicio real y otros están sólo formalmente enunciados?-No hay nada que lo justifique, lo que lo explica es una lectura clasista de los jueces. Si uno lee la Constitución dice cosas muy similares tanto sobre los derechos sociales, como los civiles y políticos. Mas aún, si uno ve la historia de los debates constituyentes, cuando se incorporan los derechos sociales, el miembro informante, explícitamente, dice que no vaya a ser que en un futuro se consideren a estas cuestiones meramente enunciativas. Ahora han aparecido algunos jueces en otra dirección.-Sin embargo, son muy resistidos. Cuando el juez Roberto Gallardo, invocando los derechos del niño a no trabajar, exigió al gobierno de la ciudad de Buenos Aires que otorgue un subsidio a los hijos de los cartoneros, fue tratado poco menos que de payaso y se lo acusó de querer gobernar.-Las críticas a Gallardo son una vergüenza. Algunos fallos son más justificables que otros, pero me parece que va en la dirección correcta: ¿cuál es la razón para distinguir derechos sociales, civiles y políticos? Si soy juez de la Nación y custodio la Constitución, ¿por qué debo ser activo frente a la violación de derechos civiles y políticos y no frente a los derechos sociales? La idea de haber pensado en un juicio político contra él es una barbaridad. Realmente los que merecen el juicio político son los que lo impulsaron. Hay muchísimo margen de maniobra para que los jueces sean mucho más activos de lo que son en materia de derechos sociales, siendo respetuosos de la autoridad democrática.-¿Por qué molestan tanto estas actitudes dentro del Poder Judicial?-Me parece que dentro de la comunidad jurídica la línea predominante es conservadora. Me parece también que una parte importante de la comunidad jurídica está muy mal formada. Cuando hay una posición ideológica muy fuerte por un lado y muy mala formación por el otro, empiezan a circular prejuicios que uno lee muchas veces en los fallos. Me parece que esos enojos son muestras de cómo salen a la luz esos prejuicios que no han sido lavados por el estudio.
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3. “Contribuyendo al debate sobre Cuba y Fidel”, así
3.1. “La Soberanía de cuba debeser rspetada”, http://www.porcuba.org/
La soberanía de Cuba debe ser respetada
A raíz de la comunicación de Fidel Castro sobre su estado de salud y la delegación provisional de sus cargos, altos funcionarios estadounidenses han formulado declaraciones cada vez más explícitas acerca del futuro inmediato de Cuba. El Secretario de Comercio Carlos Gutiérrez opinó que “llegó el momento de una verdadera transición hacia una verdadera democracia” y el vocero de la Casa Blanca Tony Snow dijo que su gobierno está “listo y ansioso para otorgar asistencia humanitaria, económica y de otra naturaleza al pueblo de Cuba", lo que acaba de ser reiterado por el Presidente Bush.
Ya la “Comisión para una Cuba libre”, presidida por la Secretaria de Estado Condoleezza Rice, había destacado en un informe a mediados de junio “la urgencia de trabajar hoy para garantizar que la estrategia de sucesión del régimen de Castro no tenga éxito” y el Presidente Bush señaló que este documento “demuestra que estamos trabajando activamente por un cambio en Cuba, no simplemente esperando a que ocurra”. El Departamento de Estado ha subrayado que el plan incluye medidas que permanecerán secretas “por razones de seguridad nacional” y para asegurar su “efectiva realización”.
No es difícil imaginar el carácter de tales medidas y de la “asistencia” anunciada si se tiene en cuenta la militarización de la política exterior de la actual administración estadounidense y su actuación en Irak.
Ante esta amenaza creciente contra la integridad de una nación, la paz y la seguridad en América Latina y el mundo, los abajo firmantes exigimos que el gobierno de los Estados Unidos respete la soberanía de Cuba. Debemos impedir a toda costa una nueva agresión.
José Saramago, Portugal; Wole Soyinka, Nigeria; Adolfo Pérez Esquivel, Argentina; Dario Fo, Italia; Desmond Tutu, Sudáfrica; Rigoberta Menchú, Guatemala; Nadine Gordimer, Sudáfrica; Zhores Alfiorov, Rusia; Noam Chomsky, EEUU; Oscar Niemeyer, Brasil; Harry Belafonte, EEUU; Mario Benedetti, Uruguay; Ignacio Ramonet, España-Francia; Danny Glover, EEUU; Samir Amin, Egipto; Alfonso Sastre, España; Francois Houtart, Bélgica; Eduardo Galeano, Uruguay; Juan Gelman, Argentina; Frei Betto, Brasil; Pablo González Casanova, México; Russell Banks, EEUU;
Siguen Firmas iniciales (Clic allí)
Todas las firmas (12.000 a hoy )
PARA ADHERIRSE (clic Allí)
Para adherirse: http://www.porcuba.org/, soberania@porcuba.org
THE SOVEREIGNTY OF CUBA MUST BE RESPECTED
As a result of the communication of Fidel Castro on his state of health and the provisional delegation of his responsibilities, high ranking U.S officials have formulated more explicit statements about the immediate future of Cuba. The Secretary of Commerce Carlos Gutierrez said that “the moment has arrived for a true transition towards a true democracy” and the White House spokesman Tony Snow said that his government is “ready and eager to provide humanitarian, economic and other aid to the people of Cuba", as was recently reiterated by President Bush. Already the “Commission for Assistance to a free Cuba”, presided over by the Secretary of State Condoleezza Rice, pointed out in a report issued on June “the urgency of working today to ensure that the Castro regimen's succession strategy does not succeed” and President Bush indicated that this document “demonstrates that we are actively working for change in Cuba, not simply waiting for change”. The Department of State has emphasized that the plan includes measures that will remain secret “for reasons of national security” and to assure its “effective implementation”.
It is not difficult to imagine the character of such measures and the “announced assistance” if one considers the militarization of the foreign policy of the present American administration and its performance in Iraq.
In front of this increasing threat against the integrity of a nation, and the peace and the security of Latin America and the world, we the signatories listed below demand that the government of the United States respect the sovereignty of Cuba. We must prevent a new aggression at all costs. Rubén
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3.2. Y el Dinosaurio estaba allí” por Rubén Darío Acevedo Carmona http://ventanaabierta.blogspirit.com/
3.3. “Fidel Castro: Un Testimonio”, por Theotonio Dos Santos, difundido por ipliberal@gmail.com .
Fidel Castro es el dirigente político en el poder por más tiempo en todo el mundo. Me acuerdo de un cargador de maletas en el aeropuerto de la Habana que, en los años ochenta, insistía en probarme que Fidel era el mayor líder de toda la historia. Citaba a Lenin, a Stalin, a Roosevelt, a Miterrand, a varios otros que conocía y había estudiado. A todos le ganaba Fidel por su profundo contacto con su pueblo, por la dimensión del desafío que representaba una pequeña isla como Cuba desafiar al mayor poder en el mundo. Jamás se le ocurrió a él, como a la mayoría de la población cubana, posiblemente la más politizada en todo el mundo, ver en Fidel una expresión de violencia, de imposición, de dictadura.
Sin embargo, en gran parte del mundo occidental, se ve en la prensa diaria una imagen totalmente distinta de Fidel. Siempre amenazador, siempre delirante, siempre dispuesto a defender las causas contrarias a Estados Unidos, siempre dispuesto a mantenerse en el poder sin límites. Cuantas cosas terribles se le atribuye, y si tu dices algo en contra te achacan con tantos adjetivos y descalificaciones que pareces un extra terrestre. Te cortan el micrófono, suspenden tu entrevista en la tele, te retiran de las columnas de la gran prensa y así sucesivamente.
He acompañado en detalles la revolución cubana desde mi juventud. He leído sus discursos desde Sierra Maestra. He estudiado todas sus declaraciones. He convivido con personas que fueron a ver la revolución cubana desde su cuna. Hasta que, mucho más tarde, por razones varias, lo vine a conocer personalmente en el Chile de la Unidad Popular. Desde entonces fueron muchas las oportunidades en que lo traté más directamente. No sé si puedo decir que soy su amigo pues hemos estado siempre en conversaciones políticas aún cuando en ambientes restringidos Pero tengo un sentimiento de tener en él un compañero de luchas, un compañero atento y siempre muy educado, muy sensible, muy preocupado con sus compañeros y amigos, con las personas en general y con la humanidad como un todo.
Si Fidel tiene algo que ver con un dictador, que bueno serían los dictadores. He conocido a muchos políticos de varias orientaciones, fuera y en el poder. Ninguno tiene o tuvo la profundidad intelectual y la dimensión humana de Fidel Castro. Ninguno logra mantener el estudio sistemático de un problema por horas y horas en todos sus detalles y en todos sus aspectos como Fidel. Ninguno es capaz de mantenerse en una reunión académica por algunas horas, mucho menos por varios días en varias horas diarias (desde las 9 de la mañana hasta las 12 de la noche como lo he visto mantenerse en varias oportunidades). Y si es verdad que cuando toma la palabra es muy difícil detenerlo, escucha también, anota, responde exactamente lo que se le pregunta y tantas otras manifestaciones de respecto humano y de consideración al trabajo intelectual. Pero sobretodo es el único político a nivel de jefe de estado que admite debatir abiertamente con los que divergen de sus puntos de vista. Ciertamente ningún dirigente democrático que conocí tiene esta cualidad. En realidad, es el único que la practica ampliamente, con pasión y rigor, con autenticidad. Debo corregir: está surgiendo un nuevo líder político con esta calidad. Tratase de Hugo Chávez. A ver si logrará mantenerla por tanto tiempo. Hasta los ochenta años como Fidel Castro. Creo que es el primer discípulo de Fidel con esta característica que explica en gran parte su larga permanencia en el poder.
Me extraña también que Fidel no se dirija a sus subordinados con palabras de bajo calibre y con órdenes impositivas, como ocurre en las democracias a varios niveles. Cuantas veces he escuchado explicaciones de amigos en el poder de que de otra forma no serían respetados. He convivido mucho con subordinados a los cuales le gusta la imposición del superior como forma de escapar de las responsabilidades, como oportunismo y "carrerismo" . Seguramente hay mucha gente así en torno a Fidel. Pero él no parece necesitar de la violencia verbal para imponerse. Cuentan amigos que vivieron los períodos iniciales de la revolución cubana muy cerca de él y de los dirigentes revolucionarios que sus discusiones eran violentísimas y apasionadas. Se puede imaginarlo en el medio de las tormentas revolucionarias donde se toman decisiones radicales sin saber exactamente sus consecuencias. He visto debates violentos entre los sandinistas, hasta sobre temas tan aparentemente distantes de la revolución como por ejemplo el rol de la rima en la poesía. Ver aquellos hombres y mujeres armados discutiendo las orientaciones de los talleres de poesía con tanta pasión parecía algo surrealista. Pero no había violencia de palabras, el uso de los palabrones, intentos de imposición irracional. Así imagino yo los debates del período inicial de la revolución que no pude compartir.
Me acuerdo de las pasiones que, aún en el Chile tan comedido y "británico", se producían durante el proceso revolucionario de 1970 a 1973 en los cuales participé intensamente.
Con el tiempo, Fidel fue creciendo entre los revolucionaros y quizás muy pocos se atreverían a contestarlo. Pero cuantas veces él mismo asumió la autocrítica, como en el fracaso de la cosecha de los 10 millones de toneladas de azúcar en 1967. Era magnífico verlo frente a más de un millón de cubanos en la plaza pública asumir todas las responsabilidades del fracaso y, en seguida, poner su cargo a disposición de su pueblo. Nunca he visto nada similar e mis 50 y tantos años de experiencia política.
Un sentimiento de debilidad de su poder personal quedó en mi mente cuando en 1985 lo invité a participar en el Congreso Latinoamericano de Sociología que organicé en Brasil. Eran evidentes sus ganas de estar presente. Controló sus ganas de participación cuando le propuse la creación de una gran revista de ciencias sociales en la región con el apoyo de Cuba. Le pareció una gran idea y designó dos representantes suyos en una reunión al día siguiente en la cual asistí espantado el director del Centro de América Latina rehusar la idea bajo el pretexto que la revista de su instituto cumplía este papel. Nunca hablé con él sobre este asunto pero esta fue una lección muy fuerte sobre los límites de su poder.
Esta misma impresión tuvo un cura que participaba en las gigantescas reuniones sobre la deuda externa que se realizaron en Cuba en la misma época. Este cura, con el sentido de poder burocrático que todo clero tiene, tomó la palabra para decirle que extrañaba como él podía dirigir autoritariamente un país como Cuba si hace varios días participaba todo el tiempo en reuniones maratónicas de una asamblea permanente que operaba de las 9 de la mañana a las 12 de la noche. "No veo a nadie pasandole mensajes y recibiendo órdenes. Entonces ¿quién gobierna este país?" Preguntaba espantado.
Me acuerdo que en esta oportunidad, en conversaciones bien íntimas Fidel me decía que estaba volcado básicamente para el estudio de los grandes problemas mundiales y nacionales mientras que las tareas de gobierno estaban en manos del partido, de las asambleas populares y de las nuevas generaciones. No creo que pudo mantener esta postura por mucho tiempo. En 1989 los rusos tiraban por el suelo aquellos acuerdos que Fidel describiera en las reuniones de la deuda como el nuevo orden económico mundial que Cuba había conseguido establecer con los países socialistas.
Pero en medio de toda esta responsabilidad local e internacional, era impresionante ver a Fidel, algunos meses antes, encerrar su participación en una de estas reuniones de la deuda para asumir la dirección personal de la ayuda de Cuba a México por ocasión del terremoto violento que sufriera este país. Ahí, una vez más, el pueblo cubano ejercía su solidariedad revolucionaria bajo el liderazgo de su dirigente máximo. Me acordaba de la voz de Allende en el gran terremoto de 1971 en Chile. Voz que nunca había escuchado de otros dirigentes en ocasiones similares. Pero más impresionante aún era escuchar la voz de un dirigente levantar se para apoyar a los ciudadanos de un país hermano.
¿Donde está el dictador? En el comportamiento, en el poder incontestable, en el sectarismo, en la intransigencia, en el oscurantismo intelectual, en la distancia con su pueblo, en el no respecto a las reglas de la más democrática constitución ya realizada hasta la constitución venezuelana que también fue discutida, como la de Cuba, con toda la población y votada después de terminada por el parlamento? Democracia es poder del pueblo y confieso que no conozco otro país donde este poder es ejercido diariamente por la población como en Cuba. Donde los diputados de la Asamblea popular se sienten tan responsables por la vida de su pueblo como mi amigo diputado popular que me invitó a su ciudad al lado de Habana y se puso blanco de vergüenza por que había un hoyo en las calles de su ciudad. Por lo cual se sentía responsable después de las varias reuniones que habían realizado en el vecindario sin lograr resolver el problema porque, después que lo tapaban, el hoyo volvía a abrirse.
No me vengan a decir que estoy ocultando los problemas de Cuba. Lejos de mí tal cosa. Tengo gran conciencia de ellos y les garantizo lectores que si alguien está consciente de ellos es Fidel Castro. Nunca lo sentí ocultar los. Por el contrario, me acuerdo especialmente de la larga conversación con él y el gobernador de Río, Anthony Garotinho, en 2000 sobre el fenómeno de la pobreza en Cuba, tema que él estaba estudiando con un equipo de millares de jóvenes con la pretensión de realizar una intervención definitiva en el problema. Era tal su entusiasmo sobre su movilización de fuerzas en esta dirección que el joven gobernador se veía cansado mientras el viejo revolucionario continuaba preguntando sobre las experiencias de las políticas sociales en Río de Janeiro y contando sus experiencias sobre un fenómeno cuya extensión en Cuba él desconocía hace poco.
Tendría tanto que contar sobre mi compañero Fidel Castro. Quiero hacer este testimonio incompleto pero muy sincero por ocasión de sus 80 años. Mas importante aún es hacerlo en el momento de su operación que espero podrá superar bien. Hablo del más grande personaje del Siglo XX que tiene mucho que dar al siglo XXI con este gran movimiento que se dibuja en Cuba en este momento bajo el título general de la Batalla de las Ideas. Abrir Cuba hacia el más profundo debate intelectual que un pueblo haya jamás realizado. Garantizar la educación universitaria para toda la población. Transformar Cuba en el más culto y consciente pueblo del mundo. Acordémonos que Latino América tuvo dos experiencias fantásticas en este sentido: los casos de Costa Rica y del Uruguay que alcanzaron índices altísimos de educación, calidad de vida y paz durante los años de estado de bien estar. Pero ninguno de ellos lo hizo cercados y atacados por el más grande poder económico y militar del mundo. Cuba lo puede hace por que realizó una revolución profunda y porque tiene un líder excepcional. Estoy de acuerdo con el cargador de malas del aeropuerto de La Habana. Que honor desfrutar de su admiración tantas veces manifestada y - sí lo merezco - de su amistad
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3.4. FIDEL, 80 AÑOS
Frei Betto
http://www.defensahumanidad.cult.cu/artic.php?item=797 12 de Agosto 2006
FUENTE: Capítulo Cubano de la Red de Redes En Defensa de la Humanidad
http://www.defensahumanidad.cu/
Si hubiera una fábrica de productos lúdicos destinados al mercado político, quizás "¿Dónde está Wally?" ganase la versión "¿Dónde está la izquierda?"
Una parcela de la izquierda se siente avergonzada porque no es tan ética como ella misma propala; otra, porque falló el socialismo, excepto en Cuba. En Corea del Norte predomina un régimen totalitario y en China el capitalismo de Estado.
Las plañideras del desastre del socialismo no se preguntan por sus causas ni denuncian el fracaso del capitalismo para los dos tercios de la humanidad que, según la ONU, viven por debajo de la línea de pobreza. De ese modo abrazan el neoliberalismo sin culpa. Y lo adornan con el eufemismo de "democracia", aunque acentúe la desigualdad mundial y niegue valores y derechos humanos cultivando la idolatría del dinero y de las armas.
¿Qué es ser de izquierda? Todos los conceptos académicos -ideológicos, partidarios y doctrinarios- son palabras huecas ante la definición de que ser de izquierda es defender el derecho de los pobres, aunque aparentemente ellos no tengan razón. Por eso, causa escalofrío ver a alguien que se dice de izquierda aliarse con la derecha.
Fidel es un hombre de izquierda. No hizo, entre 1956 y 1959, una revolución para implantar el socialismo. Su motivación fue librar a Cuba de la dictadura de Batista, rescatar la independencia del país y liberar al pueblo de la miseria. Cuando visitó los Estados Unidos, poco después de su llegada al poder, fue ovacionado en las avenidas de Nueva York.
La élite cubana se resistió a ceder los anillos para que toda la población tuviera dedos. Apoyada por la Casa Blanca, instauró el terror, empeñada en detener las reformas agraria y urbana y la campaña nacional de alfabetización. Kennedy, vitoreado como baluarte de la democracia, envió diez mil mercenarios para invadir Cuba por Bahía Cochinos en 1961. Fueron derrotados. Y la Revolución, para defenderse, no tuvo otra alternativa que aliarse con la Unión Soviética.
Cuba es el único país de América Latina que logró generalizar la justicia social. Toda la población de once millones de habitantes goza de los derechos de acceso gratuito a la salud y a la educación, lo que mereció elogios del papa Juan Pablo 2º en su viaje a la isla en 1998.
¿Acaso será el paraíso? Para quien vive en la miseria en nuestros países -¡y son tantos!-, la forma de vida de los cubanos es envidiable. Para quien se considera clase media, Cuba es el purgatorio; para quien es rico es el infierno. Sólo soporta vivir en la isla quien tiene conciencia solidaria y sabe pensar en sí a través de la óptica de los derechos colectivos. ¿O alguien conoce a un cubano que le diera la espalda a la Revolución para defender a los pobres en otra parte del mundo?
En el trayecto desde el aeropuerto de La Habana al centro de la ciudad hay una pancarta con el retrato de una niña sonriendo y la frase: "Esta noche 200 millones de niños dormirán en las calles del mundo. Ninguno de ellos es cubano". ¿Algún otro país del continente podría exhibir semejante anuncio a la mera puerta de entrada?
La simple mención de la palabra Cuba provoca escalofríos en los espíritus reaccionarios. Critican la democracia de la isla, como si lo que predomina en nuestros países -corrupción, nepotismo, malversación- fuera modelo de algo. Entonces, ¿por qué no exigen que, primero, el gobierno de los Estados Unidos deje de profanar el derecho internacional y suspenda el bloqueo y cierre de una vez el campo su concentración en Guantánamo?
Se protesta contra los fusilamientos de la Revolución, y me sumo a esa crítica, pues soy contrario a la pena de muerte, pero ¿dónde están las protestas contra la pena de muerte en los Estados Unidos y contra el fusilamiento sumario practicado en Brasil por policías militares?

Cuba es hoy el país con mayor número de médicos y bailarines de ballet clásico por habitante. Y tiene en perspectiva un programa para atender gratuitamente, en los próximos años, a seis millones de latinoamericanos con deficiencia visual.
Fidel está internado en un hospital. ¿Qué sucederá cuando muera, después de haber sobrevivido a una decena de presidentes de los Estados Unidos y a 47 años de esfuerzos terroristas de la CIA para eliminarlo? El buenhumor de los cubanos tiene la respuesta a flor de labios: "Como personas civilizadas, primero trataremos de enterrar al Comandante". Pero ¿será que el socialismo bajará a la tumba en su ataúd?
Todo indica que Cuba se prepara para el período pos-Fidel. Lo que no significa, como esperan los cubanos de Miami, que eso sucederá en breve. En noviembre, en la universidad de La Habana, el líder revolucionario advirtió que la Revolución puede ser víctima de sus propios errores y dejó en el aire una pregunta: "Cuando desaparecen los veteranos, ¿qué hacer y cómo hacerlo?"
En vísperas de su cumpleaños, el 13 de agosto, Fidel ya comienza a manifestar su testamento político. La mayoría de los miembros del Buró Político del Partido Comunista tiene entre 40 y 50 años, y cada vez son llamados más jóvenes a ocupar funciones estratégicas. Dado que el 70% de la población nació en el período revolucionario, no hay indicios de anhelo popular por el regreso al capitalismo. Cuba no quiere como futuro el presente de tantas naciones latinoamericanas, donde la opulencia convive con el narcotráfico, la miseria, el desempleo y la decadencia de la salud y la educación.
Feliz cumpleaños y pronta recuperación, Comandante.
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3.5. FIDEL
Por Olmedo Beluche
http://www.argenpress.info/nota.asp?num=032871 http://www.corrientepraxis.org.ar/article.php3?id_article=434
En estos momentos, en que Fidel Castro libra consigo mismo una de las más importantes batallas de su vida, y ha librado muchas, procuro recordar cuándo fue la primera vez que escuché su nombre y no puedo precisarlo, pues para mí y mi generación él siempre estuvo ahí, porque nosotros nacimos el mismo año que la Revolución cubana. Y Fidel es la encarnación de esa revolución.
Fidel representa como nadie el viejo debate de los historiadores sobre “el papel de la personalidad en la historia”. Ya se ha dicho hasta la saciedad, hay épocas y acontecimientos que se encarnan en una persona, o personas que sintetizan en su vida un período determinado de la historia. En ese sentido, Fidel, la Revolución cubana y casi cincuenta años de lucha antiimperialista de Latinoamérica, están íntimamente relacionados.
Probablemente le conocí a través de las emisiones de Radio Habana, que mi padre ponía bajito, pues en los años sesenta ser comunista era casi un delito. Tiempo después conocí campesinos de la serranía panameña que tuvieron en esa emisora su primera escuela política. Escuchábamos con deleite esos encendidos discursos del mejor orador que he conocido, y sobre todo el más emotivo: La Segunda Declaración de La Habana, cuando Cuba se hizo socialista.
¿O tal vez fue su imagen en algún diario, o revista (¿Bohemia?) o en la televisión, que por entonces también nacía? Seguramente el reportaje buscaba denigrarle pero, ¿Cómo no sentir simpatía por ese grupo de jóvenes barbudos que intentaban, cual Quijotes, acabar con la injusticia que abruma al mundo? La consigna en todos lados era: “Cuba sí, yanquis no”
Inspirados por Fidel, el Ché, Camilo y su revolución, muy a inicios de aquella década, lo mejor de la juventud estudiantil panameña subió al cerro Tute y ofreció su vida para que tuviéramos todos el derecho a la felicidad. ¿Cómo no encontrar rastros de aquella influencia en la heroica Gesta del 9 de Enero de 1964, gracias a la cual una generación de muchachos nos legaron, con su valentía ante la metralla yanqui, un país y un Canal sin gringos, sin colonia y sin bases militares?
Años más tarde, ya adolescente, conocí también gracias a Radio Habana, otros procesos. El sacrificio del Ché y sus compañeros en Bolivia, y mis primeras lecciones sobre el internacionalismo. Recuerdo haber seguido día a día la visita de Fidel al Chile presidido por Salvador Allende, y los debates entre el Partido Comunista y el MIR sobre los métodos de hacer la revolución. También recurrimos a ese medio, en busca de consuelo y de la verdad, cuando conmocionados supimos del sangriento golpe de Pinochet.
Aunque a Omar Torrijos siempre le reprochamos, algo injustamente, no dar la talla, comparado con Fidel, hay que admitir la emoción de la visita del general panameño a la isla y la restauración de las relaciones diplomáticas plenas, a principios de los setenta. Eran tiempos de duro debate en el movimiento estudiantil entre reformistas y revolucionarios. El influjo del Ché pesaba: “O revolución socialista o caricatura de revolución”.
A Fidel le conocimos personalmente (al fin!) en Cuba, durante un encuentro continental de estudiantes sobre el tema de la deuda externa, allá por 1985. El comandante, disciplinadamente escuchó todas las intervenciones durante los tres días de debate y luego nos impresionó con un cierre en el que no sólo hizo gala de los datos que probaban el saqueo que la deuda externa significa, sino que recordaba con precisión, sin buscar en sus apuntes, las intervenciones de diversos delegados.
Recuerdo que sentó a su lado a una compañera colombiana, la única que argumentó contra la política de anular la deuda, y, como un padre que conversa y aconseja a su hija, Fidel fue desmontando cada uno de sus argumentos. Al final la chica estaba derretida de la emoción. Creo que volvió más fidelista que todos. También fue emotiva la visita al Palacio de la Revolución donde estrechó la mano de cada uno de los asistentes al encuentro. Lamento todavía no haber sacado una foto.
Por supuesto, reconocer la grandeza de la figura de Fidel y su simbiosis con la Revolución cubana, no significa que estuviéramos de acuerdo en todo. No es propio de marxistas la adulación incondicional. Desde el movimiento trotsquista, al cual adherimos durante aquellos agitados años, le criticamos especialmente cuando dijo, frente a la Revolución sandinista triunfante, que “Nicaragua no debía ser otra Cuba” y cuando a fines de los ochenta se comprometió más de lo debido con el general Noriega.
Tal vez el más importante aporte hecho por Fidel a la causa del socialismo haya sido sostener a Cuba revolucionaria cuando llegaron los años de retroceso de principios de los noventa. Nuestra generación, que tanto luchó y tantas esperanzas tenía, vio desaparecer a la ex URSS, a China convertirse al “socialismo de mercado”, la invasión a Panamá, la derrota electoral del sandinismo, la “pacificación” de la revolución salvadoreña y guatemalteca, el ascenso del neoliberalismo de la mano de Salinas de Gortari, Menem y Fujimori, la Guerra del Golfo, etc.
Y, mientras muchos “oportunistas” de izquierda renegaban, cuando muchos caían en el desaliento, cuando la ideología de “el mundo cambió” parecía salirse con la suya, cuando la mayoría le creía a Fukuyama que había llegado el “fin de la historia”, ahí estaba Cuba socialista y Fidel, como un faro, aislados en medio de la tormenta, pero iluminando todavía.
Por ello, cuando en 2001 Fidel visitó Panamá, miles de personas acudimos al Paraninfo universitario a rendirle homenaje, por todo lo que él y la Revolución cubana significan para quienes luchamos por un mundo mejor. Nadie se atemorizó, pese a que se puso al descubierto el plan de Posada Carriles y sus compinches, aupados por Estados Unidos, para volar el auditorio con una poderosa carga de explosivos.
La consigna que nos congregó era hermosa: “En América Latina hay millones de niños de la calle, pero ninguno es cubano”. Allí Fidel nos habló, entre tantas cosas, de su anterior estancia en Panamá, a inicios de los años 50, y el influjo que recibió del movimiento estudiantil panameño, muy poderoso por aquel entonces.
Hoy, el mundo, y en especial América Latina, empiezan a cambiar y el optimismo vuelve a cundir de la mano de Chávez y la Venezuela bolivariana, en Bolivia, en Ecuador, Perú, México, Argentina, Panamá inclusive. Los tiempos políticos son distintos a aquellos años sesenta. Pero ahí está la Revolución cubana todavía, con las banderas de la dignidad y la soberanía en alto, dándonos una muestra de los logros sociales y económicos que un sistema sin capitalistas puede ofrecer a la humanidad, pese al más brutal bloqueo del imperialismo norteamericano.
Es difícil en estos momentos imaginar a Cuba sin Fidel, a Latinoamérica y al mundo sin Fidel. Siempre ha estado ahí. Pero lo que sí podemos vaticinar, sin ser magos, es que pase lo que pase, haga lo que haga el imperialismo yanqui y sus secuaces, millones de revolucionarios cubanos y latinoamericanos le sabrán hacer frente, inspirados por el legado de Fidel y la revolución que él ha dirigido hasta hoy. Con todos los matices, con todas las críticas o diferencias que se puedan tener, Fidel Castro recibe la admiración y el respeto de todos los revolucionarios del orbe.
Mientras, sólo podemos desearle a Fidel que se recupere pronto, porque no hay duda de que Cuba es más fuerte con él al mando. Fidel, como decían los combatientes de la República española, te deseamos “salud y revolución”.
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3.6 .CUBA
Por Juan Diego García
Fuente en Cantabria Confidencial 09 agosto, 2006
http://www.redyaccion.com/CUBA.htm (lo reprodujo)
Otros textos del autor en Cantabria (clic allí)
“Las 400 empresas españolas presentes en Cuba mantienen sus planes y no esperan grandes cambios” (El País, Madrid, 7 de agosto/06). Si se colige razonablemente que los capitalistas tienen buen olfato para estos asuntos es posible leer sin sobresalto los artículos de catástrofe que dan la revolución por fenecida y observar no sin cierta sorna las escenas de histerismo colectivo de algunos grupos del exilio cubano en Miami que ya dan a Fidel Castro por muerto.
Ni una cosa ni la otra tienen que ver con la realidad.
En efecto, el comandante fue operado con éxito, convalece como es de rigor y no sería extraño verle aparecer de nuevo al frente de los asuntos cotidianos del gobierno en las próximas semanas. Por supuesto, es una persona sometida como cualquiera a los riesgos inherentes de la condición humana y algún día el Comandante en Jefe morirá. Eso sí, dejando tras de sí una leyenda que ya lo inscribe como uno de los personajes centrales de la historia del continente. El presidente cubano se recupera y para desconsuelo de sus detractores bien podría que ser que haya Fidel para rato.
Menos aún parece sostenible la idea según la cual la revolución está a punto de venirse abajo y que solo hace falta un acontecimiento como la desaparición física de Fidel para que de comienzo un proceso político de desmantelamiento del socialismo y el regreso inevitable a la “democracia”.
En realidad, nada parece indicar que el país esté próximo a un colapso. Así lo sugieren los informes de la propia oficina de intereses de los Estados Unidos en La Habana, cuyos funcionarios están entrenados precisamente para no confundir sus deseos con la realidad. El Vaticano, como uno de los instrumentos diplomáticos más destacables del capitalismo mundial, también parece decantarse por este diagnóstico y, a través de la Iglesia Católica local, pide a su feligresía elevar oraciones al Altísimo por la salud de Fidel. Puede que ellos no tengan las divisiones que mencionaba Stalin en Yalta pero si cuentan con un servicio de espionaje de primera línea.
No hay que ser muy perspicaz para saber que la economía cubana se ha recobrado satisfactoriamente del duro trance que significó el fin del llamado “campo socialista”. El “período especial” ha sido superado y la nueva correlación de fuerzas regional y mundial no hacen más que debilitar el bloqueo. En estos momentos Cuba tiene amigos claves en todas partes. El nuevo vínculo con MERCOSUR y sobre todo las magníficas perspectivas en las relaciones con China le permiten neutralizar fuerzas hostiles e inclusive prescindir de los gobiernos de una Europa ahora plegada por completo a las políticas de Washington. De hecho, el bloqueo infame de los Estados Unidos se debilita en propia casa: cada vez son más los empresarios estadounidenses que exigen un levantamiento de esa medida anacrónica para no verse ellos mismos desalojados del comercio con Cuba en el cual hace presencia la competencia de otros capitalistas. Por el contrario, el exilio exaltado y terrorista de Miami y sus aliados del fundamentalismo neoconservador en Washington tienen cada vez menos amigos y las medidas que agudizan el bloqueo despiertan oposición inclusive entre sectores crecientes del propio exilio cubano.
Nada indica entonces que Cuba se encuentre al borde del caos. Probablemente por ello los analistas más agudos indican que esta repentina enfermedad de Fidel no solo muestra la estabilidad del sistema sino que sirve a las autoridades de la Isla para ensayar lo que un día, inevitablemente, tendrá que ocurrir: la partida definitiva del Comandante.
Además, si se confirma la existencia de petróleo en la parte cubana del Golfo de México la economía del país dispondrá de recursos claves de una potencialidad inmensa. Otro factor más que desmiente la caída inminente del modelo, agotado en sus propias contradicciones. En este nuevo escenario las dificultades materiales del “período especial” se ven muy aliviadas y las perspectivas son halagüeñas para el inmediato futuro. Pero mucho más importante que todo esto es el hecho de que resulta muy dudoso que la inmensa mayoría de la población opte por un modelo económico diferente. Les basta con hacer una comparación con los países de su entorno. ¿Cuál de ellos ofrece - con un producto interior bruto ciertamente modesto- un sistema gratuito de salud y educación de cobertura universal, la recepción asegurada de los alimentos básicos, la pensión de jubilación para todos y el derecho garantizado a la vivienda y al empleo? Las comparaciones deben hacerse con países similares; pero si se realizan con Europa o los Estados Unidos, aún así los cubanos no salen mal parados.
Las limitaciones y carencias que afectan la vida cotidiana son también una realidad innegable. En parte son debidas a fallos del sistema; en parte se deben al bloqueo gringo; en parte se producen porque Cuba es un país del Tercer Mundo, con todo lo que ello significa. Pero aún así el socialismo cubano muestra sus ventajas sobre las democracias latinoamericanas que son verdaderos desiertos de pobreza y miseria con sus oasis de riqueza extrema. Los cubanos son pobres, ciertamente, pero no les falta lo esencial para llevar una vida digna. Por desgracia, no se puede afirmar lo mismo de las “democracias” más consolidadas del continente (incluyendo en muchos aspectos a los mismos Estados Unidos).
Asociar entonces la partida temporal o definitiva de Fidel con el inicio del fin del socialismo cubano es más el deseo de algunos que algo con fundamentos reales. Pero nada de esto significa que no vayan a sucederse cambios. De hecho, el socialismo cubano ha estado evolucionando de forma permanente en las últimas cuatro décadas y hace frente hoy a retos estratégicos que afectan su futuro. En este contexto resulta menos espectacular pero de mucha mayor trascendencia la llamada “batalla de las ideas” que promueven las autoridades cubanas y tiene como objetivo precisamente hacer frente al reto del socialismo en el siglo XXI. El propio Fidel adelantó ideas directrices en un reciente y muy comentado discurso en la Universidad de La Habana. Desmintiendo a quienes describen a los dirigentes cubanos y en particular al propio Fidel como sectarios irremediables, Castro sostuvo la necesidad de debatir amplia y públicamente sobre el futuro de la Revolución afirmando que si bien los enemigos externos nunca lograrían derrotarla, estaba en manos de los propios cubanos mantener y profundizar el socialismo o bien un regresar al capitalismo.
La “batalla de las ideas” es ciertamente mucho más que una movilización de jóvenes para combatir la corrupción, promover el ahorro de energía o propiciar medidas medioambientales. En realidad, esta batalla tiene más las características de una Revolución Cultural porque busca transformar los fundamentos mismos de la conducta, es decir, la cultura cotidiana, las respuestas automáticas que se asientan en los valores más íntimos de una civilización y que sobreviven a los cambios legales o institucionales que trae consigo una revolución. En efecto, la producción material que asegura la misma existencia, las formas de la distribución y los modelos del consumo de la riqueza social dependen no solo de las relaciones de propiedad y poder que se pueden transformar por decreto; de hecho, están ancladas en valores y pautas que conforman la moral de trabajo y la manera de satisfacer las necesidades. Eso busca la “batalla de las ideas”: confrontar los valores de la solidaridad social con el egoísmo, el consumo responsable con la dilapidación, el uso medido y respetuoso de los recursos con un productivismo feroz que afecta a las generaciones futuras, una vida plena que permita el despliegue de la personalidad con la competencia tenaz del todos contra todos.
La solución futura de este reto cultural sí ofrece elementos de interés para aventurar futuros a la sociedad cubana. Que la Isla recorra el triste camino que va del socialismo actual a ese capitalismo mafioso y gansteril que hoy predomina en lo que fue el campo socialista será una decisión autónoma de los cubanos mismos. Será la única “transición” –y sin duda la más importante- que afectará sus vidas, con o sin Fidel. Por eso los llamados de Washington no solo constituyen una grosera intervención en los asuntos internos de un país soberano y una muestra más de la actual política imperialista de los Estados Unidos y quienes los secundan sino que muestran hasta dónde van descaminados sus propósitos y hasta que punto resultan patéticas las actitudes del exilio más exaltado y belicoso de Miami.
Un señor Smith, último encargado de la oficina de intereses de los Estados Unidos en La Habana señalaba hace poco en la prensa española los fallos de la política de su país frente a Cuba, cimentados precisamente en la idea equivocada según la cual la Isla es una especie de enorme cárcel, llena de presos de conciencia, ciudadanos descontentos y prestos a sacarse el yugo del comunismo a la menor oportunidad, y Castro un dictador sanguinario odiado y temido a cuya muerte o caída sobrevendrá la luminosa mañana de la democracia representativa. Un futuro esperanzador según los planes ya elaborados por los estrategas gringos, los mismos que diseñaron el “caos constructor” que tan buenos resultados ha traído a Irak, Afganistán y Palestina y ahora también a Líbano.
En síntesis, Fidel mejora y somos millones quienes en todo el mundo deseamos su pronta recuperación. Todo está en calma en Cuba, aunque son evidentes las muestras de preocupación de sus habitantes por la salud de su líder. El único proceso de “transición” que está en marcha en la Isla, ya desde hace muchos meses, tiene que ver con la suerte misma de la Revolución y la construcción de un orden alternativo al capitalismo.
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3.7. CASTRO DESPUÉS DE CASTRO
Augusto Trujillo Muñoz, Ex senador, profesor universitario. atm@cidan.net
El Espectador, Agosto 14, 2.006
http://www.elespectador.com/historico/2006-08-14/contenido_MI-16388.htm
La última batalla es el significativo nombre del reportaje de Jon Lee Anderson ?publicado en exclusiva por El Espectador en dos entregas- a propósito del cumpleaños numero ochenta de Fidel Castro y de su eventual sucesión en el poder.
Es la batalla por el compromiso de los cubanos con la revolución. Las aperturas en la economía, un poco en la cultura y otro poco en la vida civil de la isla, inducidas a raíz del colapso soviético, parecen estar sujetas a revisiones.
Castro ha asumido la batalla de la proyección política del régimen ?a la manera de un mariscal en el terreno, con un comando central de leales ideólogos de la Unión de Jóvenes Comunistas (a quienes) algunos cubanos se refieren con sarcasmo como los Talibanes?, escribe Anderson. Una mejor analogía podría ser la Guardia Roja, agrega. Es una batalla convertida en una especie de revolución cultural, como la china, pero a la cubana.
La revolución cultural china ejerció una carga de violencia que produjo rechazo internacional. La de Cuba reemplaza la violencia por el entusiasmo que imprime la vigorosa personalidad de Castro y, como dice Gabo, por su absoluta confianza en el contacto directo: ?Tiene un idioma para cada ocasión y un modo distinto de persuasión según los distintos interlocutores?.
Claro, también hay rechazos frente a las arbitrariedades de su régimen, pero la motivación del pueblo ha sido más el efecto de una dinámica inducida magistralmente por la acción de su líder, que resultado de presiones excesivas o de violencia física.
Esa batalla pone de presente la preocupación de Fidel por lo que pueda pasar después de su muerte. Ahora, mañana o cuando sobrevenga. Por eso estimula la conformación de equipos de trabajo para ?aceitar la maquinaria? del régimen. En las entrevistas que le concedió a Ignacio Ramonet, entre enero de 2003 y diciembre de 2005, Castro se empeña en mostrar la presencia de nuevos equipos dirigentes e incluso de nuevas generaciones preparadas para garantizar la supervivencia de la revolución.
Sin embargo, algunos hechos lo contradicen: líderes jóvenes, idóneos, sobresalientes, como Carlos Aldana y Roberto Robaina, fueron sancionados y destituidos porque su formación intelectual y su lucidez dirigente les crearon un espacio propio, más amplio del tolerable en una sociedad organizada en torno a un régimen autoritario.
Fidel es un caudillo que se confunde no sólo con la historia de la revolución, sino con su destino. Los caudillos ?los grandes caudillos- construyen un liderazgo omnipresente. Su personalidad proyecta una luz inmensa que opaca toda otra brillantez; o una sombra tal que neutraliza cualquier fuente luminosa.
El siglo XX conoció bien la trampa de la sobreideologización, en cuya base se sustentaron los autoritarismos de izquierda y de derecha. Mussolini fue tan autoritario como Stalin. Ambos condenaron a la indignidad a sus disidentes y perfeccionaron una dictadura hasta límites grotescos. Castro también fue víctima de la misma trampa. Su gobierno terminó prisionero de los dogmas del partido único. Sin embargo resulta muy distinto a aquellos desde el punto de vista moral.
En efecto, Fidel inundó su tiempo de inspiración profética. Supo imprimir un acento místico y una dosis razonable de utopía en su aventura revolucionaria. Tuvo que construir un ejército para apostarle a la única opción posible de lucha en medio del aparato represivo de Batista. Los otros, en cambio, proyectaron una sombra bajo la cual perpetraron genocidios y dieron rienda suelta al terror indiscriminado como instrumento de su empresa política.
La experiencia de Castro ?heróica o arbitraria, según quien la analice, pero en todo caso audaz y valiente- es irrepetible. Los tiempos que corren no son aptos para el vencimiento militar sino para el convencimiento político. La rigidez de los principios ideológicos ha perdido terreno frente a la razonabilidad de los principios democráticos. Y si algo es contrario a la democracia, eso es el autoritarismo.
Lo que ocurre es que la democracia sólo funciona con demócratas. Supone el reconocimiento del otro y el respeto a la diferencia. No están en esa línea las grandes potencias que pretenden llevar su democracia, de la mano de fusiles invasores, a pueblos que tienen una visión distinta de la historia, de la política, de la cultura. Así no se lleva la democracia, pero sí se incuba el terrorismo.
Desde que Fidel ingresó a la escena internacional no ha existido un personaje de mayor dimensión histórica en el mundo de habla hispana, y apenas sí comparten con él un sitio los demás grandes líderes planetarios. Ni el propio ?Che? Guevara, cuya vida legendaria terminó opacada por la imagen que de ella se diseñó para el consumo, logra superarlo.
Es una especie de mito viviente, cuya trascendencia no está en lo que significa como hombre de Estado sino como producto de su época. En un mundo de contradicciones, se levanta como un líder con conciencia de la historia que vive y con capacidad de transformar esa conciencia en acción. Allí reside su grandeza. Para bien o para mal, es el testigo del siglo XX.
Por todo eso resulta ingenuo pensar en una sucesión de Castro sin traumatismos. Nadie podrá llenar su vacío porque no existe nadie de sus dimensiones para reemplazarlo. Ni en su generación, ni muchos menos en las posteriores. Tampoco hay equipos con idoneidad política que puedan suplirlo, ni han preparado a la gente para ser gobernada con equipos.
Con su muerte no desaparecerá un líder con virtudes y defectos sino una personalidad inmensa, quizás contradictoria, pero incuestionada, incuestionable, omnipresente en la vida de Cuba y ubicua en la historia reciente de América. Es difícil saber lo que pasará con Cuba después de Castro. Es más fácil suponer la vigencia que a Castro le dará la historia después de su muerte.
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4. ¿DE QUÉ DEMOCRACIA NOS HABLAN?
LA RABIA EN MÉXICO
Daniel Campione . Rebelión 09-08-2006 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=35871
Una gran movilización sacude a México, en respuesta a un régimen que se cierra sobre sí mismo, y coloca en evidencia las fortísimas continuidades entre el PRI, hoy en decadencia, y su sucesor, el PAN. En la consigna de "voto por voto, casilla por casilla", se agitan cuestionamientos más sustantivos a la democracia representativa.El cuadro es paradójico. Variados indicios señalaban que la elección mexicana reproducía las polarizaciones, hoy comunes en comicios latinoamericanos, entre una opción más abiertamente continuadora de las políticas neoliberales, y otra partidaria de imprimirle un curso moderadamente "progresista" a una continuidad sustantiva más soterrada, ausente de su discurso público y disimulada por los antecedentes más o menos izquierdistas de los candidatos y partidos que la sostienen.Todo iba en esa dirección, en efecto, hasta el 2 de julio y la evidencia del fraude. La derecha mexicana evidencia no resignarse a abandonar el gobierno, aún a costa de hacer trampa y poner en riesgo la legitimidad del sistema.El candidato "centroizquierdista", empeñado hasta la víspera electoral en demostrar moderación y "racionalidad" definida en los términos del pensamiento oficial, mostró que tampoco él se resignaba a quedar fuera del gobierno. Con una diferencia fundamental, sabía que las estructuras institucionales le jugarían en contra, que el parecer de institutos y tribunales varios no se torcería a su favor, salvo que una enorme presión externa lo forzara. Le quedaba la apelación a la movilización popular, la ocupación de las calles, él traer a mexicanos de todas las latitudes al centro del DF a reclamar. Y así lo hizo, y lo está haciendo, con un éxito en número y persistencia que debe haber superado sus propias expectativas. Pero la movilización toma su propia lógica. Tiende a enjuiciar no sólo a esta elección sino al poder de los grandes conglomerados mediáticos, con Televisa al frente, al sistema político que subsiste con altísimos niveles de abstención, a la conversión del supuesto gobierno de representación popular en descarada plutocracia.El fraude electoral tiene una especial resonancia histórica en México. Esto a partir de que la revolución mexicana se desencadena contra la trampa electoral que favorecía al "eterno" Porfirio Díaz, para después derivar en rebeliones agrarias y una guerra civil de grandes proporciones. La reedición de la trampa muchas décadas después, con el gigantesco robo electoral que derrotó a Cuahutemoc Cárdenas frente a Carlos Salinas de Gortari, ya en la era informática y "caída de sistema" mediante, fue en cambio consumada con éxito. Pero a diferencia de aquel 1988, esta vez la oposición derrotada apareció más dispuesta a tomar las calles, eludiendo la encerrona de una impugnación limitada a la vía administrativa y judicial, cuyos primeros resultados ya se han visto con el tribunal electoral que dispuso la revisión de menos del diez por ciento de los votos. Se ha dado vuelta el sentido del proceso. Lo que parecía un combate electoral rutinario entre opciones no tan diferentes, dónde el candidato situado a la izquierda se mostraba empeñado en demostrar moderación y aventar fantasmas, se ha trocado en un desafío al poder establecido. Se combina ahora la denuncia del fraude electoral específico, con la impugnación de las trampas que son esenciales en las democracias parlamentarias. Las campañas que cuestan decenas y aun centenares de millones de dólares, irrealizables sin aportes sustanciales del gran capital, los medios de comunicación que pueden influir fuertemente en la opinión pública, y a su vez tienden a responder a los intereses de las grandes empresas, el poder político que moviliza recursos para volcar las elecciones a su favor. Apenas subyacente, asoma la revelación de que la democracia parlamentaria tiene mucho de farsa aun cuando los resultados se respeten. Porque son antipopulares las reglas que la rigen, los capitales que la financian, los medios que la manipulan.De nuevo yace por el piso la predicción que conservadores satisfechos e izquierdistas conversos formularon durante los 90, "la política se hace en los medios, ya no en las calles" repetían con tono iluminado, casi de profetas. En México la política más digna de tal nombre se venía haciendo no ya en la calle, sino en la selva, introduciendo tiempos y modos inasequibles al lente empañado de la "modernidad". Y ahora ha irrumpido las decenas de campamentos, en el Zócalo, en el Paseo de la Reforma, venidos de todas partes de México, con un sustrato similar a las rebeliones populares latinoamericanas que han sacudido el letargo de la década pasada.Ni las personas, ni los partidos son objetos inmóviles, sino relaciones sociales modificadas por las luchas sociales, atravesadas por los climas de época. La legitimidad del sistema mexicano está gravemente herida, un ciclo de protesta movilizada puede dar por tierra con él, o al menos obligarlo a reformas sustantivas. No está escrito que la aspiración presidencial, reformista y moderada, de López Obrador, no termine caminando un sendero impensado, coronando un recorrido de larga duración que enhebre el repudio a largas décadas de abusos de poder, desde Tlatelolco hacia atrás y adelante, con el espíritu rebelde que va de Zapata a los zapatistas. Se ha dicho que los cambios en México suelen producirse con una lentitud exasperante. En ocasiones las transformaciones ralentadas suelen germinar en mudanzas de vasta amplitud y profundidad.
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5.- MÉXICO FRAGMENTADO
Ignacio Ramonet *
http://www.jornada.unam.mx/2006/07/29/014a1pol.php 29 julio de 2006
Gentileza de miguel.cardenas@fescol.org.co ,
Un fraude masivo. E indiscutible. José Manuel Barroso, presidente de laComisión Europea así lo ha admitido. Los 25 ministros de asuntosexteriores de la Unión Europea han expresado su "grave preocupación. Esimportante que transmitamos de la forma más clara posible la inquietud dela Unión Europea y la de todos los estados miembros sobre el resultado dela elección presidencial", ha declarado el ministro holandés de AsuntosExteriores, Hans van Mierlo. Reporteros Sin Fronteras recuerda que "estaelección tiene lugar tras cuatro años de una degradación continua y sinprecedente de la prensa en el país". En Washington, personalidades comoColin Powell, Henry Kissinger y Zbigniew Brzezinski han afirmado queEstados Unidos no debería admitir los resultados oficialmente. El NationalDemocratic Institute (NDI), presidido por Madeleine Albrigth, antiguasecretaria de Estado; la Freedom House, dirigida por James Woolsey, exjefe de la CIA; el American Entreprise Institute, impulsado por el expresidente Gerald Ford; e incluso el Open Society Institute, dirigido porGeorge Soros, han denunciado "manipulaciones masivas" y reclaman"sanciones económicas". El senador Richard Lugar, presidente de lacomisión de Asuntos Exteriores del Senado estadunidense y enviado especialdel presidente George W. Bush, no ha dudado en hablar abiertamente de"fraude: Está claro que ha habido un vasto y concertado programa defraudes el día de la elección, ya sea bajo la dirección de lasautoridades, o ya sea con su complicidad".¿Se frotan los ojos? ¿Se preguntan cómo se les han podido escapar talesdeclaraciones a propósito de la reciente elección presidencial en México?Tienen toda la razón para estar perplejos. Ninguna de las personalidades oinstituciones citadas anteriormente ha denunciado lo que acaba de pasar enMéxico. Todos los comentarios anteriores -auténticos-, conciernen a laelección presidencial del 23 de noviembre de 2004... en Ucrania (1).La "comunidad internacional" y las habituales "organizaciones de defensade las libertades", que las hemos conocido tan activas en Serbia, enGeorgia, en Ucrania y más recientemente en Bielorrusia, permanecen mudas,por así decirlo, ante el "golpe de Estado electoral" que se comete antenuestros ojos en México (2).¿Se imaginan el clamor planetario si, por el contrario, esta mismaelección se hubiera desarrollado, por ejemplo, en Venezuela y si elvencedor -por una diferencia de apenas 0.56 por ciento de los votos-hubiera sido... el presidente Hugo Chávez? El escrutinio mexicano del 2 dejulio oponía a dos candidatos principales: Felipe Calderón, del PartidoAcción Nacional (PAN, de derecha y católico, en el poder), declaradovencedor (provisionalmente) del escrutinio por el Instituto FederalElectoral (IFE), y Andrés Manuel López Obrador, del Partido de laRevolución Democrática (PRD, de izquierda moderada).Mucho antes del inicio de la campaña estaba claro para el presidenteVicente Fox (PAN) y las autoridades en el poder, que López Obrador, con suprograma de lucha contra la pobreza, era el candidato a batir. Por todoslos medios. Desde 2004, una maniobra, con base en cintas de videoclandestinas difundidas por las cadenas Televisa y Tv Azteca, adquiridaspor el poder, trataban de desacreditar a López Obrador. Esa maniobra fueen vano.Al año siguiente, con el extravagante pretexto de no respetar las normaslegales de construcción de una vía de acceso a un hospital, fue condenado,se buscó que fuera encarcelado y privado del derecho a presentarse a laselecciones. Manifestaciones masivas de apoyo acabaron por obligar a lasautoridades a desechar el proceso.La operación de acoso y derribo prosiguió. Y alcanzó un grado delirante enel curso de la campaña electoral (3). Y aún más a medida que un viento depánico sopla sobre las oligarquías latinoamericanas (y sobre laadministración de Estados Unidos) desde que la izquierda triunfa (casi)por todas partes: en Venezuela, en Brasil, en Uruguay, en Argentina, enChile, en Bolivia... Y que las nuevas alianzas no excluyen a Cuba (4).En tal contexto, la victoria de López Obrador (el tribunal electoralresolverá el próximo 6 de septiembre) tendría consecuencias geopolíticasdemasiado importantes. Y por tanto no la desean ni la patronal ni losgrandes medios de comunicación mexicanos. Ni Washington. A ningún precio.A riesgo de sacrificar la democracia. Pero López Obrador y el pueblo mexicano no han dicho su última palabra.
--------------------------------------------------------------------------------(*) Le Monde diplomatique
Notas:
1. La idea de comparar las reacciones entre las elecciones de México y las de Ucrania es de James K. Galbraith, en Doing Maths in Mexico, The Guardian, Londres, 17 de julio de 2006.
2. En cuanto a la realidad y la magnitud de los fraudes, leer, por ejemplo, el informe de 17 de julio de 2006 del Centro de los Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas www.sipaz.org/documentos/obsddcp/elec0606_s.html .
3. Sobre la violencia de los ataques, leer John Ross, All Against López Obrador, Counterpunch, 6 de abril de 2006.
4. Leer Bernard Cassen, Una nueva América Latina se expresa en Viena, Le Monde diplomatique , edición española, junio 2006.
Fuente: diario La Jornada, de México D.F., México; 29 de julio de 2006.
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6. OTRA JOYA DE NUESTRA DEMOCRACIA
Oscar Robledo Hoyos, Sociólogo y escritor manizaleño, osroho@hotmail.com
La loca de la casa. Agosto 03, 2006
El hijo de Turbay terminó al fin por ser elegido como nuevo contralor por encima de las pretensiones de Carlos Medellín. Operó la ley de bancadas en el congreso lo que viene a ser lo que mismo que el harakiri para nuestra democracia. Al parlamento no se llega ahora a deliberar, a discutir como en el ágora griego o el foro latino, o, simplemente como antes. No. Se llega con y por componendas, por coaliciones, por alianzas las más de las veces espurias que empiezan desde lo regional y rematan en el capitolio. Las leyes no se construyen pieza a pieza de frente al país nacional sino que se vacían todas de una vez como una colada a la cera perdida: se coloca el deseo de unos amigos a manteles que se reparten entre si el poder, los puestos y las gabelas del estado y luego dicen a una: Sí.
Lo que no sabíamos era que Julio Cesar Turbay Júnior había fungido durante veinte años en cargos del estado sin haber terminado estudios de derecho. Se decía que era abogado pero no lo era, era simplemente un defraudador de la confianza ciudadana, alguien que se colaba por los corredizos de atrás o los laterales hasta colocarse en palco de honor, tal como nos tiene acostumbrados los “padres de la patria” en las regiones. Definitivamente el dicho popular de que la ley es solamente para los de ruana se aplica de manera minuciosa y exquisita en la manera de hacer política y la forma sibilina y acomodaticia como se interpreta y aplica el modelo democrático. A la pregunta de Félix de Bedout y Julio Sánchez Cristo en la W de Caracol: Doctor Turbay Ud. que se apresta a ejercer el noble oficio del control de la gestión publica que augura se desarrollará por los mejores cauces de la Ética y la Transparencia no le parece que no estuvo bien que ocupara cargos sin haber cumplido los requisitos mínimos como ése de acreditarse como profesional. Respuesta: Si, en efecto, me gradué tardíamente. Respecto a lo último les digo que jamás me solicitaron dicho requisito como indispensable para el desempeño de los cargos. No me gradué porque me dio pereza o simplemente descuido personal. ¡No era posible mayor desfachatez y ramplonería!, para decir lo menos. Fue un poquito más de la receta D´artañesca “vamos con todos los ingrediente” que nos aplicó la presidencia con el Dr Serpa y Pastrana en Washington y Samper Pizano en la embajada de Francia. Como diría Ingrid Betancurt, estos procederes y proezas “políticas” no dan sino “Rage au coeur”.
En este pugilato disparejo entre Carlos Medellín, jurista de las altas calificaciones y amplio reconocimiento publico por su transparencia y limpia hoja de servicios al país y Turbay Quintero, hijo de expresidente y delfín de la clase política dominante, la balanza se inclinó por el lado de las componendas previas, de los acuerdos de salón, del reciente “unanimismo” de bancadas. Apenas ahora se conocieron los resultados de la votación en el congreso: 213 votos a favor versus 6 en contra. Ganó el que se sabía iba a ganar que ni siquiera era “gallo tapado” y perdió definitivamente la democracia colombiana que en los editoriales de nuestra prensa se saluda como ejemplar para América Latina, la mas rancia, la mas antigua….
Pero, decimos nosotros, la más decepcionante para el elector primario. Ahora que se le vino encima la reforma a la Seguridad social, nuevo ajuste a las pensiones, IVA a la canasta familiar y el nuevo Contralor ¡ahora Sí…. no tiene el pueblo pa´onde echar! y crece el número de los arrepentidos.
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7.- A QUIÉN REPRESENTA EL GOBIERNO URIBE?
Rodolfo Arango
El Espectador Agosto 6, 2.006
http://www.elespectador.com/historico/2006-08-06/contenido_MI-15303.htm
"Luego de conocerse el borrador del decreto reglamentario de la Ley de Justicia y Paz, no es claro si el Gobierno representa a todos los colombianos -incluidas las víctimas- o sólo a los paramilitares.
Tampoco es claro si honra los compromisos internacionales en materia de derechos humanos, o más bien busca eludirlos al compás de la máxima "se obedece pero no se cumple".
La filtración del proyecto de decreto devela plenamente la pretensión de burlar las restricciones impuestas por la Corte Constitucional a la ley para ajustarla a la Constitución y al orden jurídico internacional.
El Gobierno hace caso omiso a las decisiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que recientemente condenó de nuevo a Colombia por graves violaciones a los derechos humanos, ésta vez por las masacres de El Aro y La Granja. El Gobierno no puede pretender justificar su cómplice omisión invocando simplemente el supremo bien de la paz.
Nada importa al Gobierno el concepto pericial contenido en la sentencia de la Corte Interamericana sobre los efectos psicológicos y físicos de los familiares de las presuntas víctimas: "ansiedad, dificultades escolares, nerviosismo, depresión, sentimiento de soledad y dolor, resentimiento, rabia, rencor, tristeza, falta de ánimo, bajo apetito, temor, confusión, insomnio, pesimismo, inapetencia y deseos de morir, entre otros."
No es difícil imaginar qué sintieron las viudas y los huérfanos de quienes fueron asesinados al conocer el proyecto de decreto. Éste no contribuye a paliar la situación de aquellos golpeados por la violencia criminal.
No sólo porque el proceso de paz debe respetar los derechos humanos de las víctimas, sino porque además debe tener en cuenta los sentimientos de los colombianos. Si no, ¿cómo pretende asegurar la reconciliación y la paz?
Un proceso de paz adecuadamente diseñado y ejecutado tiene que tomarse en serio las emociones, su relación con las normas sociales y su incidencia en el comportamiento individual y colectivo. Es previsible la rabia de los directamente afectados contra las instancias públicas que lejos de proteger sus derechos coadyuvan a su violación.
Es discernible la indignación de terceros frente al daño ocasionado a personas inocentes. Leyes que permiten una u otra son altamente ineficaces. Pero quizás sea la vergüenza la emoción socialmente más relevante para la regulación de la conducta social.
Ella es el principal apoyo de las normas sociales. Se genera por el desprecio de otros. Sólo cuando ese desprecio cesa por efecto de una sanción social efectiva es posible a quien la sufre retornar al seno social.
En pocos años tendremos en el país con seguridad la capacidad de distanciarnos de la barbarie diaria para entender que las masacres y actos terroristas que vivimos no son hechos aislados, producto de mentes enfermas, sino principalmente el resultado de políticas erradas en materia educativa, social y cultural.
No hay muertos buenos o muertos malos en el país, sino víctimas de la indolencia de una sociedad fundamentalista, necrofílica y maniquea, con graves problemas de autoreconocimiento (no en vano se observa el aumento de la exaltación del nacionalismo).
La reconciliación no es el resultado de la imposición tramposa de normas favorables a una de las partes, sino el producto de un proceso de construcción de confianza mutua por vía del reconocimiento, el respeto y la comprensión de todos los involucrados.
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¿Por qué será que los erradicadores muertos por el acto terrorista de las FARC eran precisamente desempleados en la miseria y no reservistas de las fuerzas armadas?
¿Acaso el clasismo colombiano ayude a explicar el hecho?
No faltará en el Gobierno quien afirme que las víctimas del atroz hecho aceptaron "libremente" el riesgoso oficio.
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8.- Recomendados:
8.1.
El yesQuero No. 115
Columna de análisis y crítica política . Correo-e: elyesquero@gmail.com Medellín, Colombia
Víctima es un inocente
Por Rafael Rincón
Visite: http://elyesquero.blogspot.com/
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8.2. CAJA DE HERRAMIENTAS No. 0025
*** HECHOS DE PAZ
Jorge Rojas R. Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento, Codhes
Al iniciar su segundo mandato el presidente Uribe dice que tiene voluntad de lograr la paz, ("para lo cual únicamente pedimos hechos") y asegura, a manera de apuesta, que "la connotación democrática de la seguridad es un paso irreversible" en esa dirección.
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*** LA REPOSESION DE ALVARO URIBE
Gabriel Bustamante Peña
El pasado 7 de agosto, Álvaro Uribe Vélez, a cuenta de la reelección inmediata que él mismo impulsó, terminó su primer período presidencial y comenzó el segundo, y quién sabe si el último; ya que, su discurso de posesión por lo menos, hace sospechar la intención de atornillarse a la silla presidencial hasta el 2019. " En julio de 2019, cuando concluya el gobierno que se inicia, evaluaremos las metas parciales que proponemos alcanzar" dijo sin sonrojarse en su intervención.
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*** LA TRANSICION ININTERRUPIDA DE MEXICO
Laura Becerra Pozos Directora Ejecutiva DECA, Equipo PuebloAsociada de ALOP
La transición interrumpida podría llamarse la coyuntura que vivimos en México a poco más de 30 días de realizadas las elecciones. Interrumpida porque la reñida competencia entre dos candidatos, a la par de las dudas producto de las irregularidades del proceso, mantienen al país en una tensa espera por la determinación de quién será el próximo presidente del país. Interrumpida, debido a que el gobierno que termina no consiguió avances en la democracia. El "presidente del cambio" como se identificó a Vicente Fox a principios de su gobierno (2000), fue incapaz de hacer honor a ese calificativo.
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*** BIENES, CONFLICTO ARMADO Y LA NECESIDAD DE LA VERDAD.
Omar Hernández Garay . Del registro a la protección de los bienes
Las noticias publicadas en los medios de comunicación sobre el incendio, alteración y pérdida de los medios de registro de los bienes inmuebles en la costa norte de Colombia, y su coincidencia con la muerte de dos registradores de instrumentos públicos, en los últimos meses, se convierten en una denuncia cruda y real, de un macabro negocio que busca legalizar los predios inmueble que a sangre y fuego han sido despojados de sus verdaderos dueños tenedores o poseedores de buena fe.
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*** INTRODUCCION AL CONCEPTO DE SEGURIDAD TERRITORIAL
Gustavo Wilches-Chaux
La palabra "seguridad" despierta diferentes y contradictorias --digamos— emociones y reacciones, pues en su nombre se han cometido y se siguen cometiendo múltiples infamias en el mundo, al igual que se han cometido en nombre de otras palabras y valores como la democracia y la libertad.
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*** HAY POSIBILIDADES DE PAZ EN EL PROXIMO CUATRIENIO DE URIBE?
Luis Eduardo Celis Méndez Asesor Corporacion Nuevo Arco Iris
Se inicia el nuevo mandato del presidente Álvaro Uribe, con un respaldo ciudadano impresionante, unas claras mayorías en el Congreso Nacional, una alianza estable con el gobierno de Estado Unidos y un entorno internacional que lo mira con respeto.
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*** PRIVATIZACION DE ECOPETROL
Constancia frente al anuncio de privatización de ECOPETROL Senador Hugo Serrano
Sobre el anuncio del Gobierno Nacional de ofertar al sector privado el 20% de las acciones de ECOPETROL: Que la decisión del Gobierno se toma en el mejor momento financiero de la historia de ECOPETROL y cuando los hidrocarburos se constituyen en el renglón más importante para la economía nacional.
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WebMaster: Federico Bernal R. Archivo Fotográfico: Caja de Herramientas.
Corporación Viva la Ciudadanía Dirección: Calle 54 N° 10 - 81 Piso 7° Telefono: 3480781 Fax: 2120467 adireccion@viva.org.co
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